domingo, 26 de octubre de 2014

Pastor Restrepo la memoria fotográfica recuperada.

Pastor Restrepo

Juan Camilo Escobar





Pastor Restrepo Maya,

La memoria fotográfica recuperada


Víctor Bustamante

De Pastor Restrepo no sabíamos absolutamente nada. De repente algún ensayo ligero, algunas notas, algunas de sus fotografías, tarjetas de visita, y la anécdota de que algunas de ellas habían sido guardadas en la urna centenaria. Así mismo conocíamos el abandono de su casa en el Parque de Bolívar, y el hecho, siempre misterioso, de no saber la razón por la cual Pastor Restrepo abandonó la fotografía y se fue a vivir a París.

Pero ahora Juan Camilo Escobar, nos ha devuelto esa memoria perdida, guardada en diversos archivos personales, fragmentada; así disuelta a punto de perderse porque el tiempo obra de una manera implacable, borra las huellas, abre fisuras, nos sume en ese territorio oscuro de preguntas sin respuestas. Y de repente esa otra generación que precede a los dueños de estos valiosos materiales los deje perderse.

La exposición, que no es solo una simple exposición de fotografía, además contiene las libretas de apuntes, las cámaras, implementos de fotografías recogidos debido a que algunos los guardaron con celo, es decir, lejos del descuido, del abandono, de la desidia; en síntesis del olvido .

La exposición comienza con una suerte de happening con las fotografías dispuestas dentro del estanque que bordea la Biblioteca Central de Eafit, como si el amnio universal nos revelara, nos mostrara y conservara estas tarjetas de visita para protegerlas del paso del tiempo. Y, en este acto simbólico, es como  si el agua las preservara y nos diera esa visión de ese nuevo nacimiento, porque es un nacimiento, una revelación, al dar la vuelta a toda la biblioteca y observar una parte de la exposición de las tarjetas de visita de Pastor Restrepo. Es como si la memoria naciera, y ahí residiera el encanto de resguardarlas. Es como si al estar en este estanque estas fotografías continuarán lavándose luego de un largo proceso de revelado, resistiéndose al abandono.  Son rostros, el paisaje social de Medellín, expresado en tantas personas que acudieron a su estudio para dejar que su presencia fuera presciencia para la posteridad. Rostros congelados por el tiempo y por la magia de la cámara fotográfica, y por el fotógrafo que tuvo tras la lente a estas personas, que en su día fueron a su estudio para ser plasmadas para la posteridad, y muchos de ellos dejaron una solita huella: su fotografía hacia ese terreno imprevisible de la posteridad. Una posteridad que nadie preveía porque la fotografía era una curiosidad, era la tecnología de la imagen en sus comienzos, pero que con el paso de los años nos revelarían esa presencia: detrás de cada uno de estos retratos existe un historia, incluso en el acto de fotografiarlos existe una misma disposición, un Medellín que bulle y es conectado con lo que ocurre afuera. Ellos, estos pioneros de la fotografía, en este caso Pastor Restrepo, estaban al tanto de lo que ocurriera en los países desarrollados.

Pero eso es apenas el proemio, la sorpresa mayor llega al entrar a la sala de la exposición. Una réplica de su estudio con sus cámaras, sus libretas, una suerte de diarios. Solo falta que el mismo Pastor en persona nos indique paso a paso como se hizo fotógrafo, cómo dispuso su estudio de fotografía, como utilizó su cámara fotográfica, y como en las paredes de una manera preciosa y amorosa, porque esa es la palabra, la memoria, nuestra memoria visual, surge poco a poco a medida que Juan Camilo, con su barba a lo Friendly Mutton Chops, nos va contando cada una de las peripecias de Pastor Restrepo: su vida, su familia, sus viajes, sus fotografías, sus quehaceres, sus búsquedas, su estética, y, sobre todo, cómo Medellín se merece que este tiempo casi perdido, inmerso en estas fotografías haya sido recuperado.

Solo falta que esta exposición sea permanente en su casa, algún día recobrada, ahí en el Parque de Bolívar, donde tantas veces Pastor acudió a su solaz, lejos del afán persuasivo de su negocios, de su afán de saber acerca de las fotografías que ni él mismo soñó que serían, casi un siglo y medio, después patrimonio en un Medellín aún en construcción, afanoso de buscar una identidad.

¡Hágase la luz! Pastor Restrepo Maya. Es Pasión y sorpresa. La ciudad y sus fotógrafos. La investigación y su donosura. Y, por supuesto, la certeza de haber rescatado una memoria, una presencia de Medellín.



sábado, 25 de octubre de 2014

HABLABA Y CALLABA / Pedro Alcántara Herrán


HABLABA Y CALLABA

Pedro Alcántara Herrán

Hablaba
De niño hablaba y gritaba recitando fragmentos de los discursos de Gaitán, aprendidos a mi manera de memoria, como los oía en el inmenso radio del vestíbulo, llamando a las visitas con la campanilla de la mesa del comedor sobre la cual me subía. Yo era el político más jóven del Cali Viejo. Ese paroxismo infantil era mi paz.

Callaba
Con resbalosa estridencia subía las gradas del Conservatorio calzado con mis guayos del partido de la tardes en el Colegio Bolívar y callaba después, pies y boca, en el santuario de los estudiantes de dibujo donde me retaban las líneas rectas. Yo era el único niño, y me encerraba en un clóset cuando había modelo desnuda, donde seguía callado, como muchos después en la escuela militar en los Estados Unidos. Allí se callaba por disciplina o por miedo, pero se estudiaba intensamente y se me abrieron las puertas de la Literatura Inglesa, Norteamericana, y se me cerraron las genéticas del guerrero. Otros de mi clase que avanzaron en su empeño, naufragaron en los arrozales inundados de Vietnam. Esa fue mi decisión de paz.

Hablaba
En la Academia de Bellas Artes en Roma volví a mi vocación de niño; hablaba, gritaba discurriendo sobre el realismo socialista, los fracasos del Proletkult, las similitudes entre el expresionismo y el informalismo, Gutuso, Saura, Gramsci, Pavese, Camus, Kant, Hegel, Marx y, sobre todo Sartre. Pintaba a gritos. A gritos me entendía con los italianos. A gritos aprendí sobre los grandes maestros de la historia del arte de viejos sabios afónicos en aulas de 400 estudiantes. En el Museo de Arte Moderno de Roma conocí los gritos de Obregón sobre la violencia que azotaba a mi patria y él y Sartre me devolvieron a Colombia. No encontré la paz.

