domingo, 31 de diciembre de 2017

final de año / víctor bustamante



final de año
víctor bustamante

ah/ otra vez el final de año
una suerte de guerra personal trazada con inventario siempre en rojo.
cómo lloramos por los instantes que tienen que irse/
cómo bebemos por las personas que se fueron/ como si este año no tuviera también que irse.
cómo denigramos por lo dejado de realizar.
((criaturas de doble sentido & ambición añoramos & en el momento de realizar las buenas ofrendas & los buenos actos nos mata la egolatría)) & es que caemos en cuenta que nunca cambiaremos.
seguiremos siendo malvados/ mentirosos/
egoístas & un poco ladrones/ bastante haraganes/ &/ sobre todo/ malos poetas.
eso/ criaturas llenas de remordimiento.
¿qué diferencia existe entre el último día del año pasado & el primer día del año nuevo?
¿acaso los faroles no espían sin cambiar su rostro mientras apuramos el mismo trago de la noche anterior?
¿acaso las lluvias van a ser más dulces & las noches más serenas sin caer en cuenta que prístinos pisamos las mismas arenas del espacio & del tiempo?
¿acaso no vemos las calles vacías porque avaros hombres & mujeres se encierran a mascullar: el ejercicio de un dios?
¿no es acaso un día igual a otro día que deshilvana nuestros pasos en la terrible liturgia de sus instantes que caen sobre el polvo de las palabras?
hemos medido el universo & sus objetos/
las distancias de los viajes con la luz/ las estaturas/ la cantidad de dinero depositado en el banco/
el aceite al auto/ cuánto gastamos de agua/  energía & teléfono.
medimos la sombra que proyectan las estatuas sobre los parques
pero nunca cambiamos esa es nuestra materia más deleznable
anhelamos un final de semana/ un final de hora/ un final de día/ un final de año/
un final de siglo/ un final de milenio/ de era/ para mostrar nuestras babas más sublimes.
la única certeza es que somos inmutables: violentos/ mentirosos e indolentes.
pero nos gusta cambiar de calendario porque un año es demasiado largo & aburren las mismas fechas.
Desbocados seguimos bañándonos en ese río de heráclito que es el tiempo con las mismas sombras de las calles anónimas & tumultuosas.

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final de año con canciones estúpidas & falsas conmemoraciones/ lágrimas vivas.
desde la mañana de este anónimo 31 pesan & pasan los segundos/ los minutos
esperando que suene la última campanada en la esfera de esta noche/
para empezar las evasivas buenas intenciones por cambiar.
¿cambiar?
los juegos artificiales golpean el domo del cielo & reverberan su ripio de estrellas
los cláxones saludan con virulencia cuando faltan cinco minutos:
luego es el silencio en las radios & en los teles
silencio porque &a estallaron la pólvora & las lágrimas sobre las huellas sucias de nuestras vidas.
a las dos horas hemos olvidado que ilusoriamente pisaremos la otra playa de otro año cuando en verdad estamos en la misma playa del mismo día de la misma noche.
nada cambia
una fecha es apenas una medida.

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pero antes de pasar este pasaje de la ilusoria última noche con el peso de nuestras historias
he salido para saludar a mi vieja ciudad
abandonada ho& después de las seis de la tarde
los habitantes que no se han ido a veranear
van de afán/ cargados de licores/ con miedo de que los sorprenda en las calles el eterno río de esta noche
sin un taxi que los lleve a casa/
el comercio cierra/
las cafeterías también cierran temprano
las putas también cierran su yo para llorar con lágrimas intensas por su adrenalina
las iglesias que se han adueñado de la eternidad del tiempo ofrendan sus promesas entre nubes de incienso místico.

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en una acera detrás del hotel nutibara un desechable atenazado por el ácido se empeña en arreglar un enorme & dorado reloj de muro encontrado en la basura porque a lo mejor quiere escuchar esas doce letales campanadas bajo el frío mercurial de un puente.
no encuentro a ningún amigo en versalles
me vo& para la buerta a mirar con cara de sonámbulo
& a beber con cara de sonámbulo.

