lunes, 23 de marzo de 2015

28. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico: El Camino del Virrey

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28. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico: El Camino del Virrey


La pavimentación del Camino del Virrey


Víctor Bustamante

Lo bueno de Colombia, es que hay leyes para todo, como en botica, mejor como las pócimas de los culebreros que venden una suerte de panacea que solo le funciona a ellos. Después de la rueda que le hacen los curiosos en los parques de cada pueblo visitado, el culebrero se marcha con la ganancia de sus pócimas, y así los compradores embelesados, se dan cuenta por enésima vez que han sido timados. Lo malo en Colombia es que así son sus leyes, se publican en el Diario Oficial para que se promulguen y se cumplan, y en realidad pasan a ser letra muerta.

Todo lo anterior para proseguir con el incumplimiento de parte de los ciudadanos y de los administradores de la cosa pública que se pasan por encima todo tipo de normatividad sobre el tema de Patrimonio.

Dice la Constitución Colombiana: “Son deberes de la persona y del ciudadano: 8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano.

Corresponde a los concejos: 9. Dictar las normas necesarias para el control, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural del municipio”.
Y el Concejo de Medellín en  el Acuerdo municipal N. 23 del 2009 reglamenta este tema.

La pomposa y demoledora ciudad de Medellín, de la cual San Sebastián de Palmitas es uno de sus corregimientos, que ha sido relegado en este tema de patrimonio, ya sabemos que anda muy enfebrecida adecuándose con la galanura, los afeites, las cirugías plásticas, sus costosos vestidos elaborados por extranjeros para exhibirse internacionalmente a sus exóticos preferidos: quiere ser igual a ellos en finura y apariencia, es decir, para mostrarse al  mundo, para invitar a congresos, para mantener activa su agenda cultural. Es la Medellín de la frivolidad, la del jet set.

Pero es obvio, la destrucción del Camino del Virrey en Palmitas, no da publicidad, no es un tema que convoque, que permita una rueda de negocios. En este sentido se pueden dilapidar altas sumas de dinero en mostrar la ciudad, porque si hay funcionarios que no aman su centro histórico ni lo conocen, menos van a saber que existe Palmitas, su corregimiento más rural, por donde pasa el antes vital Camino del Virrey, ahora poco a poco convertido en una ruina de nuestra indiferencia y perversidad. Y eso que existen disposiciones del Concejo de la ciudad para resguardar este patrimonio cultural. También, como cosa rara, Colombia participó hace poco en un encuentro internacional sobre el tema. Obvio los funcionarios fueron a pasear. Ahí sí la legislación colombiana sobre el tema prosigue en ser letra muerta.

El Camino del Virrey era la antigua vía de comunicación hacia el occidente , y ha tenido diversos nombres: Camino Viejo, Camino del Gobierno. Camino Real. Por esta vía transitaban los comerciantes, viajeros y arrieros  rumbo a Medellín desde Santa Fe de Antioquia. Toda la historia que posee este camino es algo inenarrable en unas pocas líneas, podríamos decir que sin este camino hubiera ido imposible la comunicación de Medellín con esta zona. Por este camino transitó la Madre Laura rumbo a Dabeiba para trabajar con los indígenas Emberá-Katios, y además Jorge Isaacs furioso lo recorrió en 1861, y además escribió:

 De Antioquia a Medellín

"Al fin te diviso,/ hermosa ciudad,/ respiro tus aires/ que vida me dan,/ la vega contemplo/ que moja al pasar,/ la onda revuelta/ del manso Aburrá./ Morir es dejarte/ no vuelvo a viajar".

"Penoso recuerdo/ me sigue tenaz. / ¡Qué sol! ¡Qué camino!/ ¡Qué mula! ¡Qué afán!/ ¡Calor del infierno!/ Me voy a asfixiar; / el brandy envenena/ y el agua hace mal./ Me muero, me ahogo:/ ¡qué insano es viajar!

"Jerónimo horrible/ (te niego hasta el san)/ tus llanos son crueles/ tu pueblo infernal. / De ti fatigado/ llegué a Sopetrán, / al Cauca, jadeante,/ a Antioquia, mortal:/ ¡y vi tantos? vaya!/ ¡qué malo es viajar!"

"Critiquen palurdos/ la vida oriental; / me place, tendido/ sobre ancho sofá/ dormir una siesta/ después de fumar; / me placen las flores,/ la mesa, la paz;/ todo lo que brinda/ voluptuosidad./ Con tales instintos,/ ¿se puede viajar?"