Callaba
En el Nadaísmo callé; había demasiadas voces que encantaban. Cuando logramos reclutar otro pintor. Norman Mejía, y con él pretendimos dictar una conferencia pintada, ambos enmudecimos de pánico ante la multitud durante el primer happening de la historia de arte nacional. Entendí más claramente que mi obra hablaba por mi. Puse en práctica mis dotes de disciplinado organizador y con Jotamario y Elmo, turnándonos responsabilidades, pusimos en marcha eventos históricos: los Festivales de Vanguardia. Allí muchos encontramos un intermedio de paz.

Hablaba
Militando en el Partido Comunista hablé otra vez y vociferé en las tribunas. Lo hice con tanta fuerza, tanta dignidad y tal convencimiento que comencé a movilizar en torno al proyecto de la Unión Patriótica una cantidad memorable de gentes de la cultura, tanto que mis camaradas aturdidos y con poca fe me lanzaron a una curul en el Senado donde caí en un “Salto Triple”, en palabras del difunto Marino Rengifo Salcedo. Tampoco allí encontré voluntad de paz.

Callaba
En el Senado donde todos gritaban, fui callado pero diligente y trabajador. Con otras dos almas penitentes, los senadores Pedro José Barreto y Jaime Niño Diez, en un debate a Colcultura comenzamos a sentar las bases de un futuro Ministerio de Cultura, que resultó triunfante tras la Constituyente del 91. Para escándalo de mi movimiento, mi asistente parlamentario era un poeta. El sí hablaba y madrugaba a abrir la oficina que parecía más un confesionario o un consultorio, donde las secretarias ajenas accedían para que Julián les leyera la mano. Ambos sobrevivimos a la masacre porque el “enemigo” pensaba que estábamos locos y tenía razón. Miles de nuestros compañeros de entonces descansan en la paz de sus sepulcros.

Hablaba
Hablé duro durante mi estadía forzada pero salvadora de 2 años en Europa. Renuncié a gritos a mis cargos y a mis responsabilidades políticas mientras el muro de Berlín me caía encima y yo vociferaba contra mí mismo y hablaba con las liebres que habitaban la tierra de nadie entre las dos paredes que constituían el muro. Mi obra me salvó de la confusión y el desgarramiento gritándome desde lo más atávico de mi ser, reconstruyendo mi voz pictórica llena de desaliento y vacío. Mi capacidad creativa me mantuvo en la superficie del grito y su fuerza primordial propició mi restauración. Esa fue mi paz reivindicativa.

Callaba
Hoy callo otra vez y reflexiono al igual que millones de colombianos en torno a la paz y a la necesidad de apoyar decididamente ese proceso en curso para buscar en palabras del gran Santiago García un espacio donde “nuestros espíritus locos, iluminados de osadías, puedan soñar con el imperio de la belleza...”, en una democracia más plena, más transparente y más justa, sin miedo, sin claudicar y en pleno uso de nuestras facultades para enriquecerla con irreverencia y pasión. ¡Transitemos hacia la paz!

  Cali 21-04-2014




jueves, 23 de octubre de 2014

The Exploited, ¿una banda neonazi en Medellín?


The Exploited y la banda nazi Haggis unidos por el saludo nazi.



Una esvástica en el circulo rojo.


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The Exploited, ¿una banda neonazi en Medellín?

Víctor Bustamante

Todo el esfuerzo que realiza la ciudad para cambiar esa imagen otorgada por el narcotráfico, que se convirtió en un slogan, y todo ese esfuerzo se ve menguado por el informe que afirma indecoroso como Medellín es el burdel más grande del mundo dentro de esa óptica sensacionalista de los medios, ya que ninguna capital del mundo podría decir que se aparta de ser un paraíso y escapa a la mirada ambigua de estos visitantes taciturnos.

Pero ahora vamos a referirnos una banda punk, The Exploited, que llegará al evento musical Altavoz, y que de nuevo manchara todo esfuerzo en decir que Medellín es la ciudad más innovadora, de presentarla bajo otro matiz más amable al concierto mundial. The Exploited, en apariencia es una banda normal de muchachos que vienen a cantar baladas con letras en inglés, incompresibles para los muchachos y aficionados de la ciudad que, alicorados y con la cabeza llena de material sensible, se moverán al sonsonete de sus canciones. Pero, y ese pero, es toda una interrogación The exploited dentro de ese catálogo de iniquidades que ha exhibido, como una afrenta, ha dado sumas de dinero para El Frente Nacional, National Front, partido político británico de extrema derecha que se mueve dentro del espectro ideológico fascista. "El "Frente Nacional" aboga por la prohibición total de cualquier aumento de la inmigración "no blanca" en Gran Bretaña, y el lanzamiento de un plan gradual de repatriación de todos los inmigrantes "de color" (a sus respectivos países)." Nada. ¿Cómo se llama esta postura ideológica?, nada menos que nazismo. Pero en la ciudad como que olvidaron, a lo mejor después de ver tanto programas que hablan sobre Hitler, que este criminas y su ideología de muerte en realidad existió.

Uno de ninguna manera pude cohabitar ni tener cercanía con este tipo de ideologías, donde se desprecia al ser humano, básicamente por ser de otra raza, por su condición económica o por su religión. La tolerancia, en este caso hace tabla rasa, del desconocimiento de aquellos que con su racismo aún recuerdan épocas peores que la humanidad ha vivido de una manera cruel, al aceptar a quienes patrocinan este tipo de partidos políticos y traer a sus adláteres se les está otorgado una patente de corzo para que sigan con sus discursos excluyentes. Y no solo eso, traerlos a la ciudad de Medellín como si fueran la gran novedad punkera, dejando de lado su neonazismo, que es su impronta, así los acordes de su música conviertan su concierto en una fiesta. Sí, en una fiesta de la celebración del fascismo más oscuro y sucio que ellos han prologado a su manera como si la violencia fuera algo disimulado y no la presencia de la cual es necesario replantear que no vivimos en un mundo donde este tipo de cosas regresen sino que es necesario detener.