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al otro día perdidos en la playa de un ilusorio nuevo día/
desolados/
creemos que la vida comienza
cuando ávidos de ceremonias seguimos igual este 1 de enero de cualquier año
no realizo contabilidades
he perdido mi infierno / mi eternidad
nada so& en la espesa piedra de esta noche
nada debo
sé que no espero nada de mi aventura
ni de los arquetipos del tarot
escucho los mismos pájaros romper la mañana mientras los sacuden cuerdas de electricidad/
algún petardo parte la mañana pero no es por la celebración del año nuevo
sino del mismo año que es toda la vida & el camino furtivo hacia la muerte

………….

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viernes, 29 de diciembre de 2017

Diario de la Noche / Fotografías de Raúl González



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Diario de la noche /
Fotografías de Raúl González

Víctor Bustamante

Raúl González es un ser de la noche. Su hábitat corresponde a una persona que recala por Junín, en los cafés del Unión o en Versalles para luego urdir sus caminadas. Lo he visto caminando silencioso y pensativo cuando sube por La Playa o por los lados del Parque del Periodista en busca de ese Medellín que abre sus puertas a esas otras personas que necesitan la noche, ya sea para existir de una manera plena al buscar a sus amigos y donde la bohemia deja de ser  una palaba porque aquí un encuentro casual abre la posibilidad de que unas cervezas o un ron fuerte prosiga con un diálogo, o esa sucesión de pasos que buscan la música, la chupada de un cigarrillo, otro trago fuerte, o la inusitada sucesión de yerbas y caramelos para los niños antojados por vivir y sentir la noche al precio que sea.

De Raúl siempre he conocido su pasión por cine, por la fotografía, también  ha indagado en la poesía, ya ha publicado un libro, ha sido un caminante consuetudinario por las montañas y senderos más extraños, y así mismo hace parte de un grupo literario, Los octámbulos. Aunque a veces lo he visto un poco díscolo al buscar la gastronomía, al hacer cursos de caligrafía para recuperar el buen sentido de las palabras  escritas con mucho estilo.

En esta exposición de fotografía en Katrú, un café del Centro entre Maracaibo, Girardot y Córdoba, Raúl ha dispuesto 25 fotografías, pero no son imágenes cualesquiera sino que son la expresión de este mismo ámbito, los alrededores del parque, así como la noche y desde estos personajes que están aquí de cuerpo presente. Por esa razón esas fotos son irrepetibles, fueron captadas en el preciso momento en que la vida se diluía, pasaba, así normal frente al fotógrafo quien decidió, al verlas, captarlas para la posteridad del blanco y negro.

Raúl González ha logrado plasmar lo que en realidad interesa de algún lugar, las personas, y en ese devenir nocturno le ha dado presencia a los habitués de estas calles, de esos cafés que se convierten en memoria y presencia. Raúl no ha buscado personas que sean personajes, que representan un aspecto de sí mismos, tampoco los ha dispuesto para darles la apariencia de ser showmanes y alejarlos de su entorno, menos ha definido su amor a la fotografía con algo que conmueve a algunos incautos como la pornomiseria. No, bajo su óptica, aquí es posible encontrar a sus propios amigos desempeñando su propio papel, y en su mismo hábitat, así como alguna persona que se conoce y no se dialoga con él aunque son conocidos, pero saben que habitan este mismo espacio. Estas fotografías son una síntesis de este espacio, son el álbum de esa otra familia que nos reúne durante los encuentros nunca programados de la noche. Cada una de ellas posee su origen, su historia,  

Esta exposición es un homenaje a ellos, sí, a ellos que no desfilan y se pierden en la eternidad de las calles con su noche, sino que es posible verlos cuando vamos a La Buerta, cuando merodeamos por las calles cercanas al Parque del Periodista o cuando La Boa aún estaba presente. Una a una Raúl fue tomando estas fotografías, uno a uno fue escogiendo a sus amigos para darles esa necesidad de representación de sí mismos, para alojarlos en esta exposición precisamente en un café donde vienen muchos de ellos y se sorprenden al ser asimilados en el ABC del blanco y negro con su presencia como una forma de albergar lo que son las calles habitadas por ellos mismos.