"No dejes, bagaje,/ tu suave compás:/ galopa, galopa?/Llegamos a Aná./ Las cuestas cesaron,/ cesó el pedregal./ ¡Bendita alameda!/ Juro por San Blas/ que en mula y por lomas/ no vuelvo a viajar".

En la fracción que nos corresponde, en Palmitas, a este camino se le conoce con el nombre de Camino Viejo, Camino del Matadero, prolongación del Camino del Virrey, Camino de la Aldea. Añade Carlos Valle: “La Aldea es un pequeño poblado de importancia hacia el año 1800, desde allí la gente subía hacia el Alto de Boquerón, es incluso el camino por donde transitaban desde Ebéjico hacia Medellín. Este tramo de camino viene siendo intervenido desde hace unos seis años, habilitándolo para paso de motos, su intervención ha sido de tal manera que se puede incluso andar en bestia, pero en un nuevo contrato esta modalidad se pierde, el camino posee una alta inclinación que ni para las motos sirve. En el corregimiento de San Sebastián de Palmitas existen muchos arrieros, además, es el corregimiento más rural de la ciudad. Estos arrieros transitaban por este camino para salir de La Aldea hacia el Corregimiento, pero desde hace seis años con lo duro que quedó intervenido un tramo de piedra y cemento en un recorrido de veinticinco minutos por la calle como se le conoce; este recorrido se realiza en cuarenta y cinco minutos por los rieles y cuando la carga es muy pesada dos horas y media por la carretera; cabe destacar que en otra intervención de hace unos quince años cuando empalmaron la vía con la nueva carretera al mar la salida quedó con piedra pero las piedras son inclinadas, por lo tanto la salida es peligrosa”.

Desde el año 2000 el camino lo han estado destruyendo. El Tiempo (2002 de agosto del 20) dice: “Los tramos empedrados están localizados entre los kilómetros 17 y 18 de la conexión vial proyectada, en las veredas la Aldea y la Volcana. Tienen una extensión aproximada de 1.234 metros, de los cuales 374 metros desaparecerán”.

Además, para entretener y desmovilizar a los pobladores, realizaron talleres de sensibilidad de lo que ya saben: cuidar el bosque, y han inventariado la fauna y la flora una miríada de etnólogos, antropólogos,  que después del contrato nunca volverán, porque irán otro lugar a seguir “sensibilizando” a las personas para que acepten la destrucción de su entorno.

En este mar de contradicciones, que son los proyectos que se escriben,  en la página web: WWW antioquia.gov.co., una nota añade: “Rutas camineras del departamento de Antioquia, entre ellas se encuentra El Camino del Virrey", y prosigue “Este proyecto busca generar apropiación del territorio entregando las rutas debidamente mapificadas y señaladas, y se articula al plan de acción de la mesa de turismo de Naturaleza Medellín- Antioquia y al Sistema Departamental de áreas protegidas”.

Y en otro lugar añade: Tabla N. 4. “Diseño de rutas camineras articuladas a las áreas protegidas públicas y los ecosistemas estratégicos, con la producción y publicación de una guía ilustrada de las mismas”.

“Camino con más de 300 años de historia y por el cual transitaron indígenas, colonizadores y arrieros dada su importancia geográfica, pues comunicaba la ciudad madre Santa Fe de Antioquia antes capital del departamento de Antioquia con lo que hoy es Medellín y el sur del país. Luego que el Congreso el 17 de abril de 1826 decreta el traslado de la capital de Antioquia a Medellín, el Camino del Virrey pasó a de ser un camino de tránsito de impuestos a un camino de arrieros y viajeros”.

En la actualidad la JAL de Palmitas, -no sé si habrá corregidora-, continúa la pavimentación del Camino del Virrey, dentro de ese absurdo de los gobernantes y la estolidez de los organismos de control, de los interventores.

Pretendemos ser modernos pero olvidamos nuestro origen. Sin ese camino la riqueza, el comercio y progreso de Medellín llegado del occidente no hubiera sido posible.

Medellín es avara en este sentido, y contradictoria, celebra los Mitos y las Leyendas, celebra la Fiesta de las Flores con silletas a bordo traídas de Santa Elena, celebra El Día de la Antioqueñidad, para dar un sinónimo de falsa presencia, porque en verdad, en los otros hechos, fuera de las celebraciones, no solo destruye la ciudad en su interior sino que sus recursos arqueológicos, su riqueza histórica, cada día la vuelven una ciudad común y corriente sin su herencia cultural. Medellín posee cuatrocientos años, y no puede seguir esquilmando su tesoro: su historia, así poco a poco la degraden.

la destrucción del Camino del Virrey es otro golpe bajo a nuestra historia.



viernes, 13 de marzo de 2015

27. Medellin: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico Debate en el Concejo Municipal


  27. Medellín: Deterioro y abandono de su Patrimonio Histórico Debate en el Concejo Municipal


Medellín la más demoledora

Víctor Bustamante


El pasado sábado siete de marzo el concejal John Jaime Carmona, ponente y el de la iniciativa del debate, tuvo la gentileza de invitar a un grupo de personas de la Mesa de Patrimonio, para consignar sus puntos de vista en una sección del Concejo de la ciudad.