Colombia en estos momentos intenta salir de esa violencia detestable que ha marcado su historia en los últimos años, pero aquí contradictorios, traemos, precisamente a esa banda de The exploited que le ha apostado a casos crueles la segregación racial.

Me iba a referir a su hoja de vida, a sus logros, pero mejor diré al prontuario de ellos:  Paliza al grupo punk mexicano Solución Mortal en los años ochenta. En la portada de su EP War Now, se ve una bandera que luce un 88 (número que representaría a Hitler).

Además de todo esto, se aducen una serie de altercados que habrían protagonizado en Brasil y en el muro de Berlín en los años 80, que en sus inicios lucían esvásticas y una serie de declaraciones racistas, además de la inclinación del grupo por la violencia.

Dije esvásticas. Claro inicialmente uno no puede usar ese tipo de signos para provocar o para publicitar el crimen sino que en su interior esto concuerda con su postura ideológica.

Hace poco en Madrid fueron atacados por grupos antifacistas que no soportan el olvido de una memoria de crueldad de quienes asisten a celebrarla:

“Este elemento provocador de toda la vida se han sabido sus andanzas, sus coqueteos con el Nacional Front y demás calaña fascista, sus amistades como las que adjuntamos fotos en las cuales se le puede ver en una foto del 2006 (si, del 2006 no de hace 20 años como nos intentan hacer ver en su patético comunicado) con un miembro de Screwdriver y Blood and Honour. En otra en una de sus últimas giras junto a los payasos filo-fascistas de los Haggis (por cierto tenéis nombre de pañal) haciendo el saludo fascista, haciendo el imbécil como a ellos tanto les gustaba hacer hace años como vemos en otra foto. En la última se puede ver el tatuaje con la esvástica nazi que luce el cantante en su brazo. Pues bien, si esto no os parecen razones a nosotr@s si nos lo parecieron y decidimos realizar una acción de castigo, un escarmiento para demostrar que en Madrid no queremos basura ambigua y que aquí las provocaciones fascistas no salen gratis”. (lahaine.org).

¿Qué pasa en Medellín?, ¿Olvidaron que el nazismo existió? ¿Que otra vez vamos a estar en el concierto mundial con el desconcierto de invitar este tipo de bandas que han promulgado la crueldad? Uno no puede posar de inteligente teniendo debajo de su criterio, el olvido y toda la ingenuidad, y celebrar a estos músicos que tienen un pasado ominoso, que exhiben como una propaganda ideológica y latente de esas muertes calculadas de oficinas a los campos de concentración.

¿Será que la historia se repite y se oculta, y Medellín otra vez claudica? Por supuesto que uno invita a Altavoz, es decir, a la ciudad, a Medellín, a personas decentes.



miércoles, 22 de octubre de 2014

El Nadaísmo en México: Israel Gayoso, Nadia Bej, Paola Castillo y Salud Ochoa

 Israel Gayoso


 Salud Ochoa


Paola Castillo



Nadia Bej


El Nadaísmo en México

Israel Gayoso, allá en Chihuahua, ha asumido la poesía no como una manera de pasar bien el rato en una larga conversación sino que la lleva incrustada en su ser como una manera de decirnos que poesía y vida, cuando se viven ardorosamente, como una presencia se convierten en un destino de vida y además en una presencia. Así la poesía sale de los salones lánguidos de las academias, y de las lecturas peculiares, para el decirnos que la palabra de la poesía es combare y fuego, palabra viva en el portento de cada día que acecha con la vitalidad que Israel.

Israel es el poeta nadaísta incrustado en la memoria, activo y pertinaz. Lo he visto leerle poesía a diversos policías para emparentarlos con el sentir de un artista, como él, y alejarlos de la seriedad de las armas. Israel ha bebido el agrio néctar de la poesía y en ella ha forjado sus poemas.  
Lo he visto con carteles reclamando, lo he visto sentado en las aceras leyendo poesía junto a amigas que también leen y lo acompañan. Pero sobre todo, ahí lo veo en la calle con un cartel: “Si no hay justicia para el pueblo. No hay paz para el gobierno” durante una marcha, que reclama el problema de los estudiantes desaparecidos: ¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!

Ahora Israel, junto a las poetas Nadia Bej, Paola Castillo, Salud Ochoa, quieren buscar otras propuestas, experiencias comparte su asunción al nadaísmo.

..
Dice Israel:

Nos personificaremos con algo distintivo de los Nadaistas en su juventud, seremos ellos en ese momento, daremos vida y traeremos al presente el pasado y el origen nadaista....Proyectaremos fotografías a fuera del café. Hablaremos de la vida y obra de Gonzalo Arango, Darío Lemos, Eduardo Escobar y Jotamario...Tendremos una presentadora, la cual dará una introducción al Nadaísmo y la cual nos presentara con el nombre de nuestros poetas asignados: Nadia Bej (Lemos) Salud Ochoa (Eduardo) Paola Castillo (Jotamario) y yo seré Arango


