sábado, 2 de junio de 2012

José Manuel Arango.2.

 Gustavo Zuluaga y Victor Bustamante
 Ramiro Tejada

 Tatiana, Gustavo, Hernan y Pedro Arturo Estrada


Gustavo Arango, Gisela Posada y Guillermo Baena




José Manuel Arango revisitado

Fragmento

Víctor Bustamante

Para Guillermo Baena



Días del 94, en Villa Roca conversamos con José Manuel durante varios días con un propósito, realizar un número de la revista Babel para iniciar un diálogo entre generaciones que hoy perdura, ya que cada generación intenta sepultar a las demás sin apenas haberla conocido, somos casi contemporáneos y a veces se piensa que con cualquier pequeño hallazgo, un poemita en ciernes se inicia toda una literatura. Mentira, siempre venimos de alguien.

De tal manera una revista monográfica era darle forma a esa presencia, saber que ese avasallamiento cultural, que aun se presenta, era necesario contrarrestarlo con este tipo de cercanías. Lo que descubrimos es que había mucho entusiasmo con JMA, con su poesía. Una de ellas era la claridad de sus textos, y otra la sencillez de su persona, Lo cual era extraño en un medio donde el arribismo intelectual hace tabla rasa del otro, de quien apenas desea iniciar una carrera de escritor.

De él sabíamos que había pertenecido a Aquirimántima, sabíamos de sus poemas esenciales, casi siempre cortos y casi siempre intensos. Y que así mismo era uno de los poetas que persistían en esa dinámica de los grandes poetas de Antioquia que era como decir de Colombia.

Aquarimántima, (1974-1983) era la revista de poesía que él co-dirigía con Elkin Restrepo y Juan José Hoyos. En esta publicación  se conocieron poetas de diversa catadura como Heli Ramírez, Jesús Gaviria. Víctor Gaviria, también era la generación posnadaísta que desdeñaba de la situación límite de la poesía al regresar al conservadurismo como es notorio en dos de esos escritores. Uno de ellos, poeta, Elkin Restrepo había firmado alguno de los manifiestos nadaístas. Todo el ruido, los manifiestos nadaístas, toda esa irrupción de una poesía generacional, comenzaba a verse casi relegada, es más, muchos de los nadaístas publicaron en esta revista. Además se presentaba el caso de que sus principales ejecutores eran personas de la academia, con lo cual se daba un zarpazo a la libre creatividad de los librepensadores como había ocurrido antes. De esta manera se regresaba de nuevo a una poesía cautiva ya que no había escritores independientes, ya que los profesores universitarios solo producen informes o lo que se llama literatura de campus. Más tarde JMA, a pesar de su displicencia,  cuestionaría a los llamados poetas de otra generación, la que seguía a Aquirimantima, debido a la conversión de la poesía como mero entreteniendo, dejando de lado toda la poesía antioqueña que cuestionó desde De Greiff. el establecimiento literario del país, me refiero al Festival de Poesía. Es cierto, lo que afirmaba alguna vez Teodoro Adorno, luego de una ruptura existe el peligro de que la sociedad siempre tan conservadora regrese a l estado de cosas anteriores por mera comodidad creativa e intelectual.

Lo valioso de José Manuel, si bien nunca le gustaron los ruidos y la dureza de la poesía nadaísta, aunque sí Amílcar y Alberto Escobar, es que su poesía se deslizó en dos caminos que ninguno de sus compañeros de ruta, poetas cercanos, escribieron, como él lo hizo, lo erótico, y su persistencia con el tema de la muerte.

El primer texto que leí de él, fue un poema corto aparecido en un separador de libros editado por el magazine Tronkitos con una fotografía de Darío Morales, el poema dice

el viento trae una ráfaga

de rotas banderas

y los que se amaron

hasta el canto del gallo

rendidos y desnudos

de la mano

van por un mismo sueño.



De tal manera lo que vuelve valioso a un poeta es la apropiación del mundo que lo circunda, es decir del mundo al que decide acercarse y definir desde su perspectiva. Esto nos lleva a saber como en un momento determinado hay muchos poetas y muchos de ellos perciben el mundo a partir muchas veces de cierta extrañeza o de una concepción particular que los lleva no solo a mostrarnos ese mundo que vive sino a interrogarlo y a través de su poesía nos induce a mirar muchas veces, esos paisajes interiores o exteriores, sus vivencias, que muchas veces no observamos. Otros, en cambio pasan de largo porque han olvidado que la poesía, es la forma de arte, de la escritura donde no se puede mentir, ni soslayar.

A veces se ha tildado a José Manuel como una suerte de poeta filosofo por la abstracción que hace él, cuando es el observador que reflexiona sobre lo que lo rodea, recordemos que su manera de poetizar nunca utiliza el yo sino cierta manera displicente y lejana, cautelosa y algo fría, de contarnos que es lo que le interesa, para que sus palabras nos asombren. Lo cual realiza de una manera tan sencilla, tan cotidiana ante los poetas contemporáneos que se asilaron,  en la parafernalia de la falsa bisutería barroca, en el exceso de  imágenes aguadas que impregnó a ciertos surrealistas, aquellos de la  perplejidad callejera de la clepsidra, los haikus de plastilina, o de aquellos que casi casi destruyen la tradición de los grandes poetas antioqueños con la poesía falsamente militante, o con los tradicionalistas de cartón piedra que miraban la veta del folclor como la única idea de poesía. Ante esa diversidad creativa, José Manuel reestableció la gran tradición nuestra. Y por eso es doblemente valioso-