Pero también hay otra arista, Raúl ha dibujado con su cámara la fiesta y el relato de la épica del rebusque con clase, visualizado en Edwin que llega de la noche y nos enseña su maletín con sus muñecos y enseguida se va para La Playa.

Este Diario de la noche de Raúl González resume una parte de sus indagaciones de los tableaux citadinos, que con el paso de los días dejan de ser homenaje a la cara presencia de las personas que aparecen aquí, para ser la historia de la ciudad, ya que cada uno de ellos, al entregar su imagen, también nos advierte que detrás de ellos mismos hay una historia por contar. Raúl ya ha nos lo ha advertido, por esa razón esta muestra de fotografías es un documento.

Pero también Raúl nos expresa la noche, la calle con uno de sus poemas:




CLAROSCUROS DEL SILENCIO

Noches que rumian horas
noches de calles y
avenidas despobladas
frío que mina el alma
inermes gigantes
en los claroscuros
del silencio
aparecen entre brumas
rocines desenfrenados
guiados por niños
entre risas perdidas
en umbrales
esquivos
planean los murciélagos
puertas y ventanas
desamparadas entre penumbras
aguardan nerviosas
el albor
donde los soles nocturnos
palidecen
languidez de la gris avenida
solitaria palpita
en profundo sueño
desvanecidos en la oscuridad y
empotrados en el tiempo
sórdidos vagabundos
en los recovecos
duermen como troncos secos
musical rumor
del viento sobre las hojas
agitadas de los árboles





sábado, 23 de diciembre de 2017

Poemas de Lelé Phoenix




Poemas de Lelé Phoenix

CORRER

Tengo ganas de echarme a correr,
Correr cada vez más rápido,
Hasta sentir que empiezo a volar;
Quiero volar cada vez más rápido,
Hasta olvidar que una vez fui cuerpo,
Fui mente,
Fui espíritu,
Fui nombre.


VADE RETRO

Chispa de locura tu mirada,
retumbante, flameante
ingenio de tormentos,
monstruo de belleza palpitante;
 ha incendiado mi corazón,
con ansia ardiente, deseo constante;
fundiéndome a tu sombra en un abrazo de náufrago.
….

GRIS

Era la tarde que me arrebataba el alma, crepúsculo herido,
Un paso, madera
Otro paso, pata de caballo
Otro paso, sangre.
Se me encoge el estómago.
Era la tarde ataviada de gris,
Raíz, musgo, oreja,
Grúa, sombrero, ojo.
A dos mil el kilo,
Las puede escoger,
Sudor, bandera, voces.
Mi alma, mi alma, se me va.
Dejé de ser yo,
Y esta sensación infame
Rayándome las venas,
Otra vez vivo en el futuro.

….

SIN PALABRAS

Esta mañana al despertar,
en la tenue penumbra de la alcoba
te busqué,
Al tibio contacto me rendí sin palabras,
Todas ellas
Dentro de un baúl
En desorden apiladas;
unas raídas por el uso,
Otras deformes en el olvido,
Algunas nuevas con significado aún no establecido,
Todas ellas resignadas,
en silenciosa espera,
a ser pronunciadas.

….

