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Carlos Goez
Víctor Bustamante
No conocí a Carlos Goez, sino por la referencia
que de él que se hace en este programa,
En defensa de la palabra, donde Gustavo Zuluaga y el profesor Nicolás Naranjo
hacen mención de él, de su vida en Nueva York y del trasunto de su vida con los
libros.
El mundo de los libros, en esa gran librería de
viejo, o anticuaria, como quiera llamársele, siempre causa curiosidad y conmoción.
Ya que este mercado de libros que ya han sido leídos, y que después de un periplo,
a lo mejor, de silencio en los estantes o de ir de mano en mano, terminan en
los anaqueles de una librería, como si sus sueños no quisieran mantenerlos. De
tal manera los libros padecen de esa doble condición de ser producidos para mantener
la cultura en presente y al mismo tiempo muchas personas no quieren
conservarlos, los abandona, los regalan, los dejan por ahí tirados, pero hay personajes
como el librero que saben su valor y le imprimen ese carácter de ser portadores
de una mensaje, de un conocimiento, de una presencia.
En una librería de viejo, recalan toda clase de
libros muchas veces nunca valorados por
otras personas, pero si valorados por otros que acuden a ella y encuentran algo
que les interesa. En una Librería anticuaria hay libros curiosos, libros valiosos,
libros ya leídos por otras personas que viven de nuevo al ser leídos y comprados.
Si, Carlos Goez había recalado en Nueva. Y así
como los libros viajan de mano en mano, de país en país. En
The Pomander Bookshop se convirtió en un gran librero, un señor
de los libros. Aquí en esta conversación está presente de la mano de alguien que
estuvo cerca de él, Nicolás Naranjo.