viernes, 27 de enero de 2017

Michel Houellebecq poemas





Poemas

Michel Houellebecq 


Una vida de nada

Yo ya me sentí viejo al poco de nacer;
Los demás luchaban, deseaban, suspiraban;
En mí no sentía más que una añoranza imprecisa.
Nunca tuve nada parecido a una infancia.
En la profundidad de ciertos bosques, sobre una alfombra de musgo,
Repugnantes troncos de árbol sobreviven a su follaje;
En torno a ellos se forma una atmósfera de luto;
En su piel ennegrecida y sucia medran los hongos.
Yo no serví jamás a nada ni a nadie;
Lástima. Vives mal cuando es para ti mismo.
El menor movimiento constituye un problema,
Te sientes desgraciado y, sin embargo, importante.
Te mueves vagamente, como un bicho minúsculo.
Ya apenas eres nada, pero, ¡qué mal lo pasas!
Llevas contigo una especie de abismo
Mezquino y portátil, levemente ridículo.
Dejas de ver la muerte como algo funesto;
De vez en cuando ríes; sobre todo al principio;
Intentas vanamente adoptar el desprecio.
Luego, lo aceptas todo, y la muerte hace el resto.

*****
El amor, el amor

En un cine porno, unos jubilados cascados
Contemplaban, escépticos,
Los retozos mal filmados de dos lascivas parejas;
No había argumento.
He ahí, pensaba yo, el rostro del amor,
El auténtico rostro.
Algunos son seductores, y seducirán siempre,
Y el resto sobrevive.
No existe ni el destino ni la fidelidad,
Sólo cuerpos que se atraen.
Sin sentir ningún apego ni, desde luego, piedad,
Uno juega, y después destroza.
Algunos son seductores y por lo tanto muy amados;
Sabrán lo que es un orgasmo.
Pero hay tantos otros cansados y sin nada que ocultar,
Ni siquiera un fantasma.
Si acaso, una soledad agravada por la impúdica
Alegría de las mujeres;
Si acaso, una certeza: “eso no es para mí”,
Un oscuro y pequeño drama.
Con certeza morirán un poco desengañados,
Sin ilusiones poéticas;
Practicarán a conciencia el arte de despreciarse,
Será algo mecánico.
Me dirijo a todo aquel que nunca haya sido amado,
Que nunca supo gustar;
Me dirijo a los ausentes del sexo liberado,
Y del placer corriente.
No teman amigos, su pérdida es mínima:
El amor no existe en ninguna parte.
Sólo es una broma cruel de la que ustedes son víctimas,
Una jugada de experto.

*****
Transposición, control

La sociedad es quien establece las distinciones
Y los procedimientos de control
Hago acto de presencia en el supermercado,
Interpreto muy bien mi papel.
Asumo mis diferencias,
Delimito mis exigencias
Y abro la mandíbula,
Mis dientes están un poco negros.
El precio de las cosas y los seres se tasa por consenso
transparente
Donde intervienen los dientes,
La piel y los órganos,
La belleza que se marchita.
Ciertos productos con glicerina
Pueden constituir un factor de plusvalía parcial;
Decimos: “Es usted hermosa”;
El terreno está minado.
El valor de los seres y las cosas es generalmente de una precisión extrema Y cuando decimos: “Te quiero”
Establecemos una crítica,
Una aproximación cuántica,
Escribimos un poema.

*****

Sin reconciliarse 

Mi padre era un imbécil bárbaro y solitario;
Ebrio de decepción, solo ante el televisor,
Rumiaba unos planes frágiles y muy raros,
Su mayor alegría era verlos fracasar.
Me trató siempre como a una rata a la que perseguir.
La mera idea de un hijo, creo, lo asqueaba.
No soportaba pensar que le aventajase un día,
Solo por seguir vivo cuando él reventara.
Se murió en abril, gimiente y perplejo;
Su mirada delataba una cólera infinita,
Cada tres minutos, insultaba a mi madre,
Criticaba la primavera, hacía bromas procaces.
Al final, justo antes de acabar su agonía,
Una calma breve recorrió su pecho.
Sonrió al decir “estoy nadando en orina”,
Y después se apagó con un ligero estertor.
*****


La grieta

En la inmovilidad, el silencio impalpable,
Yo estoy ahí. Estoy solo. Si me golpean, me muevo.
Trato de proteger una cosa roja y sangrante,
El mundo es un caos preciso e implacable.
Hay gente alrededor, los oigo respirar
Y sus pasos mecánicos se cruzan sobre el enrejado.
He sentido, no obstante, el dolor y la rabia;
Cerca de mí, muy cerca, un ciego suspira.
Hace muchísimo tiempo que sobrevivo. Tiene gracia.
Recuerdo muy bien los tiempos de esperanza
E incluso recuerdo mi primera infancia,
Pero creo que es éste mi último papel.
¿Sabes? Lo vi claro desde el primer segundo,
Hacía algo de frío y yo sudaba de miedo
El puente estaba roto, eran las siete en punto
La grieta estaba ahí, silenciosa y profunda.
*****

Hipermercado, Noviembre

Primero tropecé con un congelador.
Me asusté un poco y me puse a llorar.
Alguien masculló que yo rompía el clima;
Para parecer uno más, seguí adelante.
Barriobajeros embrutecidos de mirada animal
Se cruzaban sin prisa junto al agua mineral.
De entre los anaqueles llegaba un rumor
Como de circo y desmadre.
Se me torcieron los pasos.
Me empotré en el mostrador de los quesos;
Había dos viejas comprando sardinas.
Una se volvió y le dijo a la otra:
“Hay que ver qué pena, un chico de su edad”.
Y luego vi unos pies, circunspectos y anchos:
Era un vendedor que tomaba medidas.
Muchos se sorprendieron con mis nuevos zapatos;
Una última vez me quedé un poco al margen.
*****