martes, 21 de octubre de 2014

Vientos de octubre / Víctor Bustamante




Vientos de octubre
Víctor Bustamante

A mediados de octubre
cuando soplan los vientos del fastidio
comienza como una brisa desde las emisoras que arrastran música tropical: porros, salsa, vallenatos, Buitrago, Rodolfo, Gustavo Quintero y, sobre todo, la malicia y molicie de la música parrandera.
El comercio trafica árboles para Navidad, mientras los ediles hablan de no destruir el medio ambiente; y adornos de contrabando, también prohibidos, deslumbran desde las vitrinas
El viento, al final, arrecia, pero aún es soportable,
golpea a los deicidas en las azoteas, sacude los bolsillos idolatras de los consumidores,
y no solo abofetea los alambres contra los postes que arañan las lluvias sino que persigue hasta la misma zona de desastre personal a los poetas y transeúntes,
mueve las sombras de los árboles, recuesta ceibas sobre autos mal aparcados, y persiste, porque es necesario terminar este año emblemático para unos, desastroso para otros.
Cuando ruge el viento del hastío del anhelado espejismo final, los días se desploman, y desde las emisoras escarban cada minuto que falta para terminar el año
Son días duros y duraderos como cascos de acero golpeando hermosos cuerpos cautivos, tóxicos del deseo
Pero también, a mediados de noviembre, el viento mastica los presagios sucios de los fines de semana
Desde sus primeros días, no quiero jingles de diciembre, ni estribillos repetidos que me hacen sentir culpable de no haber muerto en mis tinieblas
Apago la radio hasta cuando pase esa musiquilla que es el heraldo de ese mes último.
Otra vez he fracasado y mi balanza contable no tiene nada que ofrecer sino
deudas, papeles guardados, poemas sin resolver y mujeres recostadas en las vidrieras de la espera en una red social, el Face, donde no dan la cara.
Entonces, en pleno diciembre, cuando los días y el comercio son un gran fastidio,
comienza una tormenta 
Es necesario abandonar la rutina, de los dioses de plástico y no preparar los adioses.
Empiezo a oscurecer y a callar, pero también a buscar las luces de los bares,
los estriptis donde mujeres angustiadas necesitan dinero y yo necesito placer.
Regreso al Centro, despiadado centro, a embaucar a mis amigos y a navegar en medio de este maelstróm con las botellas de licor adulterado a pesar de la cara beatifica del barman,
Y así huir de esta frágil página, pues prefiero hundirme en una batalla de papel con venenosas desconocidas.
.
Antes de aceptar el fuego mustio de este mes fatídico
me asalta este huracán de grado cinco que me lleva por las calles y a esos bares y a las noches ocultas donde poseen carnet algunos malevos untados de dolor y algunos desclasados con sus cuchillos de insomnio dispuestos a  callar
Busco las piadosas putas con sus tijeras esbeltas de mugre en estos dos días que no quiero nombrar donde la gente regala para acallar, y realiza cuentas personales para su obituario
Entonces, mucho más tarde, la tormenta se calma y se convierte en una brisa tropical que me patea en esa desolada noche, que es otro año, cuando creemos que el primer día de enero todo va a cambiar cuando de antemano continuamos tan muertos como siempre.


lunes, 20 de octubre de 2014

Humberto Navarro Lince



Humberto Navarro Lince

MI COLECCION TESONERA DE PASOS PERDIDOS.

Víctor Bustamante

Existe un nadaísta oculto, talentoso, Humberto Navarro, a él le cabe el extraño goce de haber escrito dos obras magnificas, El Amor en grupo y Los días más felices del año. Digo extraño porque muchos escritores le huyen a la temida variante del olvido cuando apenas tienen unos balbuceos y ya expelen su necesidad, que es necedad, su sed de eternidad. Navarro con los libros que refiero ha llegado hasta el límite, a lo que ninguno de sus contemporáneos fue capaz, hablo de escritura y experiencia. A él le cabe ese raro aserto de Pavese, cuando afirma que después de escribir un libro ha quedado humeante como un fusil disparado. Acaso, aunque ese acaso de una vez nos lleva a la duda, dos libros importantes sobre la ciudad, por la forma en que fueron escritos: ese presente, esa ascesis del momento que lo llevó a no tener ningún tipo de nostalgia que a veces se convierte en una suerte de lama peligrosa y estéril masacrando la literatura.

En las conferencias del Paraninfo. Por supuesto que en Medellín ese nombre solo le incumbe a la Universidad de Antioquia, durante unas jornadas en la década del ochenta sobre el nadaísmo, este pasaba de su literatura de alcantarilla a la sala de eventos de más prestigio cultural. Cerca de ese mismo lugar había ocurrido la famosa y ominosa quema de libros, entre los cuales se incineró en ese auto de fe, la María. Allí escuché la voz grave de ese poeta que fue Darío Lemos: “Tu frente es como una lisa pizarra negra”; a Jota Mario puro verbo, enunciando Santa Librada College, o Alberto Aguirre hablando de una novela que le había dejado Gonzalo Arango escrita en un cuaderno y que, por supuesto, a nadie enseña. Más tarde la celebración se trasladó a la BBP, donde X-504, declamó, esa es la palabra, de un rollo de papel higiénico que emulaba tal vez a los escritos de Gonzalo Arango, un poema del hombre que va a la luna y por primera vez vi su rostro lejos de ese dibujo de marciano con unas extrañas cejas arqueadas, párpados cerrados que se aprecia y aparecía en las antologías por supuesto nadaístas. Pero también allí observé a Humberto Navarro, sencillo hasta el desespero, leyendo una conferencia que no fue lo mejor por supuesto, como si el que más tarde se revelaría como un espléndido conversador, estuviera mediado por la página en blanco, más escritor y conversador que conferencista.

          Luego lo encontré, es decir, lo vi, una tarde, una de esas tardes apacibles en la Arteria siempre abierta al fresco viento de la Playa, a él, Humberto Navarro conversaba sobre literatura, con ese artista nunca valorado: Luis González de Guzmán, junto a otros que no sé su nombre, esa tarde fui espía. Navarro guardaba celoso sobre la mesa al lado de botellas de aguardiente y cerveza, un casco militar de la época Bismark, que después supe, pertenecía a la guardia presidencial. En algunos momentos lo colocaba en su cabeza atándolo con el barboquejo, y en la acera daba un saludo militar, nunca con el paso del ganso. Esa misma semana lo encontré a la entrada de Versalles, perdido en la bruma del alcohol con el mismo casco militar con algo que no había observado una punta como la base del penacho y su vestido de verde. Entró al salón que es una cafetería, pero, para otros, punto de encuentro, examinó a sus habitúes y por un momento coincidí con él. Por supuesto no era uno de los suyos y pasó rápido, raudo a la salida a perderse en los confines de Junín.

Por supuesto, a nadie iba a encontrar en esa otra década cuando casi era un exiliado en Bogotá, cuando sus amigos no lo esperarían para sentarse a tomar un tinto con un vaso de agua por favor, cuando otro público habitada esas mesas, cuando el Metropol ya no existía y él parecía un extraño entre extraños.

Otra vez, una noche no poblada de música de alas, bebía en un cafecito de la calle Bolivia y Córdoba. Lo acompañaba una dama no de medianoche sino una mujer de la cultura en la ciudad. De tanto mirarlo terminé saludándolo, luego conversando. Me acompañaba el escritor José Martínez y Sánchez. Hablamos de literatura y me escribió un número telefónico con el propósito de una conservación que nunca realicé por esa cosa que aparece, esa cosa tormentosa, que solo los que la sentimos o la padecemos, sabemos que es un obstáculo, la timidez. Él se encontraba de paso en Medellín, y a unos pasos, tampoco fui capaz de decirle a una amiga, fotógrafa casual, que nos tomara una placa. Cierto, en uno perdura el montañero, el coleccionador de fotografías con personas relevantes. Timidez no seas taimada me dije después, en esos eventos que el azar devuelve con su mano mágica y somos incapaces de entender.