BESO DEL AIRE

Beso de espuma, una ráfaga de olvido,
no te laves los dientes ni te peines,
en carnaval de sombras ríen los muertos.
El beso, el fatal beso aquel,
hijo de sórdidos pensamientos.
El beso, los besos latiendo sin tiempo.
El beso que me quema,
fatalidad, deseo.
Deseo impuro, labios en la penumbra,
vestidos, desnudos.
Dos besos por compas y un silencio,
un beso de óxido,
de esos gastados por tiempo.
Un beso de olvido,
de esos que ignoran el nombre,
aunque esté en el alma,
grabado al rojo vivo.

….

(HOMENAJEA FERNANDO PESSOA)
EL DESASOSIEGO DE PEDRO

Conocerte, error de mi imperfección, triste e inmutable, desde que te vi aquella tarde, como un sol rojo traspasando tu cuerpo, irreal flotando.
No puedo decir que te vi, porque antes de que estos mis ojos, faros del silencio se llenaran de ti, mi puño, manantial de seda, te presentía como un cuadro vivo, de encajes pintado, de la acides lustrosa, que se evapora de las montañas cubriendo el valle.
Nada de ti me pertenece, menos tu sonrisa, que aún no ha llegado de un largo viaje.
Ya no recuerdo cuando fue la primera vez que te vi, estoy por pensar que aún no has llegado a existir, recuerdo tallado en mi memoria, transformándose.  ¿Qué te acompaña? Un verso, una oveja desmenuzada en el océano de aire.
Estás en mi ventana, haz de luz cortando trémulo de altiveces las distancias.




viernes, 22 de diciembre de 2017

“LOS MALDITOS”, DE VÍCTOR BUSTAMANTE / Jairo Ruiz Sanabria




“LOS MALDITOS”, DE VÍCTOR BUSTAMANTE

Jairo Ruiz Sanabria

Nadie ha dicho que El Hamaquero no sea el mismísimo Judío Errante. Como el personaje de “Simpatía por el Diablo” de los Rolling Stones, ha estado en el centro de muchos acontecimientos, logrando pasar desapercibido con su disfraz de barbas, mochila y alpargatas. Cuando los poetas empezaron a escribir haikús y a enrolarse en el budismo Zen, el barbuchas ya estaba allí; cuando Castaneda, los hongos y el yagé se pusieron de moda, El Hamaquero ya estaba allí.

Estas características convierten al Barbuchas en un apetitoso banquete para biógrafos, que más de una vez le han metido el diente. No hay estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia que no haya hecho sus primeros pinitos escribiendo un perfil o una crónica sobre el extraño personaje con aspecto de hippie o de santón que regenta una librería en la calle Barranquilla, cuya puerta por muchos años estuvo flanqueada por la pintura de un burro leyendo. A todos los ha atendido, contestando sin menosprecio sus preguntas, y todos se han ido contentos con el saco lleno de mentiras y verdades, como si llevaran un tesoro a casa.

Pero como todo gavilán tiene su Cirirí, al Hamaquero por fin le ha salido su biógrafo. Víctor Bustamante llevaba años espiándolo con el pretexto de la amistad (todo amigo es un espía, no lo olviden, al que dejamos deambular confiados por nuestra intimidad, sin advertir que lo está registrando todo) y cuando ha sentido que tenía la hucha llena, se ha sentado a escribir jugosas historias donde da cuenta de las aventuras y desventuras del librero errante.

Estoy convencido que Gustavo El Hamaquero no es una mera persona, sino un ecosistema cultural. Vende libros para vivir, pero también podría vender cualquier otra chuchería a manera de ganapán. Ha establecido un circuito como Librero, Editor y Gestor cultural, que realmente es un campo dinámico en el que circulan ideas contraculturales. Ha fundado en Medellín el Club del suicida, apadrinado por Ciorán y Alejandra Pizarnik, a quienes ha editado profusamente sus libros, y en ese pozo de pesimismo han bebido poetas y escritores que no pocas veces han decidido cerrar la puerta de forma definitiva.