So long

Hay siempre una ciudad, con huellas de poetas
Que entre sus muros han cruzado sus destinos
Agua por todos lados, la memoria murmura
Nombres de gente, nombres de ciudades, olvidos.
Y siempre recomienza la misma vieja historia,
Horizontes deshechos y salas de masaje
Soledad asumida, vecindad respetuosa,
Hay allí, sin embargo, gente que existe y baila.
Son gente de otra especie, personas de otra raza,
Bailamos exaltados una danza cruel
Y, con pocos amigos, poseemos el cielo,
Y la solicitud sin fin de los espacios;
El tiempo, el viejo tiempo, que urde su venganza,
El incierto rumor de la vida que pasa
El silbido del viento, el goteo del agua
Y el cuarto amarillento en que la muerte avanza.

*****

Es cierto

Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
Sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
Un deseo de huir sin esperar ya nada,
Y no leemos más los títulos del diario.
Queremos regresar a la antigua morada
Donde el ala de un ángel cubría a nuestros padres,
Queremos recobrar esa moral extraña
Que hasta el postrer instante santifica la vida.
Queremos algo como una fidelidad,
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.



No es eso…

No es eso. Trato de conservar mi cuerpo en buen estado. Quizás esté muerto, no lo sé. Hay algo que habría que hacer y que no hago. No me lo han enseñado. Este año he envejecido mucho. He fumado ocho mil cigarrillos. Me ha dolido, a menudo, la cabeza. No obstante debe haber una manera de vivir; algo que no se encuentra en los libros. Hay seres humanos, hay personajes; pero de un año al otro apenas si reconozco las caras.
No respeto al hombre; sin embargo, lo envidio.
******


Mi cuerpo es como un saco surcado de hilos rojos
La habitación está oscura, mis ojos brillan débilmente
Me da miedo levantarme, noto por dentro
Algo blando, maligno, que se mueve.

Hace años que detesto esta carne
Que recubre mis huesos. De superficie adiposa,
Sensible al dolor, levemente esponjosa;
Un poco más abajo, un órgano se tensa.

Te odio, Jesucristo, por haberme dado un cuerpo
Los amigos se esfuman, todo huye, deprisa,
Los años pasan, se escurren, y nada resucita,
No deseo vivir y la muerte me asusta
******

Sin reconciliarse

Mi padre era un imbécil bárbaro y solitario;
Ebrio de decepción, solo ante el televisor,
Rumiaba unos planes frágiles y muy raros,
Su mayor alegría era verlos fracasar.

Me trató siempre como a una rata a la que perseguir.
La mera idea de un hijo, creo, lo asqueaba.
No soportaba pensar que le aventajase un día,
Solo por seguir vivo cuando él reventara.

Se murió en abril, gimiente y perplejo;
Su mirada delataba una cólera infinita,
Cada tres minutos, insultaba a mi madre,
Criticaba la primavera, hacía bromas procaces.

Al final, justo antes de acabar su agonía,
Una calma breve recorrió su pecho.
Sonrió al decir “estoy nadando en orina”,
Y después se apagó con un ligero estertor.
******

La grieta

En la inmovilidad, el silencio impalpable,
Yo estoy ahí. Estoy solo. Si me golpean, me muevo.
Trato de proteger una cosa roja y sangrante,
El mundo es un caos preciso e implacable.

Hay gente alrededor, los oigo respirar
Y sus pasos mecánicos se cruzan sobre el enrejado.
He sentido, no obstante, el dolor y la rabia;
Cerca de mí, muy cerca, un ciego suspira.
Hace muchísimo tiempo que sobrevivo. Tiene gracia.
Recuerdo muy bien los tiempos de esperanza
E incluso recuerdo mi primera infancia,
Pero creo que es éste mi último papel.

¿Sabes? Lo vi claro desde el primer segundo,
Hacía algo de frío y yo sudaba de miedo
El puente estaba roto, eran las siete en punto
La grieta estaba ahí, silenciosa y profunda.
******

El amor, el amor

En un cine porno, unos jubilados cascados
Contemplaban, escépticos,
Los retozos mal filmados de dos lascivas parejas;
No había argumento.

He ahí, pensaba yo, el rostro del amor,
El auténtico rostro.
Algunos son seductores, y seducirán siempre,
Y el resto sobrevive.

No existe ni el destino ni la fidelidad,
Sólo cuerpos que se atraen.
Sin sentir ningún apego ni, desde luego, piedad,
Uno juega, y después destroza.

Algunos son seductores y por lo tanto muy amados;
Sabrán lo que es un orgasmo.
Pero hay tantos otros cansados y sin nada que ocultar,
Ni siquiera un fantasma.

Si acaso, una soledad agravada por la impúdica
Alegría de las mujeres;
Si acaso, una certeza: “eso no es para mí”,
Un oscuro y pequeño drama.

Con certeza morirán un poco desengañados,
Sin ilusiones poéticas;
Practicarán a conciencia el arte de despreciarse,
Será algo mecánico.

Me dirijo a todo aquel que nunca haya sido amado,
Que nunca supo gustar;
Me dirijo a los ausentes del sexo liberado,
Y del placer corriente.

No teman amigos, su pérdida es mínima:
El amor no existe en ninguna parte.
Sólo es una broma cruel de la que ustedes son víctimas,
Una jugada de experto.
******

Transposición, control

La sociedad es quien establece las distinciones
Y los procedimientos de control
Hago acto de presencia en el supermercado,
Interpreto muy bien mi papel.