Ahora ha regresado para vivir a Medellín, es uno de los pocos escritores antioqueños que no tuvieron repercusión desde Bogotá al resto del país.

Algunas veces he conversado con él. Mejor, lo hemos escuchado Omar Castillo, y Jairo Guzmán en La Boa, porque es un torrente de palabras, mientras fuma de una manera desusada, uno tras otro cigarrillo. «Qué hubo tata» es su saludo, para luego asestar, el tatabra, como una muletilla. Siempre lleva una mariquera con sus papeles.

A pesar de que bebe, no solo la vida tan vivida y bebida, ya no vive ni bebe los excesos que tanto se habló sobre los nadaístas, ahora con la sentencia y seriedad que otorga la edad, debe irse temprano a coger una buseta en San Juan con Niquitao que lo llevé a Sabaneta. «Es el colmo un nadaísta que se vaya a acostar a las nueve de la noche», le digo provocador.

Es irreverente, habla de cómo en una reunión de los nadaístas, el nombró a Jota, el gerente, relaciones públicas a Eduardo Escobar, como financista a Alberto Escobar, y como portero del edificio a Elmo Valencia. Es por ese carácter irreverente, que sus amigos no lo toleran. Ascético y sencillo a pesar de la noche y de los vientos del licor, entrega una moneda a los mendigos que crecen en número.

—Estoy terminando una obra, La casa del palomar del príncipe, si esta novela no vale la pena, creo que he fracasado en mi vida tengo sesentaiocho años—dice.
Navarro asume una vida itinerante. Alguna vez, la primera, en La Arteria escuché que poseía una formula contra el cáncer. Luego, corregí, es un tratamiento contra la diabetes, varias inyecciones en varios días con medicamentos que él prepara. Así mismo parece que experimenta con la rosa mosqueta para las quemaduras. Esa es una muestra de su vida, esa que algún día nos revelará, soñador con la búsqueda de la piedra filosofal, con secretos habló de sus fórmulas, alquimista a su manera, siempre al borde del abismo.

No sé si por la literatura basta sacrificar tanto, para obtener tan poco. Pero sé que en la vida existen decisiones que pesan. Es como el momento sublime del jugador de cartas o lo toma todo o lo apuesta todo. En él no existen posiciones a medias: todo o nada.

Sé que su ascetismo, su relegamiento, su severidad como escritor es la última máscara que esconde, para él que no ha sido tomado en serio porque muestra la risa del irreverente, porque es franco y dice lo que desea. Nunca ha usufructuado las babas de ningún poder, desde el literario hasta el político.  Él encarna acaso el ultimo escritor solo sabe que en la literatura está su ascesis, lo demás es el país literario, aquel que no ha sido capaz, ni de escribir, ni de valorar su obra aquella que se resume en una frase de Alguien muere al grito de la garza: “Mi colección tesonera de pasos perdidos”.

Habría que verlo con su infaltable cigarrillo en la boca, o perdido en los laberintos del alcohol. Él siempre con esa cultura que avasalla. Por un tiempo desapareció de la llamada vida intelectual del país, acaso centrado y concentrado en escribir el texto, Pescador de imágenes, o, a lo mejor, dedicado a su obra Juego de espejos, donde reapareció al publicar un diario local una parte de un capítulo.
En las crónicas y entrevistas los amigos cercanos le llaman Cachifo. El diccionario entrega una noticia: niño, rapazuelo, el que está en clase de menores, el que está en estudios de gramática latina. No sé si estas acepciones salvaguarden su patronímico. Algunas veces él se refiere a su carácter indomable en su niñez, que lo llevaron a estudios forzados en una Casa de Menores por Fontidueño y a cierta marginalidad presente.

Tal vez en las páginas de los suplementos literarios, en las ferias de libros o en las revistas pocas veces o nunca aparezca Humberto Navarro pero en el fondo de nuestro corazón perduran ese par de obras totales sobre la ciudad.

                                           (El Mundo, Medellín, 1997)




Talaga


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Talaga

Víctor Bustamante

El estudio de Talaga queda situado en Bello, en un segundo piso, está atiborrado de la obra del pintor, de Edier, hay diversas pinturas colgadas en la pared, certificados, diplomas, junto a fotografías donde el pintor asiste a algunas ceremonias. Sobre una mesa reposa la paleta y algunos tubos de pintura dispuestos para que el creador reinicie uno de sus temas o, a lo mejor, comience uno de nuevo, también algunas esculturas, más cuadros arrumados como si esperaran para ser mostrados en alguna exposición. En el caballete una pintura dispuesta para ser terminada espera la última pincelada, pero ahora estamos frente a ella, al boceto, y Edier se dispone a contarnos algo del por qué es pintor y de sus inicios.

Aquí, en su estudio, hay una exposición privada a la cual asiste su creador, y no solo él, sino las ocasionales personas, como yo, que ahora miramos sus paisajes de la calle. Esa calle que él tanto ha vivido desde su infancia, ambiente que es caro para él y que reaparece ya sea en los diversos grupos de personas o ya sea en sus habitués, ya seas mujeres que esperan a alguien y están dispuestas a una buena compañía. Pero también hay una fuerte presencia de lienzos donde sus niños son evocados de una manera perenne como si su autor necesitara de esa presencia fuerte que ronda, que acecha como uno de los motivos a los que regresa y que le dan cierto tono de felicidad.

Cierto. Aquí, en su estudio se plasmarán todos su cuadros. Podría decir que es su factory, donde él, cuando llega, ya tiene una idea clara sobre lo que se dispone a pintar, o, a lo mejor lo desecha, o, a lo mejor continúa con una pintura, como ahora que le exige que la termine pronto y no la deje inacabada.

Estudio del pintor: lugar donde él libra batallas con los colores, desbroza con los pinceles calles, personas actitudes, autorretratos; en síntesis sus búsquedas que son allanadas cuando da la última pincelada a uno de sus motivos. 

Estudio del pintor: lugar sagrado donde batalla palmo a palmo con los pinceles para sacar de las sombras de la creación esos destellos, que son las pinceladas que definen y marcan eso que su autor busca: la definición de un tema preciso.