De parte de la Alcaldía asistieron la Secretaria de Cultura María del Rosario Escobar, el Director del Departamento de Planeación, la Secretaria del Medio Ambiente, que nunca mencionó ningún plan sobre la recuperación del río para el proyecto bandera de la administración actual, y, por supuesto, varios vicealcaldes. No sé si asistiría el Gerente del Centro, o si no asistió porque le daba pena no mostrar resultados. María del Rosario refirió un hecho notable: la declaratoria de la UNESCO sobre el Archivo Histórico de Medellín.

Por parte de la Mesa de patrimonio asistieron Fadduil Alzate, María Cristina Álzate, Mauricio Benavides, Gilberto Rojas y el suscrito. Además participaron Felipe Vásquez exponiendo sobre Prado y Pablo Aristizábal, anotando la necesidad de conservar la arqueología. Todos coincidiendo en algo común: esa continúa voz de alerta sobre cómo conservar Medellín, que nunca es escuchada por los funcionarios públicos. La ciudad poco a poco es desmantelada para dejarla sin alma, es decir, sin sus lugares caros a la memoria, y rediseñada bajo la condición de desdénpatológica del carrielón antioqueño, que solo le interesa la rentabilidad, de la cual hablaba Fernando González, pero ya no desde el Parque de Berrío, sino desde un helado piso de la Alpujarra: donde reside la desmesura total, la frivolidad total. Allí en esas oficinas de especialistas, el Centro Histórico de Medellín no existe. O sí existe, para destruirlo.

Los miembros de la Mesa de Patrimonio, en este caso el profesor Fadduil Alzate, refirió la necesidad de fortalecer el concepto de patrimonio como una posibilidad de que Medellín tenga una sensibilidad diferente. Cristina refirió el concepto de los grandes nombres de la ciudad, de los nombres suplantados, lo cual da motivo para pensar en los actuales, que le quitan personalidad a los barrios, a los lugares queridos por  sus dueños, donde los poderosos y soberbios urbanizadores, en su departamento de efectos especiales, idean nombres como Urbanización Ellen Ville, El Tesoro, Bosques de Viena,  Ciudadela San Michel, Jerez de la Frontera, Calazanía, Space, Hollywood, y un etcétera de risa, igual como hacen las familias pobres con sus hijos, colocarles estos nombres: Smith, Brayan, Maicol Jakson Agudelo. Mauricio refirió el eterno caso de Prado sin propuestas serias de las sucesivas administraciones. En esos escasos seis minutos referí mas o menos las ideas de este artículo. 

Por supuesto que, como el Patrimonio, es un tema que no causa interés los heroicos medios no estuvieron presentes. Recordemos, estos están ya lejos de Medellín: uno en Envigado; el otro en Los Colores; Tele Medellín en una sede de bolsillo a la salida, por la autopista norte. O sea, divorcio total con lo que ocurre en la ciudad, y a más de eso, algunos de los concejales, con su visible desprecio al debate y a Medellín, se marcharon para otras actividades. Es raro, siempre algunos políticos no están fijos en un lugar, siempre tienen compromisos. El afán los conturba. Que poseyeran el don de la ubicuidad, no les bastaría. Pero bueno, no sé cómo, de los concejales que se marcharon, algunos pretenden ser alcaldes y otros repetir curul sino les interesa la historia, el derrumbamiento de la ciudad, su desmantelamiento, como el proceso perverso de maquillaje y destrucción. Y como, de esa manera, el resultado es una Medellín pobre, sin puntos de referencia, donde según los nuevos planificadores: aquí no ha pasado nada. Adulados y aduladores, piensan que con ellos se inicia la historia de Medellín.

Solo quedaron para el debate, el ponente John Jairo Carmona, y los concejales: Carlos Bayer, Santi Martínez, Nicolás Duque, Ramón Acevedo, Fabio Rivera y Luis Bernardo Vélez. Tres de ellos con sus incisivas intervenciones: Carmona, Acevedo y Vélez. Y un caso extraño: el concejal Oscar Hoyos, y su continua movilidad en el recinto del concejo, y su absoluta falta de seriedad para escuchar. No sé si es un caso de hiperactividad como en los salones de clase, pero el concejal no se hallaba, es muy inquieto, no se concentra, no sé si será así con sus ideas y con sus aportes al buen manejo y decoro de la ciudad.