Asumo mis diferencias,
Delimito mis exigencias
Y abro la mandíbula,
Mis dientes están un poco negros.

El precio de las cosas y los seres se tasa por consenso
transparente
Donde intervienen los dientes,
La piel y los órganos,
La belleza que se marchita.

Ciertos productos con glicerina
Pueden constituir un factor de plusvalía parcial;
Decimos: “Es usted hermosa”;
El terreno está minado.

El valor de los seres y las cosas es generalmente de una precisión extrema Y cuando decimos: 
“Te quiero”
Establecemos una crítica,
Una aproximación cuántica,
Escribimos un poema.


sábado, 21 de enero de 2017

APROXIMACIONES A GONZALO ARANGO / Raúl Mejía


APROXIMACIONES A GONZALO ARANGO
Raúl Mejía

I
Pudo no tratarse del mejor viaje, el recorrido planeado durante semanas, incluyendo itinerarios, hoteles y, con suerte, ignotos parientes. No fue así, prisas y otros, a modo de reserva de sumario, obligaron a acudir a algunos municipios del sur occidente de Antioquia de manera angustiosa. Las tres, cuatro horas que separan a Medellín del turístico poblado “Jardín”, permiten el registro visual de diversos sitios, entre ellos la creciente ciudad de “Andes”. Este es el lugar de ascendencia de cercanos y sí, por supuesto, el sitio en donde nació Gonzalo Arango. Es feo, bullicioso, rodeado de cerros, fincas e idiosincrancias apuntaladas al cultivo y comercio del emblemático “café”. No tengo idea del probable contraste entre aquel año de 1931 y la actualidad del municipio del fundador del “Nadaísmo”, cualquier apreciación urbanística o nostálgica ha de pasar por voluntarios y fanáticos seguidores del “profeta”, con especializaciones en “POTS”, arqueologías y personales añoranzas. Permanecí poco tiempo en este “pueblo”, insuficiente para rastrear lejanas huellas y ecos de abuelos maternos y aún más próximos seres; no pensaba en absoluto auscultar memorias de aquel hombre que salió de allí a los diecisiete años. En “Jardín”, a escasos minutos, el casual encuentro con algo de su obra, me animó a estas aproximaciones.

II
Salvo por novelas de Fernando Vallejo, que no he leído en su totalidad y varias más, en donde se impone ferozmente esa “primera persona”, momificarse en ella, en el pronombre “yo” y afines semánticos, aburre por sus deslices de vanidad, subjetivismo y frivolidad. Sin embargo y en épocas de absoluta tiranía de la misma, tenues dosis de la misma no creo que generen cismas o agujeros negros. Dicho esto, entonces, recuerdo que, en el precioso poblado “Jardín”, me topé con inusitadas publicaciones, halladas en la biblioteca municipal. Entre textos, revistas, un libro que recogía parte de copiosas entregas y colaboraciones del juvenil Gonzalo Arango en magacines, periódicos y folletos de fines de los años cuarenta e inicios de los cincuenta. Al parecer “no publicados antes en formato de libro”, al decir del compilador. En presencia y cohabitación de horas y tiempo laxo, me entretuve leyendo algo de lo impreso allí: viejos discursos, notículas, referencias a propósito de lecturas y novedades universitarias, nada trascendente, sólo que, al pertenecer a él, merecieron ser llevadas a un volumen que se apiñará alrededor de muchos más, existentes y por surgir. Fueron escasos aquellos efluvios bucólicos para eclosionar en mí, fervores hacia la lectura “total” del célebre autor de “PROVIDENCIA”.

III
Todo estudiante veterano, actual y futuro de licenciaturas en literatura y afines, en Colombia, forzosamente ha de estudiar aspectos sobre escritores, escuelas e ismos vividos o creados en el país. Es asunto académico de obligada cultura general. Llámese como se llame la asignatura, ha de ocuparse del “Nadaísmo”, asumiéndola bajo parámetros sospechosos y/o individualistas del docente o experto de marras. Hecho este proceso, el licenciado habrá de perpetuar lo “aprendido” y darle a conocer a díscolos, irreverentes, displicentes y aburridos alumnos de secundaria, detalles sobre obras, escritores e instantes sublimes a propósito de la literatura nacional: ¿será el Nadaísmo un capítulo “especial”? Lo dudo, no por la importancia del mismo, sino por feroces apatías y desgreños de la mayoría de los estudiantes. Yo (me excuso en serio por usar este monosílabo fastidioso) aprendí más sobre X-504, Amilkar U., Jotamario y el citado Gonzalo Arango, por lecturas individuales, al margen de lo precario que fue visto en la universidad. Yo, docente, apenas si insinúe mínimos detalles a “mis” estudiantes, dos citas allí, tres minúsculas biografías y algún aleatorio poema. Sé de colegas que hacen menos o se radicalizan con informaciones hechas polvo de ecos mudos en oídos y sensibilidades de impúberes. ¿Es suficiente lo que intentan academias y profesores para mantener vigentes obras y autores? Que Pilatos pida más agua…