Aquí, en esta conversación Talaga nos da una aproximación no solo a su vida a su discurrir como pintor sino que nos damos cuenta como la persistencia es una de esas maneras de volverse un creador.



domingo, 19 de octubre de 2014

Poemas de Fabián Paz














Poemas de Fabián Paz



-Introducción

La poesía, mi primer alejamiento de la civilización;
quédense con su religión tecnológica y sus bombas atómicas
y su alimento transgénico y sus miedos y sus silencios y sus conformismos
y sus trabajos benditos y su educación de martillo y su moral mojigata
y sus trajes de moda y con su dinero santo, quédense con todo y con nada!!

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Resurrección*

En este tiempo donde el hombre prepara el apocalipsis
para la resurrección de Cristo,
yo también me preparo para conquistar
a la mujer que me gusta y para conquistar
el paraíso que nos resta.

Nadie vendrá a salvarnos de nada,
ni nuestros mártires volverán:
ya nadie puede resucitar sobre estas tierras,
tardaría tiempo legalizar el derecho de vivir.

Cristo, no tendrá dinero para el arriendo
de su estadía, ni mucho menos tendría dinero
para pagarle a los que venden el agua,
o la electricidad, o la telefonía,
o el alimento en las grandes cadenas de supermercado,
en el cielo no hubo tiempo
de reunir dinero por reunir plegarias,
además, ya está en deuda
con tanto Dios se lo pague.
-Ningún banco podrá prestarle-

No querrá desatar más guerras
con sus bestias escupiendo fuego,
a estas alturas no hay lugar en otro paraíso
y tampoco hay otro paraíso una vez más.
Demasiados vivos por resucitar:
yo los he visto arrastrar sus cadáveres
a las oficinas y a los campos de concentración,
a las clínicas de la nueva estética y a sus casas
a ver quién sabe qué cosa en la tv.



Transversal.*

Dicen por estos días
que Cali esta peligrosa,
cada día se asesina un silencio;
culpan a los poetas del vecindario
que beben el infinito con su sed.

En la metropolitana soledad
de mis zapatos salgo a buscarte
y me pierdo en el calvario de tu sombra,
a los 70 duendes de tu sexo
subo por la colina,
por la calle del muerto
voy en busca de tu regreso,
por la calle del crak
voy por un poco de tus tormentos,
por un poco del licor adulterado de tus besos.

Tus recuerdos son ruinas
habitadas por mis indigentes pasiones,
transeúntes miran entre sus bolsillos
la fortuna de la nada
mientras los parques cruelmente
juegan con los niños y tu ausencia,
llega la mañana... regreso al vecindario.

....

Canto.

El tiempo se hace cenizas
en tu reloj estático;
esta espera es un altar de sal
donde mis labios analfabetos
aguardan el idioma de tu cuerpo
entre la noche y el silencio de las catedrales.

...

En la ciudad*

Salgo de casa con el bodegón en mi estómago,
los perros alegremente pasean
la inutilidad de sus amos
y las hormigas caminan cautelosas
para no pisotear el sentido de sus vidas.

Basta un minuto para masticar el recuerdo
y desaparecer,
en el paradero espero la noche
porque ella no me espera,
vivo con la promesa del autobús
que me conduce a ninguna parte;
mañana ya no rodarán por la ciudad
mientras la gente desespera.

En la madrugada los gatos ven llorar
los ascensores en las azoteas
y los cuadros se desvisten
de miradas y preguntas vacías.

He venido de una tierra desconocida
por sus habitantes,
donde los ríos reclaman sus bosques
y la gente sin otra salida
besan el barro seco de su rutina.

....

Vitriolo.*

Para ti estas palabras desnudas y silenciosas
como un diálogo íntimo y nocturno,
oculta entre las piedras y el fuego
me recuerdas esta soledad
en el mundo, alegre y vibrante,
la memoria del horror y la esperanza,
el sabor de la piel y su tristeza.

Honda nostalgia como un cadáver fresco
que desgarra del alma llantos,
sueña, sueña, sueña...
ahora que puedes morir.

..

El Rock and Roll del Siquiátrico.

En los pasillos de salud mental los pacientes desfallecen en feroces siestas mientras espero la hora de resucitar. Afuera las ambulancias callan sus sirenas y la ciudad detiene por un instante su aguijón. Al salir del hospital seguiremos comprando veneno para visitar el paraíso, para ir a las casas que siguen como trincheras.

He vivido entre Cristos y soy uno de ellos; malvado y santo para despreciarlos con igual blasfemia. Y a veces me apeno de este dolor de acabar de un poema con sus vidas.

¿Hasta cuándo dejaremos de parir tanta vida vulgar, tanta guerra? Alguien ríe diferente por el agente naranja. No destruiremos más el mundo aquí adentro. Mi corazón no brilla como el de muchos hombres y no soy más entre ellos, afuera han heredado la ceguera de Dios y no creo ti fuera del poema.

Mañana moriré para el nuevo día,
para vivir detrás de los cerros y llover en verano,
para derribar la estatua de la libertad,
para bajar a la ciudad y llorar engañado en los salarios,
para beber algún licor barato en los suburbios y leer estos poemas.

....

Exilio.* 

Descenderé del cielo falso a las oscuras calles
otros serán mis rumbos,
otras serán mis penas,
el 13 mi número de suerte.

Invadiré la tierra con mi existencia solitaria:
con el cuerpo del delito entre las manos,
mi amor pagano ladra
a los ciegos amantes del acuario.

Beberé la Absenta de Raúl Gómez Jattin
al transitar por la amistad de sus poemas.

Dios y su dolor, conmigo los míos.

Ya no recuerdo en que espejo
hallé la dimensión de mi espíritu,
ni en qué penumbra deje mi sombra,
ni en qué bolsillo perdí mi domicilio.

Te regalaré este día como un trébol sin hojas,
como un cofre que no guarda nada,
no regresaré de este exilio.

...

Urbana Cosmovisión/Oración.*

Señor, tu que estás donde yo no creo
¿por qué no vienes donde no me tienes?
Bendices la Coca cola y no me gusta,
has repartido el paisaje a multinacionales,
has vendido las almas a la bolsa negra en Wall Street
y no hablas Yotoco ni Wayúu

Señor, yo que te nombro en estos versos
para refugiarte de los ateos, quédate aquí,
yo me iré a renacer en las aguas del Amazonas,
me iré en el bus incendiado de la tarde.