La propuesta de la Secretaría de Cultura, ya está matizada de una vez en los pliegues de las convocatorias sobre patrimonio: “Entendiendo que el nuevo POT propone estructurar una ciudad más equitativa, sostenible y compacta hacia su centro, es vital pensar en el registro y en la recuperación de la memoria cultural de esos lugares que pronto entrarán en un fuerte proceso de transformación física, para lo cual los proponentes tendrían que aprovechar las diferentes fuentes que existan tanto físicas como vivenciales sobre el Territorio objeto de estudio”. Nada más cierto la frialdad para esta convocaría asevera: “pronto entrarán en un fuerte proceso de transformación física”. Para decirlo no entre líneas ni en el lenguaje técnico: continúa la destrucción de la ciudad. Medellín para muchos funcionarios no merece tener sus puntos de referencia. No sé si será por la influencia de los acuerdos con Barcelona. Aquí una duda, a los planificadores extranjeros poco les importa la ciudad, no la sienten, no la viven, no la conocen, no saben su historia; solo les interesa los contratos, la ciudad en sí, nunca.

Y eso ha servido de excusa para modernizar entre comillas la ciudad, esa Medellín, que poco a poco se queda sin sus edificios, sin patrimonio histórico por el complejo de inferioridad de sus administradores: poco a poco se le crea a la ciudad otra fachada, la fachada del arribismo social: si miramos hacia El Poblado nada tiene que envidiarle a Miami, y en efecto ese concepto de una ciudad sin historia, la miamizacion de Medellín, se da a cuenta gotas, una ciudad que no es amable con sus hombres que la crearon, que la convirtieron en una obra de arte, pero que cada alcaldía con su arrogancia la desmantela con la fantasía de decir que crean otra metropli, la de los eslóganes.

Dentro de ese concepto de arquitectura funcional y del endoso a la rentabilidad: cajones con ventanas y parqueaderos, no existe en estos últimos cuarenta años un edificio que sea amado por los medellinenses, un edificio representativo, un icono como ciudad que se respete, debido a la estolidez de sus nuevos arquitectos y a la necesidad de construir lo más rápido posible para de inmediato no pensar,  sino diseñar y construir otro aún más rápido, más funcional y más simple: síntesis de la voracidad inmobiliaria. Así la ciudad cae en ese despropósito de verla como la Miami paisa, una ciudad sin corazón, que quiere parecerse a otras no a ella misma. El símbolo de ese desparpajo es el Space.

Y no es para menos, ese carácter depredador del paisa, se manifiesta de diversas maneras, algunos loan la colonización antioqueña y niegan los negociados y la quema y tala de bosques. Así ocurre en la ciudad actual, es la colonización de Medellín dada por la presión de los urbanizadores, y los funcionarios públicos sin conciencia y sin formación que la destruyen como sea, no existe un concepto de respeto. Medellín no es un objeto inerme sino una capital que tiene su pasado, su memoria, su presencia, su importancia, su gran legado, y que, como dice la convocatoria, poco a poco destruirán, es decir, los llamados “fuertes cambios físicos”.

El funcionario que más me causó sorpresa y desánimo fue el Director de Planeación, el doctor Pérez, ya que en su informe dirigido al concejal Carmona sobre el manejo dado al patrimonio cultural en las tres últimas administraciones, añade en la parte que hemos mencionado como logros: Edificios Vásquez y Carré, la casa Barrientos, la sede del Archivo Histórico de Medellín, la Casa Patrimonio de Prado, las iglesias: la Veracruz, la Metropolitana y la Candelaria. Además olvidó que la casa de Zea fue restaurada por el ministerio, y que aún se realizan trabajos en El Jordán para recuperarlo, eso sí, lo iluminó el Arcángel San Gabriel, y recordó la casa de Pastor Restrepo, que creo que no conoce, así como no conoce el Centro de la ciudad, sino  a través de los planos que enseñó en el Power Point.

No sé si el doctor Pérez es muy católico y aun piensa que el patrimonio solo son las iglesias, y este concepto de la eternidad y de la fantasía religiosa lo zahiere. Y olvida algo, las iglesias son patrimonio religioso y están cuidadas con celo por sus curas, que entierran bajo el altar sus joyas coloniales, -también de miedo a monseñor López Trujillo-, y lo inexplicable ¿por qué razón revocaron la fachada de la Veracruz?, lo cual es un atentado, es como si los cartageneros pavimentaran sus murallas bajo el prurito de su conservación.