IV
“PROVIDENCIA” fue el primer (y único libro completo leído) asomo que tuve con respecto a la amplia bibliografía de Gonzalo Arango. Conocí esos, digamos, metafísicos y sutiles versos, finalizando la década de los setenta. Muy niño, desde brumosa distancia de ignorancias e ingenuidades, había visto a colectivos tardíos de “hippies” e iniciales amantes del rock fuerte, reunirse alrededor de canciones, marihuana y demás parafernalias. Supe del bullicio mediático ante la muerte del “profeta” a través de noticieros de la época, pero el apático estudiante que era, del grado séptimo, apenas si reaccionó a esa noticia. Si la memoria no falla, PROVIDENCIA, sus poemas, venían acompañados por viñetas, creo que de “Angelita”, compañera última del poeta. Supe también, por supuesto y años después, de furias, desvaríos y ofensas de otros sujetos del Nadaísmo, a raíz de esa ulterior faceta neo-cristiana de su antiguo líder: tonterías o reacciones en pro de hacerse usuario de entrevistas para seguir siendo “popular” en medios y publicaciones. Ya en la universidad y como cliente del “Círculo de Lectores”, me hice a una antología de la poesía colombiana. Recuerdo que el primer poeta antologizado era José Asunción Silva y la última (supongo) María Mercedes Carranza –curiosa secuencia de suicidas- Entre otros, estaban (y están) Gonzalo Arango, Jaime Jaramillo Escobar y Jotamario, tres Nadaístas, de los más notables, faltando el importantísimo nombre de Amilkar U. De ellos ya conocía textos de X-504, sus “POEMAS DE LA OFENSA”, notable poemario. Pero nunca viví instantes espirituales o reveladores para moderar tan pasmosa ignorancia acerca de nuestro primer y solitario “Ismo” local, debido –quizás- a lodosas apatías regionales.

V
Recién y movido por mareas de alto ocio, contactos y presencia impenitente de la Poesía, se han facilitado accesos para corregir crasos vacíos y allegarme a prosas, cartas, crónicas y sí, poemas, de la mayoría de involucrados en este movimiento. Sólo vi, de paso, distante, al largamente moribundo Darío Lemos. Al excelente vate, X-504, le conocí en la biblioteca Piloto de Medellín, donde prosigue con su taller de escritores. Jotamario y Eduardo Escobar siguen siendo bastante visibles a través de sus columnas y publicaciones. Hay más, sin duda, pero se sabe desde lustros quienes fueron, son y serán fundamentales: ellos, los nombrados hasta este instante.
¿Quién es Gonzalo Arango para jóvenes, escritores y afectos a la literatura? No aparece en billetes, ignoro si su nombre se lee en frontispicios de escuelas o bibliotecas (como mínimo ha de haber una en que sí), tampoco se le pronuncia en canciones aún programadas. Pero y para contrastes epistemológicos, es cita ineludible en cuanto mundillo o grupúsculo añejo o advenedizo de poetas y poemas exista en Colombia. Junto con García Márquez, Silva y Mutis, hace parte de celebérrima galería de autores “clásicos”, en el sentido muy liberal de acumulaciones de referencias, estudios y publicaciones: es “archi conocido” y, a la vez, “híper desconocido” para masas y burguesías incultas. A juicio a priori, personal, diría que es el escritor más abismalmente irregular, vigente y atractivo en nuestro discutible y escabroso “Olimpo” o “Parnaso” nacional.

VI
Es extraña la dinámica de publicaciones del Gonzalo Arango vivo, estudiante y líder de su movimiento: novela, cuentos, obras de teatro, poemas, cartas, manifiestos, crónicas, discursos, diarios de cárcel, ensayos, etc. Es formidable como hacedor de epístolas, agresivo, demoledor con su fina prosa. ¿Eclécticas facetas de escritor? No sé, a veces encanta y en otras se difumina, se pierde, afanado en escribir febrilmente. Amén de aquellos poemitas de PROVIDENCIA, se facilita –por no pocas compilaciones- leer poemas iniciales, extensos, plenos de aristas rabiosas y vehementes. Al igual que aquel deseo de Borges, ¿será el poeta el que sobrevivirá? Vaya ingenio y dureza que esgrime cuando se va lanza en ristre contra “vacas sagradas” de la cultura y literatura de aquellos años, especialmente bardos y escritores católicos, que conllevaron a encarcelamientos y resistentes episodios heréticos, simpáticos, que no dejan de recordarse y extrapolarse. Lo que pervive en la psiquis, ¿es lo importante? Conservo el placer que viví al leerle crónicas sobre “Cochise”, Carlos Lleras Restrepo y dos o tres más. ¿Es ese el “Gonzalo Arango” esencial? De serlo, no presumo que fuese una conclusión peyorativa, sería adicional a varias más, personales y/o generacionales, que han visto y ven en él a un revolucionario, genio o escritor con vigencia indiscutible.

VII
Son vastas, también, iconografías, recuerdos y anécdotas acerca de Gonzalo Arango. A través de las mismas, es viable para cada quien, hacerse o configurarse al Nadaísta vivo, fraterno y comprometido con sus ideas, palabras y proyectos. En alguna ocasión mencioné del curioso paralelo con otro memorable antioqueño, Porfirio Barba Jacob: descabellado o no, son divagaciones tangenciales. “EL Nadaísmo” pudo ser, es y tal vez prosiga, debido a la energía, rebeldía y rabia de un sujeto cansado de verborreas, clasismos y pobrezas mayúsculas en la literatura colombiana. Para algunos, tanto él, como los demás Nadaístas, solo fueron deleznables payasos, viciosos, excéntricos dotados en ironías, pero intrascendentes como escritores “serios”. Pero es irresistible no percibir atavismos y acritudes que siguen siendo necesarios ahora, innegable es no admitir improntas, caballitos de batalla que lanzaron, que habitaron para ir despojando a nuestra sociedad y viciados entramados, de hipocresías, gazmoñerías y pobrezas proverbiales. Ese reconocido humor, apreciaciones de vanguardias literarias y energía desbordante, mantienen cohesionado al Nadaísmo como registro básico, perdurable en nuestro acaecer físico y, si se quiere, espiritual: jamás mueren susurros, diatribas, risas que permitieron lucideces y asombros.



sábado, 14 de enero de 2017

42 Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico.Hans Brückner

Hans Brückner en la Ducrane, Bogotá, años 1940

                                                    Casa donde vivió Hans Brückner en Aranjuez

4
42 Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico. Hans Brückner 
  
Hans Brückner, cineasta húngaro en Aranjuez.