Señor, tu amor es transgénico
y no me sirve de semilla,
tampoco bailas Rock and Roll,
ni bebes cerveza,
ni juegas billar pool,
ni hula hula.

Déjame en esta nada absoluta en que me dejas
en las aceras de esta ciudad soleada,
la naturaleza será mi destino,
la palabra antigua de los ancestros será mi oración

....


Tántrico y hoguera

Si has mutilado mi esperanza viva, no sucumbas;
de mí no agotes la sed de tus labios,
déjame saciar tus apetitos con mis hambres,
quémame como un olvido para encenderme
subterráneo en tu piel,
antes que mi poema sea tan solo añoranza



Como escribir un poema de la nada.*

Mastique la memoria del tiempo
con los dientes de leche,
destierre con los ojos
el deseo polarizado de los peces,
rasguñe el espíritu con las uñas
del pecado y su desgracia,
nada en el beso contemporáneo
de la lujuria,
suicídate las ropas,
desnúdate al infierno de la piel
y sus testigos,
camina ebrio por las calle sin retorno
y cuando te pierdas en la nada no olvides el poema...



Haikus de la gente feliz*

I
Dios ha enloquecido
de tantas voces
en su mente.

II
Es tan grande
la felicidad
que cabe en bancos.

III
Se cumplió la profecía,
ya empiezan a celebrar,
en el 2.000 se acabó el mundo.


Los desdichados.

No te poses en mi techo,
no sos petróleo ni semilla:
pisas tanto el asfalto
y has olvidado la nada.

Por mi parte estoy salvado!
me di cuenta cuando como por milagro,
en una calle me perdí en sus ojos de mujer.


A Pizarnik y a los poetas muertos de América.

¿Dónde estás Alejandra?
Te busco en el vértigo silencioso,
en el río o el dolor;
el eco de esta grieta insondable,
ya no estás en la penumbra del día,
Alejandra, devuélvenos a la Argentina,
yo también ofreceré esta carne de versos
a la desnudez de mi epitafio fugaz

Ustedes poetas muertos
devuélvanme toda la América
.....

Perorata II/ En el Parque de los Poetas

Transeúntes y poetas!
en el parque de los poetas, ante vosotros,
ésta cosa liquida y cálida empieza a salir,
para el descanso, que no es eterno, pero alivia,
Aquí donde me ves, he orinado en el parque de los poetas
que desgracia para el aviso, pero que importa,
desgraciadamente soy poeta.
Os han dicho que no se puede orinar en cualquier parte
pero que fracaso este de la sociedad y sus dirigentes
que se nos caga en el país.
Adiós señores poetas del parque
me voy para Juanchito
antes de que llegue la policía.
...


Campañas mañas.

Se mueven los carteles, los panfletos y las muecas,
el hampa está en campaña,
los medios imparten su opinión,
la rutina y la ignorancia alcanzan su máximo rating.

Preparémonos para el carnaval
ahora que se envileció la promesa,
la ley a toda marcha protege el discurso y la ruina,
el escuadrón acoraza las que no son-risas
y los rostros maquillados en policromía,
la densa masa y criminal calla, opina.

La gran telerealidad se acerca,
a votar por el más nombrado y el más honorable
malparido.


...


Cadáver Exquisito I

Viajero del río pero no muerto,
he aquí la muerte en abandono,
una bala incrustada en la memoria,
las tijeras para cortar las palabras,
carne de cementerio entre mis versos,
rostros domesticados por el hambre del alma
mendigando a cualquiera el universo o una moneda,
metafísica en las agujas del reloj;
¿a qué hora reirán los payasos?
la ciudad ya no se espanta con la mentira.

Mastícame con la malacara de la marihuana
y ten piedad de ti por no parir tus dioses por mi boca,
las dos de la madrugada;
la trampa sin ratas,
los pies para ir a los bares,
el filo de una navaja sedienta de drogas,
las putas ofreciendo su falda
a quien siempre llega tarde,
Charly García y una cerveza sedienta,
las manos para la alquimia y el óleo,
Calicalabozo entre mis sienes.

las siete de la mañana;
afuera los mangos ruedan con su herida al sol,
a veces me distraigo no sé cuando
y viajo sin regreso,
me alimento a las tres de la mañana pero no me despierto,
el romanticismo para la academia,
para Colombia Nepal y Marquetalia,
para mi garganta vino y silencio
mensajero de la sombra.

..

Fragmento de "Cadáver Exquisito N° Nada" Homenaje a Gonzalo Arango.

Hemos observado en cada crepúsculo la inutilidad servil y venimos a cantarles arengas al sol para no escuchar la desesperanza de los ángeles que tienen por satélites.

Emergimos de la nada contemplando cucarachas para la brújula en Colombia, militamos en la era destruida, en el vagón del delirio, en el pantano de las camas que se resisten a tragarnos. Antes de aterrizar en esta tierra divagamos en el universo de la mente y no hayamos más que tumbas en la suela de los zapatos de moda, venimos a destruir lo que ya somos para que ustedes no encuentren más que desesperación y alegría en la soledad de sus oraciones bajo este cielo cósmico olvidado

-Cadavre Exquis, Nadaísmo 2014; 38 después de Gonzalo Arango


....


Collage Dadaista a Colombia.

Pronto estarán
juntos en el infierno.

Las atrocidades de una guerra
antes de ganarse el Nobel,
una ceremonia,
la nostalgia sigue
a raíz de la muerte,
el movimiento en la casa,
retazos de la maquinaria;
el oscuro
acechando con tantas amenazas
esperaba en vano
los restos del escritor.
....


Cadáver Exquisito II/La resaca viene luego.

“La vida es un cuento dicho por un idiota
lleno de baba y de odio.”

-Leopoldo María Panero

Contra el poema el hombre
y el arma con que escribe su historia
porque la vida es prohibida
en éste valle de alambres.

Mientras dementes rezan a la nada
o caminan por el desnudo verso;
éste, el poema contra ustedes,
y se camina a la muerte
a través de la vida y es estúpida
la vida en la tv
y es estúpida la vida
en medio de las guerras.