Le recordamos al señor Pérez, que la sociedad civil posee sus iconos que la hacen perdurar, porque han sido y son motivo de celebración de la civilidad. Le recuerdo, para anexarle a su informe y a su olvido, lo que han hecho en materia de patrimonio las últimas administraciones:

1.     Destruir el edificio de la cárcel de La Ladera obra de Agustín Goovaerts.
2.    Destruir parte del barrio la Toma para construir el Edificio de la Memoria.
Destruir el cementerio más antiguo de Medellín para construir un intercambio vial.
4.     Destrucción de la casa de Carrasquilla para construir un motel.
5.    Destrucción de la calle Ayacucho, destrucción del Hotel Bristol. Debido a la soberbia del Metro, que, a pesar de sus consejos, de sus ceremoniosos consejos, para cuando regresemos a casa en la noche, para solicitar, una voz meliflua, dar los puestos a niños, a los inválidos, a las mujeres en embarazo, y a estar alerta, y presente, con los bolsos debido a las manos enemigas, y que luego prosigue con toda esa beatífica ponderación carreñiana, pero olvidó como no respeta la ciudad desde sus inicios la ha arrasado sin dolor.
6.     Destrucción de la vieja casona del Das.
7.   Destrucción del Pasaje Sucre que mereció un premio internacional a Don Luis Pérez, el burgomaestre gastón y frívolo: el premio Atila.
8.     El cambio de fisonomía a la Plaza de Toros.
9.     Las justificaciones para que el Éxito se apoderara de la mitad del proyecto inicial del Parque de San Antonio.
10.   El deterioro de la esencia del Parque Arvi.
11.  El deterioro de la Biblioteca España con apenas ocho años de construida, y ahora se desembolsan más de 11.000 millones de pesos para recobrarla. ¿En qué administración sería que la inauguraron con monarca a bordo? ¿Hay pliego de cargos para los responsables?

Otra de las perlas disimuladas en el documento críptico enviado por el doctor Pérez, como todo informe que esconde realidades, escudado en su lenguaje técnico, son las farragosas citaciones de normas y leyes, donde el país santanderiano alcanza aquí un pico altísimo, y, que además, refiere el Macro proyecto de Río Centro, el cual es un adefesio por una razón de peso, el río Medellín, ya no existe, es una alcantarilla. ¿En qué río irán a pasearse las personas, cuando desde años atrás las administraciones le dieron la espalda? Es lo macondiano, lo inadmisible que se realiza en Medellín: un gran proyecto sin recuperar primero el río. Ya veremos los turistas mirando las aguas sucias y acompañados por los olores fétidos y la basura que maltrata sus aguas desde décadas.

Hace unos treinta años se dijo por parte de administración municipal correspondiente que en el 2011 se pescaría en el río Medellín. Debido a los planes para su recuperación, -estaba de moda la ecología-: apareció un diseño para los vertederos, las torres se empezaron a erigir en diversos tramos para tratar su caudal, se construyeron recolectores de aguas negras, aun sin uso, y se insistió de cómo, en el río de Medellín, se podría pescar para ese año milagroso. Esa era la promesa de los estólidos funcionarios: vendedores de ilusiones, culebreros: los peces de todos los colores regresarían, y me vi con una caña y sus aparejos pescando sabaletas, pero creo que leí mal, tal vez sería pecar. Cada diciembre, los funcionarios del municipio y EPM, celebran su Navidad en medio de una cloaca iluminada. Ahí mismo recordé esa obra maestra de Berlanga: Bienvenido, Míster Marshall. Y además aprendí algo nuevo: los culebreros ya no salen al Parque de Berrío sino que los tenemos de cuello blanco en la Alpujarra.

Pero ya lo sabemos Planeación Municipal es el delirio, la fantasía. Las pastillitas, como dice el concejal Moncada. Recuerdo cuando construyeron la Alpujarra. Los nuevos yupies, como odiaban la Plaza de Cisneros, la destruyeron sucesivamente en cada alcaldía.