Para  Andrés Upegui
Víctor Bustamante

Hoy martes, 15 de noviembre, caminamos por San Cayetano para  buscar la casa de Pietro Mascheroni, con tan buena suerte que nuestro guía, don León Vargas, antes de llegar a su casa, en un tercer piso, nos indica que en esa fachada, que ahora es un muro de ladrillos desnudos con alambrado de protección en la parte alta, quedaba una de las casas más hermosas del barrio. Le decían el Castillo, y que ahí había vivido un cineasta. Hace memoria y, de repente, aparece el nombre de Hans Brückner, para así, de esa manera, sorprendernos por la presencia del cineasta húngaro, cuyo rastro en Medellín se había perdido, a pesar de haber habitado en la ciudad varios años.

La primera noticia sobre Hans Brückner la obtuve al encontrar varias películas abandonadas en el solar de una casa de Prado en Medellín. En una de ellas aparece su nombre en un corto metraje de la serie Panoramas colombianos: Ocaña. Luego busqué, infructuosamente, su presencia en el panorama cinematográfico nacional en la escaza documentación que podía consultar. Poco a poco, y con los años, logré saber la razón por la cual había llegado al país y que había participado en la filmación de algunas películas colombianas, y también había aportado sus conocimientos y su experiencia en diversos cortometrajes para el enriquecimiento de la filmografía del país en un momento donde el aporte de técnicos extranjeros, ya fuera directores, camarógrafos o sonidistas, era de suma importancia.

Hans Brückner había nacido en el año de 1901 en Hungría. Su actividad como cineasta comenzó en el departamento cinematográfico del gobierno austriaco,  realizando  documentales y, además, de tema cómico con actores profesionales. En 1920 fue ayudante de cámara del camarógrafo Hans Thayer, en películas dirigidas por Alexander Korda y Michael Curtiz. Eran largometrajes históricos con decorados monumentales. Uno de ellos, esa historia consuetudinaria entre el amor de dos poderosos perdidos en los sótanos de la historia: Marco Antonio y Cleopatra.  Entre 1922 y 1926 fue camarógrafo viajero y representante para Europa Central y los Balcanes de la Pathé News. Durante 1922-24, dirigió en Viena su empresa Medical Films, con la que filmó varias películas, incluyendo un documental sobre la hidrofobia en humanos y animales, realizado para la Sección de Higiene de la Sociedad de las Naciones. También regentó dos grandes almacenes de artículos fotográficos y fue presidente de la Federación de Almacenes Fotográficos de Viena. Durante los años, 1927 a 1938, fue representante general y camarógrafo viajero para Europa Central y los Balcanes de la Hearst News, noticiero distribuido por la Metro Goldwyn Mayer, y también para la International News, a las que debía suministrarles, además de noticieros, documentales industriales y científicos. También tuvo el mismo cargo para la UFA, y más tarde para Selenophon. Hacia 1929 filmó un documental y su ayudante fue Billy Wilder, quien era redactor de un periódico vienés, Juranek. Billy Wilder emigraría a Estados Unidos y se convertiría en uno de los grandes directores de cine. Una obra maestra lo confirma, Sunset Boulevar.

Hans Brückner, en 1932, dirigió y filmó el largometraje silente, Juwelen, (Joyas), producida en los estudios cinematográficos más significativos de Austria, Listofilm. Para tal efecto escribió el guion basado en el cuento La señorita de Scudéry, de E.T.A. Hoffmann. Fue interpretado por Oscar Béregi Sr, Alexander Critico, Manja Sorrel y Renate Duroffy.

La historia es la siguiente: En el invierno 1928, en Kärtnerstrasse, una calle discreta en el barrio judío de la capital austriaca, un joyero ha sido brutalmente apuñalado para robarle. Minutos después, en otra  joyería, también se efectúa otro robo de considerable valor. En las noticias el diario ofrece una recompensa de 10.000 chelines a cualquier persona que de pistas que lleven al arresto del misterioso ladrón. En el Diamond Club, el presidente Rufus Geiring se reúne con los joyeros afectados para tomar las medidas pertinentes. Durante esta asamblea los joyeros son víctimas de un curioso incidente durante un imprevisto corte de energía. Días más tarde, Eva Geiring y su dependiente han recibido la visita en su tienda de un hombre joven y elegante, Alexis Karlowski, que compra una pulsera, solicitando que le sea enviada al Hotel Park. Al día siguiente Eva Geiring evalúa algunas joyas raras y collares del Baron Costelli, a quien misteriosamente encontró drogado y dormido en la calle. Cuando va a entregar la pulsera, Eva descubre que ningún huésped del hotel se ha registrado bajo el nombre de Alexis Karlowski. A su regreso será atacada por dos matones. Por suerte, un transeúnte, Robert Sonnweg, interviene a tiempo para prevenir el delito.

Jean-Claude Fischer anota en Cinéfiches, que esta película es primer logro de un director completamente desconocido en la élite de la filmografía de Austria, que emigró unos años más tarde a Colombia. En esta película hay sorpresas y fascinación permanente por la increíble atmósfera de ensueño para una historia truculenta de muerte, impregnada de secuencias oscuras, en la frontera entre la fantasía y la locura. Una obra poderosa que deja una impresión duradera y que llamó la atención a los surrealistas.