El poema sucede en lo oscuro
y en el día el hombre asechando su carne,
es el íncubo sobre la muerte,
sobre excrementos, ratas, perros
y costras sobre los ojos.

El poema y la herida abierta de los hombres
y las ruinas del tiempo,
y la tristeza solitaria,
los ríos infestados y sus moscas,
la mentira y la vida,
el amor y su abandono,
las drogas, la música, Sodoma,
el café y el whisky.

.....

Espantapájaros. 

Oh herida y silencio entre dos
mientras ocurre el terror de la belleza,
oh género humano y ansia
sobre el rastro del poema.

Buitres de redes y cadenas
sobre el cadáver de la vida.





sábado, 18 de octubre de 2014

Medellín: Cine & Cenizas. Orlando Ramírez


Medellín: Cine & Cenizas.

POSTIGOVISION
Octubre 13 de 2014


Hola, jóvenes:

Víctor Bustamante es el editor todero de la revista Babel de poesía, un cadapuediario de circulación gratuita que publica cada que logra reunir financiación. Se necesita ser un Quijote para hacer tal cosa. Publica también tres blogs, según la diversidad de temas que lo ocupan: Festitango de Medellín, Neonadaísmo 2011, y Babel. Precisamente Babel Editores le publicó una novela, que tiene mucho de crónica urbana, titulada “Medellín, cine y cenizas”.

Decir que se la publicó Babel significa, ni más ni menos, que la publicó con su propio esfuerzo y con dineros salidos de su propio bolsillo. Meritoria aventura editorial que, y eso lo sé por experiencia propia, puede considerarse un éxito absoluto si logra librar gastos y alcanzar el punto de equilibrio.

Es Víctor un hombre romántico y soñador que se graduó como economista en la Universidad de Medellín. Esa profesión, en Víctor, es un contrasentido. Nada más alejado de él que el denominado “espíritu de negocios”, pero su profesión le abrió las puertas de la docencia, y se gana la vida como profesor de colegio en lo que medra mientras le llega la edad de jubilación para seguir haciendo lo que siempre ha hecho: publicar trabajos por amor al arte.

La obra es un recorrido por muchos teatros de Medellín que Víctor conoció desde su niñez en Barbosa hasta su madurez en Medellín, atravesando la etapa de la adolescencia. No es un inventario de la totalidad de los teatros de la ciudad ni es la obra, en rigor, un ensayo sobre el cine en nuestro medio; pero sí muestra el estilo de cine que se exhibía en cada uno, la clase de público que lo visitaba, las costumbres de los cinéfilos que asistían a esas proyecciones. Para escribir tal cosa, uno tiene que haber sido un cinéfilo inveterado. Incursiona un poco en lo que es el cineasta, entendida la palabra como el estudioso del cine, de sus escuelas y tendencias, de la fotografía, del sonido, del guion, de la actuación, de la música, de los efectos especiales, de la dirección y, en fin, de los diferentes aspectos de una filmación; pero se adivina en él al hombre que más que un experto sabio en el tema fue un curioso espectador.

Los nombres de los teatros dan título a los capítulos, pero son más un pretexto para contarle al lector las diferentes clases de asistentes a esas salas de cine, desde los que van acompañados por su pareja, o algún amigo, o algún pariente, o algún conocido, hasta los que van al teatro con la intención de conseguir pareja en un mundo habitado por solitarios, pareja que suele ser ocasional y de relaciones fallidas y casi siempre frustrantes. No se encuentra el amor, el verdadero amor, en la silletería de una sala de cine.

Se respira en el libro una secuencia de soledad, de frustración, de desengaño, del vacío de quien vive el sexo por el sexo y de quien frecuentemente se refugia en el sexo solitario. Retrata los diferentes caracteres de esas personas, y su disimilitud de ocupaciones. También su disimilitud de aberraciones. No creo que Víctor haya vivido por sí mismo todas esas situaciones y esa sucesión de mujeres a cual más compleja desde el punto de vista emocional, pero sí las conoció y tuvo la visión y la capacidad de hacer el esfuerzo de coleccionarlas para ponerlas en la forma de este libro que pone ahora a nuestra disposición de curiosos voyeristas de un mundo que se vivió en nuestra ciudad desde mediados hasta el último cuarto del siglo XX. No es un libro para mojigatos, porque al lado del cine y de los especímenes de clientela para sicólogos y siquiatras el otro gran protagonista del libro es el sexo, el crudo sexo, tal como se vive en las calles y en los alrededores de las salas de teatro de esa época.

El cine hoy en día, en los pequeños y modernos auditorios de los centros comerciales, tal vez sea otra cosa. Yo no lo puedo asegurar, porque hace años de años que no voy a cine. Pero en el cine que vivió Víctor en su adolescencia sí me reconozco porque, como dice el tango, “Yo también carrero fui”, y “Yo también tuve veinte años”, para citar otra canción.

Hay tal cual detalle desde el punto de vista literario, que no alcanza a empañar lo que el libro en realidad es: un documento que retrata una época.

Como tampoco lo empaña la circunstancia de que un error de impresión en mi ejemplar hizo que un par de páginas se repitieran, en sacrificio de otras dos páginas que no fueron impresas; lo que lo convierte casi en una película de misterio.

Alguna vez ya me pasó, con la autora inglesa de novelas de misterio Agatha Christie, que suele empezar la trama con un asesinato ocurrido en la vieja mansión campestre de las afueras de Londres, y va llevando al lector en sus sospechas de quién pudo ser el asesino. La vista se desplaza del chofer al mayordomo, de éste al jardinero, del jardinero a la mucama, de la mucama a la de la cocina, y va subiendo por la escala social hasta que resulta siendo sospechosa hasta la madre del duque o del conde o del marqués. En la última página viene a develarse el misterio porque el asesino resulta ser… el que uno menos piensa.

Adquirí un libro suyo en un tenderete de esos de acera en la calle librera de los agáchese, y me enfrasqué en la lectura con verdadera fruición e interés. Las páginas fueron pasando tal como lo acabo de describir, y al llegar a la última página, precisamente la última página… ésta le había sido arrancada al libro. Me quedé sin saber quién era el asesino.

ORLANDO RAMÍREZ-CASAS (ORCASAS)
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MEDELLÍN, CINE Y CENIZAS

Víctor Bustamante Cañas
Editorial Babel
1ª edición julio de 2014
363 páginas