Cantinas, casa de lenocinios, vendedores ambulantes, almacenes tradicionales, los teatros, la calle San Juan, putillas de baja estofa, bares de tango, fueron barridos por la quimérica ilusión de los funcionarios especializados. Así se quitaban ese paisaje que miraban desde la torrecilla de marfil, donde se planea la ciudad: les molestaba el lumpen: los residuos humanos de la ciudad industrial, ahí al frente, porque algo es cierto como muchos empleados municipales no conocen la ciudad, se les olvidó el factor humano. Total: a los cuarenta años el lumpen de Guayaquil se diseminó por todo Medellín. Eso no lo previó Planeación ni ninguno de los eximios alcaldes, ni quienes les hablan al oído, desde su ciudadela gris-cemento. Luego, ante la improvisación, las calles se guayaquilizaron: putillas de alta y baja estofa, y toda la fauna sexual, habitan cerca de las iglesias, bajo el viaducto, por Juan del Corral, y casi llegan al Parque de Berrio, y al Parque de Bolívar, así como llegaron vendedores de todo tipo de droga, jíbaros, vagos, mendigos transeúntes sin oficio, vendedores de ilusiones, de cachivaches, casas de putillas por todos los barrios, casas de vicios. El pequeño y poderoso Guayaquil, nuestro Barrio Chino, se creció en las narices de los administradores de Medellín y nunca se dieron cuenta, nunca les interesó, y a los cuarenta años, ese mismo Guayaquil, o El Hueco, y los Sanandrecitos, impulsado por el contrabando, que nadie ve, cambia su imagen. Lo demás es el deterioro humano visible en la ciudad, y la vacuidad de sus administradores que viven en la fantasía de otra metrópoli.

Total. Estamos condenados a mirar la ciudad en las fotografías de nuestros fotógrafos mayores, y este es el mayor fracaso. No podemos decir que fue debido a la presión social como la excusa más a la mano y sin imaginación. Fue peor, debido a la desidia de los funcionarios públicos que construyeron su castillo de cemento en la Alpujarra y crearon otros sitios con más seguridad e inversión, dejando la ciudad inicial huérfana. Por eso hay varios Medellín: la de los funcionarios que llegan a su oficina en carros blindados y con escoltas que imaginan que viven en Miami y los que la caminamos y la buscamos, y aun no conocemos sus secretos, sus historias, sus momentos de esplendor, y aun el del deterioro mayor, como el de ahora.

De ahí que se invierta en internacionalizar a Medellín, pero dejando la ciudad en su interior totalmente abandonada. Síntesis de un pensamiento municipal donde solo interesa el boato y la apariencia. Urbanizadores y administradores, un cóctel destructivo para la ciudad. Y el espejismo del progreso mal encausado como secuela, siempre miramos hacia los lados nunca al interior de Medellín, o sí al interior, arriba, a las comunas donde se manipulan los votos; los que eligen viven allá.

Cierto, todo ese esfuerzo por construir una ciudad en tantos años, con tanto amor, con tanta donosura, pero según cada alcaldía, aquí no vivieron Girardot, Epifanio, Carrasquilla, la Madre Laura, Abel Farina, Ricardo Rendón, Efe Gómez, Débora Arango, León de Greiff, Los Panidas, Fernando González, Melitón Rodríguez, Benjamín de la Calle, Alba del Castillo, Francisco Antonio Cano, Luis Tejada, María Cano, Fernando Botero, José María Villa, Carlos Vieco, Estanislao Zuleta, Juan Zuleta Ferrer, Lucho Bermúdez, los nadaístas, Luis Alberto Álvarez, Mejía Vallejo, solo para citar algunos creadores. Ah, y por supuesto, sus grandes arquitectos que la matizaron con finura, con su filigrana y detalle. Emilio Carré, Francisco Navech, Agustín Goovaerts, Félix Mejía A., Horacio M. Rodríguez, Juan Lalinde, Enrique Olarte, Nel Rodríguez. Ellos parece que nunca existieron: sus huellas, sus obras, fueron destruidas. Esa es la Medellín actual, la de la desmemoria, la del réquiem continuo: 

LA MÁS DEMOLEDORA.


lunes, 2 de marzo de 2015

La viuda de René Char en Medellín / Víctor Bustamante


No he leído a René Char. Sin él puedo vivir. ¿Qué tiene Char que yo no tenga?


La viuda de René Char en Medellín.
Víctor Bustamante

Poeta triste: Otra vez estoy más desconsolado que nunca me volvieron a negriar, a ningunear, no me tuvieron en cuenta. Mi nombre no existe en ninguna antología, ni en ningún premio, ni en ningún nombre de concurso.
Viuda de René Char: Solo bailo con excelsos poetas, y sin son franceses mejor. No olvido a Rimbaud. Me siento muy cansada de bailar con poetas pobretones y muertos de hambre.