Hans Brückner mezcló en su película algunos elementos del género negro, el rango se extiende desde "quién lo hizo",  la presencia de detectives con elementos del cine de terror. Lo evidencian el uso de las sombras, efectos de iluminación, fundidas de acuerdo con el cine alemán y bajo la lucha dramática retomada del modelo americano. Esta película fue estrenada el 30 de mayo de 1930. Años más tarde en el 2010, durante el Festival de Cine de Viena, Juwelen, fue exhibida en un performance.

En 1938, el mismo año que Austria entró a hacer parte del Tercer Reich, Brückner, estrenó Camino al sol, su último filme en Europa, película sobre la vivienda rural. Como era húngaro de ascendencia judía, emigró a Colombia debido al acoso contra los judíos en Austria, dominada por el nacionalsocialismo. Él había hecho cine en Alemania y durante la época de Hitler le exigieron hacer cámara en documentales propagandísticos. Gracias a esa labor lo dejaron salir. Joaquín Quijano Mantilla, cónsul de Colombia en Berlín, lo contactó con Colombia Film, que lo contrató para participar en los primeros desarrollos del cine sonoro en Bogotá. Brückner llegó a Buenaventura en 1938.  Pero esta empresa resultó ser un fiasco, mejor, una fantasía de algunos inversionistas, por la falta de capital.

Ya en 1939, otra naciente empresa de cine, la Ducrane, decidió importar equipos: una cámara portátil Bell and Howell y un motor sincrónico. La Ducrane Films fue fundada por Leopoldo y Jorge Crane Uribe y los hermanos Oswaldo y Enrique Duperly. Brückner traía buenos equipos, entre ellos una cámara Ascania. Molesto por el incumplimiento de la Colombia Film, ya que nunca comenzaban a realizar ninguna película, lo  contrataron en la Ducrane. Entre sus obligaciones se incluían ser director, guionista y camarógrafo.

Oswaldo Duperly y Brückner filmaron Sinfonía de Bogotá, que les serviría como tarjeta de presentación. El tema era la capital, la antigua y la moderna, con su música de fondo. Los medios colaboraron, hasta el ácido crítico de cine de Medellín Camilo Correa hizo despliegue a la filmación.

Luego filmarían Allá en el trapiche, (1943), siendo director de fotografía: Hans Brückner. La dirección sería del chileno Roberto Saa Silva. Guion: Gabriel Martínez. Música: Emilio Murillo, Conjunto Típico Radio Mundial, Orquesta Voz de la Víctor. Actuaron: Lily Álvarez, Tocayo Ceballos, Soledad Sierra, Humberto Onetto, Gabriel Martínez, Ángel García, Maruja Yepes, Pedro Caicedo, Pepe Montoya, Ernesto Zamudio, Jorge Peña, Aureliano Escobar, Aura Valencia. Esta película fue la primera realizada en el país con sincronismo directo. El único que tenía experiencia era Brückner. Eran proverbiales las discusiones entre Brückner y Gabriel Martínez cuando estaban montando. Brückner era el que dirigía esa parte. Uno de ellos decía: esta es la escena 42, el otro respondía: no puede ser, porque la 42 coincide con la 28. En esta confusión, y con mucha paciencia terminaron su labor hasta que montaron la película.

En 1944, y en colaboración con Oswaldo Duperly, dirigió Golpe de gracia, allí se recreaba un concurso radial sobre música colombiana en un ambiente de gentes y acciones de las radiodifusoras. El argumento fue escrito entre el Tocayo Ceballos, toda una estrella en el mundo de la radio, y Oswaldo Duperly. En esta película figuraron actores famosos de la radio bogotana como el mismo Tocayo Ceballos, Hernando Vega Escobar, Sofía Hernández, Pepe Montoya, y Mary de Vásquez. La película gustó al público y a la prensa pero su éxito económico fue más bien malo.

Senderos de luz (1945), fue dirigida por Emilio Álvarez Correa, Oswaldo Duperly, de jefe de producción, Enrique Duperly, supervisor artístico, y Hans Brückner  de camarógrafo. Los demás cargos técnicos se distribuyeron casi todos entre los socios de la empresa Ducrane y Uribe. Como actores figuraron Hernando Vega Escobar, María Cortijo y Clarita Cuéllar. Sendero de luz se basó en un cuento del escritor Jaime Ibáñez. El rodaje se efectuó en una finca en los alrededores de Viotá, Cundinamarca. Brückner filmaba metido en una jaula de cristal para aislar el ruido de la cámara, o con la cámara de mano cuando no había sonido sincrónico. Tenían muchos problemas. Uno de ellos, la electricidad que provenía de la planta Diesel del trapiche y como solo tenían  cincuenta metros de cable, debían situarse alrededor de la planta. Allí mismo revelaban los negativos ante la escasez persistente de agua.

Oswaldo Duperly, como creador de empresa, sabía que una de las formas de financiar el cine era buscando iniciativas para capitalizarlo. Una de ellas ocurrió cuando observó que a los gringos le interesaban las filmaciones de acontecimientos sorprendentes, como incendios en pozos petroleros, expediciones a la selva; temas exóticos. Pagaban a cinco dólares el pie. De tal manera se iba con Brückner a filmar sin miedo al peligro, pero la competencia de camarógrafos estadunidenses, mejor dotados, con equipos y películas los dejaron afuera al quitarles la idea.

Dentro de esta actividad, Vaupés, fue encargada a la Ducrane Films en 1945 por la United States Rubber Development Corporation, empresa que por el año de filmación de este cortometraje participaba de la explotación cauchera en el Vaupés. Duperly y Brückner fueron los responsables de la filmación.

Luego, de Artistas Unidos, llamaron a Duperly y le solicitaron doscientos metros de filmación de un toreo típico. Con Brückner fueron a diversos pueblos y filmaron las escenas solicitadas. Siempre, en estos casos, entregaban el negativo sin revelar y ellos enviaban el pago.