El lenguaje de José Manuel, es decir, su poesía es trasparenté como el agua que corre en esos paisajes que él tanto caminó, que el tanto vivió y que nos enseña en sus textos. No en vano esas lecturas que lo estimulan a escribir las hace en Usa cuando estudió, a partir no de los beat, que era en ese momento la vanguardia con su efervescencia, con ese explorar otros mundos con otras palabras, sino de una poesía mas conservadora como la del neoimaginismo de Pound, William Carlos William, Wallace Stevens, mientras algunos nadaístas, que era nuestra vanguardia, crearon una poesía dulcemente agresiva, José Manuel se asiló en un ambiente poético mas tranquilo, creo que debido a su carácter reflexivo, así nos define qué es la poesía para él: “Pero el poema más que una visión del mundo, surgirá  de lo que Unamuno llamó un sentimiento de la vida”. Cierto existen escuelas, la envoltura del lenguaje, pero a la hora de la verdad el poeta se encuentra con una sola realidad: él mismo frente al mundo, lo demás son teorías. Su ars poética él mismo la define en sus poemas.

Un poeta siempre tiene una pregunta inicial sobre su arte, la cual responderá poco a poco a medida que escriba sus textos, allí es interesante ver como se acerca a su definición, después de varios años y después de pensarlo muchas veces.

En Fe de erratas

Ha equivocado la palabra

donde dijo sí

 quizá debió decir no

y tal vez un poco mas tarde

donde dijo no

debió decir si...

,,,

En este poema - Grammatici certant JMA define su manera algo displicente y fría como nos va a poetizar a partir de esa tercera persona que siempre lo identificará:

El nosotros

lo saben los gramáticos

es un curioso pronombre

Quiere decir tú y yo

sin él

y también él y yo

sin ti

y también él y yo

contigo y contra el resto

En todo caso excluye siempre a alguien

De esta parte nosotros

de la otra los otros que nosotros



En Palabras de mendigo no sé por qué acerco al escritor con el mendigo que pide las palabras y estas son como prestadas como usadas a las cuales el escritor pretende darles un nuevo lustre.

Las palabras secretas oídas en el sueño

Son acaso las mismas

Que alguien al otro día

-por ventura el mendigo que pide una moneda-

Nos dice en una lengua

usada.

...

Ya en Pensamientos de un viejo, continúa con su acercamiento a lo que podríamos llamar su manera de escribir. En toda su obra es el poema mas reflexivo que escribió sobre escritor alguno y cuya forma de ver, definir y palpar el mundo lo obsede.

11

Y esa forma suya de hablar, con vocablos redondos, duros.

 Uno sabe: esto es mío. Se reconoce.

 Usó para pensarnos el dialecto que hablamos.



12

A veces saborea y saborea una palabra,

 una manera de decir oída en la niñez.

 Así se acaricia una teta de muchacha.

...

En Libro y cuchillo él se desconfía de las palabras y su multitud de significaciones y así mismo no solo colca un cuchillo en el libro para que lo mantenga alerta sino que se mira al espejo como para pensarse que fue lo escrito,

Pensaba en un lenguaje secreto,

Inventado para asegurarse los desvaríos

....

Señalo con su cuchillo la página

(el cuchillo en el libro cerrado)

Entonces, frente al espejo,

Se sintió decapitado.

...

En Escritura iguala las palabras a las monedas, a su valor

Marcar una moneda con la uña

Hacerle con la uña una raya

Y echarla a rodar por la ciudad

.....

En Palabra de hombre indica el peso de cada una de ellas al escribirla

La palabra

como una moneda

Sopesada en la palma

,,,,,,,

....

5 comentarios:

  1. okay ché...

    es posible que josé manuel arango fuese un buen poeta cosa que dudo de un vetusto profesor cuya gloria como poeta es el mito de unos mediocres de una universidad cada vez más paraca

    hizo unos cuantos poemitas con yeso porque que cosa tan reseca y le sonó la flauta con un librito que se llama este lugar de la noche

    pero no es para tanto...
    estos colombianos no dejan las almas en paz..

    dejen al muerto quieto... al poeta laureado por el exgobernador paraco del cuento aquél

    esos vampiros que le homenajean lo que quieren es un poquito de brillo para sus espíritus marchitos...

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  2. a vICTOR LO MANIPULA EL hAMAQUERO CON TANTO HOMENAJE AL POETA MUERTO.

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  3. Conque comiendo del muerto

    ahí está pintada la rata coja del hamaquero y sus huele pedos

    Claro: los neonadaistas le aprendieron a la rata de Jota Mario Arbeláez a "comer del muerto" como él mismo dice refiriéndose a que toda su triste gloria se la debe a vampirizar a gonzaloarango ese católico de mierda

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  4. "La palabra

    como una moneda

    Sopesada en la palma"

    Que cheque chimbo tan hp.

    Que comparación tan cula.

    Cuanta avaricia. Poema de un hirsuto y avaro profesorcito.

    Además es una vulgar copia de
    Mallarmé cuando se refiere a la palabra como una moneda gastada de mano en mano, como esa obrita gastada de tonto en tonto

    La palabra de este poetucho
    es como un Cen Tavo Zuluaga

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  5. No hay neonadaismo.
    Eso es un inventico barato para el reconocimiento de unos cuantos que lo quieren ser dentro del movimiento. El nadaísmo se mantiene en su ideologia revolucionaria. El nadaísmo és. No hay quien lo cambie con terminologias de medio pelo que lo identifique con lo "nuevo". Porque ya de lo nuestro ya no queda "nada"?.

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