Poeta triste: Soy joven y bello como Rimbaud.
Viuda de René Char: Tonto, tontico. Te falta mundo, no sales de La Playa con El Palo y de estar comiendo pandequesos y tomando tinto todo el día, y de beber pegado en La Buerta. Ese tipo de poetas los detesto. ¿Sabes por qué? Amo el poder, me seducen las relaciones internacionales. Además el dinerillo de cuenta de los poetas no cae mal. No puedes invitarme a viajes a Praga, a Estocolmo, al mar, a congresos a nivel mundial, ni darme más condecoraciones. Las necesito para poder brillar como una galaxia en mis 25. Es medio siglo y mi prestigio no lo puedo echar por el suelo. ¡Quiero la Legión de Honor! La necesito para sobrevivir. Ya superé a Jorge Barón: “Aguita pa'mi gente”

Poeta triste: (Se ajusta las gafas, y la mira de arriba abajo) J'aime ton intrépidité, ton orgueil. Porte-moi avec toi.
Viuda de René Char: Tonto, granuja, háblame en español, soy muy montañera todavía. Te haría caso si fueras Rimbaud.

Poeta triste: ¿Rimbaud? Rimbaud murió hace muchísimos años.
Viuda de René Char: (Realiza una llamada a Bogotá, a Fanny Mickey. Otra a la Oficina Central del Surrealismo en París. El mismísimo Breton le susurra un nombre. Castro no le respondió, está disvariando y chocho).  Ya lo tengo: ¡René Char! , si, si, si  ¡René Char! Ese es el escogido. Me han dicho que me internacionalizaría más y más. 

Poeta triste: René Char también se murió.
Viuda de René Char: ¿Y qué? Ese es el escogido para este año, solo bailaré con René Char, solo beberé con René Char, solo me le entregaré en cuerpo alma y entretelas a René Char.  Es más, si me invita a Francia y me dan la Legión de Honor solo se le recibiré a él. René Char es René Char. Además es un poeta neutro sin compromisos con la izquierda ni la derecha o sea simularé fraternidad y fraternidad y más poesía. Odio a los disidentes debo mantenerme neutral. 

Poeta triste: Lo sé. Faltona, bailaste con Uribe como diez y seis años seguidos, además bailaste con Belisario, con Pastrana, con Santos. Ah, y hasta con Fidel, y con su hermano: ese par de joyitas. ¿Cómo haces para mantenerte tan atractiva? ¿Te has operado alguna vez?
Viuda de René Char: Es cierto, soy muy gustadora. No puedo negarlo. Todos quieren bailar conmigo. Uribe, es muy delicado y aprieta muy bueno. De él si me dejo amacizar pero si vuelve al solio.

Poeta triste: En el país, en Colombia, hay poetas de primer orden.
Viuda de René Char: Aquí no hay poetas sino esbirros. Sé por qué lo digo.

Poeta triste: Me hubiera gustado que tuvieras en cuenta a Alvarado Tenorio para los 25 años.
Viuda de René Char: De ninguna manera, crítica mucho y mantiene un ego impotable. Un poeta que le escribe a sus gatos me aburre. Además indica que Guillermo Valencia es el poeta más grande de Colombia. Está reloco. Últimamente tiene muchos nexos con Vicente Fernández, ya le publicó una ranchera en Arquitrave. Y además me tira muy duro. Cada rato me trata de prepago de la poesía. 

Poeta triste: Y al gran nadaísta Jaime Jaramillo Escobar.
Viuda de René Char: Es muy orgulloso. No me pasa al teléfono ni accede a mis invitaciones ni a mis fiestas.

Poeta triste: ¿Y Jotamario, tu gran amigo?
Viuda de René Char: No, no creo es muy interesado. Aún le falta rogarme más. Debo mantenerlo apartado, es muy mujeriego, y muy político, aunque nos entendemos mucho, hasta comemos en el mismo plato.

Poeta triste: Eduardito merece una celebración en estos 25 años, porque ticinco son ticinco.
Viuda de René Char: No, no cómo se te ocurre. ¿Más nadaístas?  No, de ninguna manera, se apoderan de mi chanfaina.

Poeta triste: ¿Raúl Henao?
Viuda de René Char: Menos. Es muy surrealista y ya no me gustan sus haikus. Además le tiene miedo a Drácula. Que lo vieras temblando en el castillo de Rumania. 

Poeta triste: ¿Y Darío Jaramillo Agudelo?
Viuda de René Char: Está muy caído conmigo. Cuando viene a Medellín no saluda. Además últimamente anda muy callado. Le perdió peso a la poesía. No me publica mi poesía en Pre-textos .

Poeta triste: ¿Y el poeta costeño que vive en Popayán?
Viuda de René Char: ¿Giovanni Quessep? No, no ese es muy borgiano. No, no, aún no, le falta más mundo.