Un día, en uno de esos viajes, junto  Brückner,  Duperly, vio una tormenta tan perfecta, que le pidió a Brückner que la filmara. A los dos meses la RKO les solicitó tomas de tormentas, rayos, selva, culebras y fenómenos de esa índole. Y de una les enviaron ese material que se vendía muy bien. De esa manera cuando viajaban a cualquier ciudad sacaban notas para el Noticiero, documentales y tomas de posible utilización y venta.

Duperly, previsor, fue a la oficina de  Jorge Eliecer Gaitán y le propuso filmarlo. Gaitán arribó al estudio de cine con su esposa y su hija. Lo maquillaron, le ubicaron luces con esmero. Duperly, señaló: doctor Gaitán, tiene al frente doscientas mil personas, usted les va a hablar de corazón, dígales qué quiere usted que sea Colombia. Y Gaitán sabedor del poder del cine, inspirado e imparable, comenzó a arengar y a hablar, discursivo y memorioso. Este documento se perdería en un incendio en los laboratorios de Sasaima.

 Pero la hora fatal llegaría. Duperly, que no obtenía los torrentes de dinero deseado, puso en venta sus acciones después de filmar Sendero de Luz, más o menos a finales del 45 y comienzos del 46. Como no era fácil vender acciones de una empresa en decadencia, exigió que le cambiaran su valor y lo que le debía la empresa se lo pagaran con un lote vecino al de Sasaima, esa finca, remedo de un Hollywood que no prosperó. Él siguió vinculado y sin pago, con la intención de tratar de salvar algo que había creado. Brückner hizo lo mismo y también le pagaron con más fanegadas de tierra y, ambos, se dedicaron a construir sus casas.

En este nacer y renacer del cine colombiano, el sueño de establecer una gran empresa de cine persistiría. En 1947 fue creada en Medellín Pelco por Alberto Estrada, Guillermo Greiffenstein y Leo Frankel. Nombraron  a Camilo Correa como gerente. Camilo Correa desde su revista Micro se había convertido en todo un crítico intransigente de cine. Pelco, a instancias de Correa decidió contratar a Hans Brückner. Pero cuando pensaban en realizar una transacción y comprar equipos a los hermanos Acevedo, Brückner que era un tipo de otro talante denunció ante los dueños de Pelco a Correa por pretender obtener una comisión y así Camilo Correa fue echado de la naciente compañía.

En el número 53 de Micro, Correa toma venganza: “Herr Brückner y el cine nacional”, allí acusa al camarógrafo austriaco de ser uno de los principales obstáculos para las empresas nacionales, por su deslealtad típica de una raza de mercaderes. Le recordaba Brückner su origen judío.

Luego del incidente con Correa  en 1948, en Fotóptica Limitada, vemos a Alberto Estrada y a Hans Brückner asociados en Medellín. También Brückner anda activo en su labor de fotógrafo, ya que fue parte notable en la historia del Club Fotográfico de Medellín. Estos fotografiaban los hechos significativos de la ciudad, los personajes destacados, las obras públicas, los actos sociales, los eventos religiosos y, por supuesto, la vida familiar. Estos eventos eran registrados por quienes practicaban su afición a la fotografía. Eran bastante conocidos los fotógrafos Jorge Obando, Gabriel Carvajal, Carlos Rodríguez, Rafael Mesa, Francisco Mejía, Manuel Molina M., Hans Brückner y Rudolf Betbke, entre otros.

Marco Tulio Lizarazo cuenta que durante el gobierno de Rojas Pinilla, sus funcionarios, sabedores del poder de cine, estaban organizando una gran exposición en el Museo Nacional para mostrarle al país los avances sustanciales. A él le ofrecieron ese contrato. Pero le advirtieron que solo tenía dos meses para realizar las películas. Lizarazo envió cuatro camarógrafos a filmar por todo el país. Brückner filmó la parte del centro. Gonzalo Acevedo se fue al sur, Dagoberto Castro y Ramón Carthy filmaron lo demás. Después Brückner, Acevedo y él, con tres asistentes editaron día y noche durante un mes el material filmado. Dormían dos o tres horas y tomaban montones de café. El día convenido, Lizarazo fue al ministerio con las películas terminadas. Ellos no sabían qué hacer. Lo abrazaban y lo felicitaban.

Continúa Lizarazo: “A partir del año 56, se inició una época de intensa actividad en mi empresa. Fue cuando llegamos a tener catorce empleados, y este edificio era solamente para las oficinas de la productora. Trabajábamos con cuatro camarógrafos y yo viajaba como un loco por todo el país filmando. Por la mañana estaba en Barranquilla con Hans Brückner, al medio día en Medellín trabajando con Ivo Romani. Llegaba a Bogotá en la noche a seguir editando y así, cada día. Filmamos al país entero, los llanos, las ferias, los visitantes que llegaban al país, los crepúsculos. Sí, yo amaba los crepúsculos y siempre les decía a mis camarógrafos: filmemos ese atardecer.

Acerca de Hans Brückner añade: “Mi deuda con él es invaluable. Él me dio todo lo que conocía. Colocó toda su experiencia al servicio de mi empresa y del cine colombiano. Todo lo que Uds. han visto y mucho más. Porque Brückner trabajó no sólo para mí sino para otras casas productoras. Todo fue filmado por él. Era un excelente fotógrafo y un hombre de unas cualidades humanas incomparables. Él fue algo así como los ojos del cine colombiano durante muchos años.