Siempre me he preguntado por qué es tan importante el suicidio en el ideario del Hamaquero, y creo que el libro de Víctor ayuda un poco a desentrañarlo. El Hamaco adora todo lo underground y lo periférico, todo lo que rechaza el poder y el éxito, de ahí que muchos de sus antiguos amigos, al cambiar de estatus, filan en campos opuestos, desde donde le hacen feroces carantoñas. Yo le he dicho a Gustavo: “Hamaquero, no te compro los enemigos. Los que tengo me los he ganado a pulso y son más bien pocos. Los tuyos son un lote muy grande y adquirirlos en masa me crearía un problema inflacionario. No los merezco. No me los he ganado.” Por eso, en el Club del Suicida el máximo logro es darse de baja, despedirse del mundo antes que sucumbir a las tentaciones de gloria, poder y dinero.


Me he reído cantidades leyendo el libro de Víctor, que acierta al describir la vida intelectual de Medellín en clave de farsa. Cada personaje es una burbuja con vuelo propio y me gustó tanto el primer capítulo que describe la convivencia de un gran número de intelectuales en la casa de El Picacho, al modo de una gran comuna, que pienso que en ese sólo capítulo hay material para hacer una novela. La del Village medellinita, donde cada loco tiene su discurso y cree en él, así lo haya ensamblado con refritos y desechos de ese inmenso basural que es la cultura.

Poemas de Lore Otálvaro




Poemas de Lore Otálvaro


ALAS AL VIENTO

Y entonces sintió que era el momento justo
para abrir sus alas, y sucumbir a ese nuevo horizonte,
el mismo que aunque un poco misterioso, le agradaba.
Era justo el momento para respirar nuevos olores.
Era justo el momento para descubrir quién era,
sin que nada, ni nadie opacara su iris de mil colores.
el mismo que vio tantos años, pero que las sombras atroces
giraban para hacerla pequeña a sus ojos.
Así que sintió que ya era el momento de ser tan libre como su alma,
tan libre como sus sueños, tan especial como lo era,
tan única como fue creada, y tan viva como sus mismas emociones.
Ya no era la misma, no, ya no.
Ahora era la mujer que siempre quiso ser.
Ahora ya era libre, como sus alas en el sonido del viento.

...


LETRAS DE AUSENCIA


Ellas lloran también tu ausencia, mientras entretejen

los suplicios de un corazón muerto en el olvido.
Ahora se ahogan, mientras
respiran solo tinieblas del oscuro azul de
un simple recuerdo.
Lloran con temor de ser descubiertas,
de sentir lo que alguna vez se dijo.
Pero ahora quieren borrar con plumas
y lienzos todo aquel sentimiento, mientras sus lágrimas
son un verbo de la más grande amnesia.
La misma que vive en aquel mundo desconocido
en ese mundo de letras locas sin sentido.

..

LA QUIERO AQUÍ

Hoy la quiero aquí, si, junto a mí, en mi cama.

Con su piel de seda, con sus besos
que me trasportan a mi mundo soñado.
Hoy la quiero aquí a mi lado, para besarla,
para amarla, para simplemente contemplarla.
Hoy la quiero conmigo para reír sin saber porque.
para tomar una copa de vino tinto a la madrugada.
Para acariciarla, abrazarla y sentir su aroma.
Hoy la quiero aquí solo
para decirle al oído no te vayas.
Hoy la quiero aquí, si, solo la quiero
entre mis brazos y mis sabanas.

--

MUJER

¿Qué puede ser más poético que el aroma de una mujer?
¿Qué puede ser más sublime que sus besos?
¿Y más excitante que sus piernas al abrirse como libro atrayente, seductor y místico?
Mientras su respiración es fuerte y volátil.
Cual mariposa para disfrutar lentamente su belleza
y adueñarse de su ser infinito
para ver sus ojos que se mezclan con el silencio
de la noche azul.
Se merece mirarla y cantarla mil veces.
Sentirla y vivirla eternamente.
Es un oasis de miel refrescante,
al palpar su piel víctima de poros salvajes, y sus manos suaves con olor a pétalos blancos, las mismas que tejen caricias en verso, en poesía.
Es precisa, en un instante que dura la eternidad de un beso
¡Oh mujer, oh mujer!
Con su cuerpo destruye ansias, y acrecienta deseos
da vida, alienta, conquista y hasta potencializa lo que es.
Es perfecta, simplemente tan perfecta como su mirada.


