sábado, 20 de enero de 2018

Mecánica Celeste



Mecánica Celeste

Víctor Bustamante

Mecánica Celeste de Óscar González, Fabián Castaño y Óscar Palomino es otra de las revistas literarias de Medellín. Y es una puesta en escena de otras indagaciones. Hay unos textos cortos del siempre desconocido y algo misterioso Robert Walser con su paso inaudito por sanatorios y su escritura diminuta. Un rescate del gran poeta venezolano Rafael Cadenas con este aforismo lapidario: “Al hombre de hoy solo se le puede hablar desde el desengaño”.

Además la portada está dedicada al dibujante Javier Berrio que con su tinta china y su talento ha creado un mundo muy peculiar, ya que desde los frascos de esa tinta con su magia convierte, o mejor saca, excava del líquido milenario sus creaciones  inauditas como si una suerte de neo Arcimboldo de la tecnología sacudiera las bases del dibujo para traer su mundo peculiar que, entre piezas mecánicas, entre escalas sin fin, entre cotas de guerrero, con armaduras llenas de misterio deja percibir  unos ojos que son los del dibujante que nos espían mientras miramos su precisión y su búsqueda, lejos del oasis de los paisajes de primera mano.

En este rescate de lecturas hay unos relatos de Sergio González, que no solo sorprende por la minuciosidad de su mirar el mundo, sino de sus pinturas. Unas reflexiones del escritor chino Gao Xingjian sitúan la misión del escritor como persona que debe escribir solo para exponer su verdad lejos de lo mediático. También la revista le hace un reconocimiento a un escritor fuera de todo circuito comercial en la Medellín de turistas no solo de la poesía, de la escritura, de los premios literarios que nunca consagran nunca a un gran escritor, sino la fantasía de algunos plumíferos de turno. Hablo de Darío Restrepo que ha abierto una fisura en la literatura nuestra para hablar y herir espacios de los cuales no se habla, me refiero a lo erótico.

En síntesis Mecánica Celeste entrega una presencia de lecturas recobradas, y, sobre todo, la presencia de sus creadores: Oscar Gonzalez, Fabián Castaño y Óscar Palomino.

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Manifiesto



Existe sin duda en el espíritu una especie de mecánica celeste, de la cual no es preciso avergonzarse, sino por el contrario obtener el partido más glorioso, como hace el médico con la mecánica del cuerpo.
Charles Baudelaire

Con y por medio de lo que hemos llamado Mecánica Celeste, nos proponemos una intervención y una mediación desde el arte, involucrando todas las artes en esta estructura; intervención en la realidad, mediación con lo irreal; intervención en lo racional, mediación desde lo irracional o lo instintivo. Buscamos el sueño que no se hace realidad. Tendemos hacia lo insólito porque consideramos que lo nuevo está todavía por ser extraído de la naturaleza y de la realidad, de nosotros mismos. Tensionamos los contrarios para descubrir lo nuevo. Tenemos sensaciones tormentosas y otras turbulencias indeterminables que son las que vaciaremos en la Mecánica Celeste. Concebimos la duda como elemento de provocación sobre las certezas incontrovertibles. Cada vez hacemos del ruido nuestro contradictor. Totalizamos el conocimiento desde lo nómada, somos nómadas del conocimiento. Nuestro movimiento es de hélices. Nuestro instinto estético es relacional, ecléctico o no lo es. No es necesario concretarlo. Nos movemos tendenciosa e intencionalmente hacia la construcción de lo que llamamos Construcción de Masa Tentacular de Sentido (CMTS), desde la observación obsesiva de los incidentes. Todo tiene una causa, y todo lo hacemos hacia y desde la causalidad. Y la mixtura o nexo de lo uno y lo otro, lleva hacia una estética inexorable, indeleble, a los sentidos.  Es así. No tenemos destino, lo fabricamos. Y lo nuevo es en la medida en que lo es para cada uno de nosotros como resultado de su irritación e ironía. Oxidamos la realidad hacia una nueva realidad de las tensiones irreductibles. Y hacemos inmersión en el símbolo como elemento que resuelve en su transparencia luminosa y crítica, la invención. Todo cabe aquí desde el arte. Buscamos tener hélices de heliconias. No es más ni menos de lo que se ha hecho ni lo que haremos, no lo medimos, sino que lo hacemos.  Buscamos en el exceso, la medida y así haremos esta intervención y mediación que hemos llamado y nos ha llamado: Mecánica Celeste.


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