Al comienzo éramos Brückner, un ayudante y yo. El cliente nos entregaba el 50% del dinero a la firma del contrato y el resto a la entrega de las copias. Eso no ha cambiado mucho. Entonces, con ese dinero inicial, comprábamos película virgen y financiábamos el sostenimiento del rodaje. Después cuando la empresa se consolidó hicimos algunas inversiones: el edificio donde funcionaba la empresa. Varias cámaras Arriflex modernas y una camioneta equipada para viajar por todo el país. Teníamos una nómina de catorce empleados y representación en varios países”.

Hans Brückner, ya nacionalizado en el país, pensaba dedicarse a la siembra de higuerilla en Santander. Ahora solo queda completar su filmografía, así como averiguar su labor fotográfica en Medellín. Y lo que añade Lizarazo, durante muchos años Brückner fue los ojos del cine colombiano.

Hans Brückner había nacido en Hungría en 1901 y murió en Bogotá en 1976.

De Hans Brückner no se ha estudiado el peso de su experiencia y su contribución al desarrollo de la filmografía nacional. Sí existe una enumeración de los largometrajes donde participó, así como la diversa cantidad y variedad de cortos donde él estuvo presente como camarógrafo; podría inferir acerca de una mirada Brückner y su importancia para el cine nacional. Sus largometrajes y documentales, esperan este análisis. No creo que me equivoque, Brückner, es el cineasta extranjero que más aportó a la cinematografía nuestra.



Otra Filmografía donde participa Hans Brückner:

1939
SINFONIA DE BOGOTA, Dirección: Oswaldo Duperly y Hans Brückner.
1940 a 1949
NOTICIERO DUCRANE, Realización: Hans Brückner.
1944
PAZ DE RIO, Hans Brückner y Oswaldo Duperly.
FLORES NEGRAS, Dirección: Oswaldo Duperly y Hans Brückner.
1945
POPAYAN, Hans Brückner y Oswaldo Duperly.
1946
VAUPES, Dirección: Oswaldo Duperly. Fotografía y Cámara: Hans Brückner.
RUMBO AL CORAZON DE LA SELVA, Dirección: Oswaldo Duperly. Fotografía y Cámara: Hans Brückner.
PUERTA DEL PROGRESO, Dirección: Oswaldo Duperly. Fotografía y Cámara: Hans Brückner.
1946 en Medellín Brückner dirigió tres cortometrajes: Reinado nacional de Belleza en Cartagena,  Granja de Palmira,  y Clínica de maternidad para Pelco, Películas colombianas.
1947
EL INSTITUTO COLOMBIANO DE LOS SEGUROS SOCIALES. Marco Tulio Lizarazo. Cámara y Grabación de Sonido: Hans Brückner.
 1950
EL EQUIPO AGRÍCOLA FORO Producción: Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Sonido, Hans Brückner.
REPRESA DEL SISGA Producción: Marco Tulio Lizarazo. Fotografía: Hans Brückner.
1951
CENTENARIO DE LA CIUDAD DE MANIZALES Sin créditos en la copia encontrada.
POR LOS CAMINOS DE SANTANDER DEL SUR. Marco Tulio .Fotografía: Hans Brückner y G. Torres Samudio.
NARIÑO TIERRA DE ENSUEÑO. Marco Tulio Lizarazo. Edición y dirección técnica: Hans Brückner.
1952
NARIÑO LA SUIZA DE COLOMBIA. Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Edición: Hans Brückner.
PASTO CIUDAD TEOLOGICA y CULTURAL Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Supervisión técnica: Hans Brückner.
EN LA ARMADA NACIONAL.  Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Supervisión técnica: Hans Brückner.
BUCARAMANGA. LA CIUDAD DE LOS PARQUES. Marco Tulio Lizarazo. .Fotografía: Hans Brückner y G. Torres Samudio.
FRAGATA ALMIRANTE PADILLA REGRESA A PUERTO. Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Supervisión técnica: Hans Brückner.
CONOZCA A SANTANDER DEL NORTE. Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Supervisión técnica, Hans Brückner.
1953
CUCUTA LA PERLA DEL NORTE. Marco Tulio Lizarazo. Filmografía y Supervisión técnica: Hans Brückner.
SANTA MARTA PARAÍSO TURISTICO. Marco Tulio Lizarazo. Fotografía y Supervisión técnica: Hans Brückner -
ROJAS PINILLA. Fotografía: Hans Brückner. Ramón Carthy.
SANTA MARTA CUADRO ACOGEDOR Producción: Gran Colombia Films - Marco Tulio Lizarazo con el patrocinio de la Gobernación del Magdalena. Fotografía: Hans Brückner
1954
CINE VARIEDADES No. 3 Producción: Gran Colombia Films - Marco Tulio Lizarazo y Jorge Valdivieso - Fotografía: Hans Brückner.
PANORAMAS COLOMBIANOS. Marco Tulio Lizarazo. Dirección: Luis Lalinde Botero - Fotografía: Hans Brückner.
1955
OBRAS PÚBLICAS NACIONALES (Copias sin ubicar: ficha técnica. reconstruida por Marco Tulio Lizarazo). Fotografía: Hans Brückner. Gonzalo Acevedo. Ramón Carthy y Dagoberto Castro. Edición: Marco Tulio Lizarazo. Hans Brückner.

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Bibliografía:

Salcedo Silva, Hernando. Crónicas del Cine Colombiano 1897 – 1950, Carlos Valencia Editores, Bogotá, 1981.
Revista Cinemateca N.4 – 23, Bogotá, 1981-1987
Revista Micro No. 1-62. Medellín, 1940-1949.
Duque, Edda Pilar. La aventura del cine en Medellín, Universidad Nacional de Colombia y el Áncora Editores, Bogotá, 1992.