POBRE DE ÉL

Sus noches se vuelven mariposas,

las mismas que revolotean en su imaginación,
esa que le acompaña siempre…
Mientras se embelesa con esa mirada,
como simple primavera la toma delicadamente
la lleva en su corazón delator de emociones,
Las mimas que le hacen sentir que todo es perfecto.
¡No puedo entender que pudo ver en sus ojos¡
Esos que solo dejan ver un volcán de emociones fortuitas.
Quizás ha perdido su poca cordura, al fijarse en esa mirada.
Que agobia, que libera y aprisiona.
Entre gritos silenciosos deja ver su sentimiento,
como simple golondrina quiere hacer llover.
Cual payaso que ríe, mientras su pena lo ahoga.
Ha perdido la batalla sin apenas comenzarla.
A caso no se da cuenta?...que esa mirada es solo un
huracán, que con furor destruye, aniquila
hasta el más tierno gesto.
¿Aún no percibe que esa mirada será su perdición,
aunque sus suspiros la crean perfecta?.
Es un desierto sin oasis, es un elogio sin razón.
Es todo y nada.
Es risa convertida en llanto
Será acaso que no entiende?
Porque sigue de pie?
¿Sin auxilios, sin aliados?…
No tiene más que un corazón que trata de salir a flote ¡
¿Quién pudiera entender su actuar?
Quizás solo sea esa misma mirada...la misma que se ha enredado
no solo en sus ojos, su boca, su mente…
Si no también en su corazón…
Qué más puedo decir..
Pobre de él...
Si pobre de él.



lunes, 18 de diciembre de 2017

Verbena de Poesía / 2017


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Verbena de Poesía 2017

Víctor Bustamante

Verbena de poesía para San Juan de la Cruz que desde lo profundo de su alma y de la noche nos dice:

La noche sosegada
en par de los levantes del aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.

Pero no solo está aquí su poesía sino las diversas voces que pueblan esta noche del 15 de diciembre, cuando el bullicio de la ciudad, de Medellín, no amaina sino que persiste en el ruido de los buses y su afán en la vida que prosigue, ya que la noche sobrevive amplia y festiva, perenne y austera, para que los poetas se reúnan y conciban su fiesta, que es un punto de encuentro para que la poesía se apodere de su lugar propicio: esa misma noche que arrebata. Los cánticos milenarios de oriente nos recuerdan que la poesía es parte de ellos, que su murmullo, es el murmullo de esas voces que generaron una manera de decirnos que el mito es el origen y la piedra de sacrificio y la apertura hacia los caminos irredentos de las palabras que quieren expresar lo inexpresable: la vida que huye, el momento asombroso de la creación, los momentos vividos que definen.

En esta Verbena de Poesía con vino y música, porque estos elementos son esenciales, no pueden faltar para matizar las dulces palabras que más tarde nos dirán los poetas invitados, aquellos poetas que han forjado un camino, que han bordeado lo cotidiano, que han amainado en la orilla de las  calles o de las aceras olvidadas, que han profanado el tiempo y sus argucias, que a veces regresan a instantes olvidados y que desean recuperarlos con su memoria.

Verbena de poesía para que la música ocupe su lugar y entre cánticos orientales, los vinos del bar cercano y sus licores que aligeran el alma, para dar la posibilidad de escuchar la Colina Blues como si precisamente alrededor de la llama eléctrica de un bombillo cercano fuera necesario que las guitarras y la batería fuerte con la voz, mejor el reclamo de su cantante trajera la persistencia de la música del delta del Misisipi, para que Robert Jonhson y Mudy Water, BB King o John Lee Hooker estén aquí para acompañarnos, pero sobre todo para saber que la Colina Blues indaga por sus propios caminos.