Poeta triste: ¿Y Roquita?
Viuda de René Char: Es muy modesto, no aceptará por nada del mundo. Además de pronto me da botella. 
No lograrás convencerme pedazo de alcachofa. No trates de convencerme. No bajo de René Char. Es más, anoche soñé con él. ¡Qué tipazo! ¡Qué gran honestidad intelectual! Sé que no lloraría ni haría cerrar programas de radio porque critiquen mi vestido blanco de satín, ni mi boca de un rojo patrimonio poético. Allá soportan las sátiras de Charlie Hedbo, pero aquí no, quien me moleste o critique le echo la ley.

Poeta triste: Es cierto, René nunca lloró porque lo criticaran ni amenazó y lloró para cerrar programas de radio. Es un tipo de una madurez y de pudor intelectual a prueba de babas. Cariño, tienes razón. Además trataba muy bien a sus amigos y a sus contradictores. Era un libre pensador pero no me distraigas. ¿Por qué no tienes en cuenta a poetas colombianos ahora que te veo en tus 25 años con botox en los labios y silicona en el pechito, y has barnizado de verde y paz tus ideas stalinistas? ¿Cuál es la razón específica, y la otra, la que siempre escondes? Solapada.
Viuda de René Char: No me gusta mirarle el ombligo a escritores colombianos.

Poeta triste: ¿Y Rubén Vélez?
Viuda de René Char: No, no de ninguna manera. No me aguanto su voltaje, es muy irónico. Su presencia me hace temblar de miedo, me hace ver mi cara de la simulación.

Poeta triste: ¿Y una mujer?
Viuda de René Char: ¿A quién? No, no, de ninguna manera aún les falta. Además son muy peligrosas y hacen perder el tiempo. 

Poeta triste: Mmmmm. ¿Y William Ospina?
Viuda de René Char: Me duermo leyendo su poesía. Se ha hundido en la novela histórica para evadir compromisos actuales. No es un contemporáneo necesario. Además, cuando votó por Zuluaga se cayó conmigo. No olvides que me mantengo firme con mis tesis de criticar con la izquierda y cobrar con la derecha. Además me uno a la paz. Es un negocio que da dividendos y dinerillo a la gran bolsa de la poesía. Todo por la poesía. ¿Si o no?
Entiende cabeza de chorlito, en mis 25 añitos necesito poetas que suenen. Oíste bien, que suenen. No estamos para darle coba a nadie. No olvides que somos súper internacionales y fraternales a morir, pero con los extranjeros. Me gusta como hablan, como huelen, sus contactos así sean malos poetas.

Poeta triste: Podría ser uno de los tuyos. Aquel que finge en las fotos de ser un César Vallejo de peluche.
Viuda de René Char: Explícame bien cabeza de chorlito. En mi gabinete no existen poetas trágicos. No me gustan los poetas trágicos ni malditos. Ah, ja, ja, ja, ja, ja.  Ya sé a quién te refieres. Ja, ja, ja, ja. (Se limpia el rímel que le cae de sus bellos ojos claros, y el labial se lo organiza en un espejo de mano).

Poeta triste: Iba a enviar mi anti poesía al concurso pero de ninguna manera lo haré. Seguiré solitario y sin rumbo fijo pero hacía La Buerta. Siempre incomprendido, siempre poeta, hasta más triste y maldito que el mismísimo Rimbaud.
Viuda de René Char: Si la tristeza toca hoy a tu puerta...dile que lo sientes que no puedes abrirle, porque tienes una cita con la alegría. Lo puedes publicar es mío.

Poeta triste: No te burles de mí. Solo te hacía propuestas sobre nuestros poetas mayores, pero vivos. Es más, en Francia nunca harían un concurso con el nombre de un poeta colombiano como contraprestación. Eres una acomplejada.
Viuda de René Char: Y qué te importa a ti. Mi vida es mi vida. Mi problema es mi problema, como dirían Ana y Jaime. Además le aprendí a Santos, hizo cambiar de entrenador de la selección y ubicaron a Pékerman.

Poeta triste: Eso no tiene nada que ver con la poesía. Te ves bella con tu cabello nórdico, muy a lo sueco con ganas del Nobel grande, hasta lograrás el Oscar por esa gran puesta en escena poética cada año con efectos especiales de cuenta del erario público.
Viuda de René Char: Ese es mi gran secreto. Tonto, ¿cómo que no? No intentes seducirme, este año seré la única mujer de René Char. 

Poeta triste: Exaltas poetas extranjeros con dineros nacionales. Me conduelo, me pone súper mega triste.
Viuda de René Char: (Se delinea su boca roja con labial comprado en el Hueco y hace carrizo). Así es la postmodernidad, tonto de tontos.
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