Verbena de Poesía para un reencuentro con Omar Castillo y su poesía y sus reflexiones, para que valoremos su aporte para evitar que la poesía en la ciudad se hubiera quedado así como para establecer la dignidad del poeta.

Verbena de Poesía para que Vanessa Camargo tantee por sus caminos y nos entregue sus sensibilidad.

Verbena de Poesía para que Carlos Ciro indague en la historia de seres lejanos y nos devuelva en sus palabras uno de esos sucesos.

Verbena de Poesía para que Fernando García Cuéncar salga de sus dominios y l entregue a la palabra su poder de seducción.

Verbena de Poesía para que Víctor Raúl Jaramillo salga de sus cuarteles de inviernos, para que su voz de cantante de rock comparta sus poemas acerados.

Verbena de Poesía para que el territorio de El Trueque nos entregue esa conjugación entre el teatro y la poesía en la mitad de esta noche para que las máscaras cotidianas huyan y no nos vapuleen con sus cenizas.

Verbena de Poesía para que Raúl González persevere en decirnos que ser poeta es conjugar la noche y el paisaje, caminar no solo por senderos de la montaña sino en las calles de la noche.

Verbena de Poesía para que  Punto Seguido, La Bisagra, Mecánica Celeste, La Musa Sonámbula, Ciudad Y Babel perseveren en la presencia de la literatura, para que la poesía también esté en otras ámbitos, para el ensayo sea compatible con otras indagaciones para que la ciudad no se quede en manos de unos pocos.

Verbena de Poesía para que la amistad con John Sosa, Luis Fernando Cuartas, Carlos Bedoya, Oscar González, Isabel Cristina y Andrés Bustamante, Carlos Ciro, Fabián Castaño, Guillermo Álvarez, Gustavo Zuluaga, Mario Sánchez perdure para que nuestra huella sea la continuidad de los poetas que nos antecedieron, para que la ciudad sea una indagación constante en las brasas de la creación.



domingo, 10 de diciembre de 2017

Ré / Tatiana Herrera





Tatiana Herrera

Seré pervertida si a lo lejos solo puedo quitarte la ropa con la mirada.
Seré atrevida si con solo abrazarte puedo sentir todo tu cuerpo.
Seré imprudente si lo primero que pregunto es... ¿Si estarás solo?
Seré terca si insisto en que canceles todo.
Haré un chantaje para que lo hagas.
Haré una excusa perfecta para todo.
Haré de una tarde simple a una salida infinita.
Haré solo lo que te puedas imaginar.
Ataré tu corazón al mío para que sean uno solo.
Ataré mi cuerpo a la cama para no huir.
Ataré mis manos para no defenderme.
Ataré mis piernas para no resistirme.
Prometo amarte solo con el alma y la piel.
Prometo amarte hasta quemarme.
Prometo amarte hasta que mi sangre se riegue en ti.
Prometo amarte hasta que mi cuerpo se convierta en polvo.
Abriré mi mente para que entres en ella.
Abriré mis poros para absorberte.
Abriré mi corazón para que caves en él.
Abriré mi boca para sentir tu aliento.
Deslizaré mi mano de norte a sur.
Deslizaré mis piernas de derecha a izquierda.
Deslizaré mi lengua por tu paladar.
Deslizaré mis cabellos en tu espalda. 
Escucharé el eco de los parpadeos.
Escucharé la composición de nuestros torsos.
Escucharé la eufonía de los latidos. 
Escucharé el concierto de las caricias.
Estaré en un sosiego manipulador.
Estaré instintiva del maltrato. 
Estaré susceptible a tu calor.
Estaré golpeando la puerta del infinito, por favor no me traigas de regreso.