viernes, 17 de enero de 2014

Poema a Gonzalo Arango / Carlos Alfonso Rodríguez



Foto de León Ruiz







GONZALO ARANGO (1931-1976)

Carlos Alfonso Rodríguez 

Ha llegado con sus padres y hermanos de Andes, al barrio Boston,
Luego de acabar el bachillerato en el Colegio Juan de Dios Uribe.
Medellín, entonces, era una ciudad pequeña, pueblerina, pacata.
Ha empezado a trabajar en la biblioteca de la Universidad
En donde estudia cuatro semestres Derecho y Ciencias Políticas.
Tiene serias intenciones en dedicarse a la vida política,
Pero en el fragor de la experiencia y en el horno cotidiano de la vida,
Descubrirá que el único derrotero posible en el universo político
Se encuentra en las sendas de la corrupción y el delito.
No había, como no hay otra opción, en ese largo callejón sin salida;
Mucho menos hombres honestos, en ese despreciable engranaje.
Entonces ha decidido desprestigiar el orden establecido,
Sacudir los cimientos en la Ciudad, a alborotar la marranera
A narrar, contar, describir su exuberante mundo interior,
A exteriorizar el alma de hombre de pueblo que lleva dentro
Y lanza un grito ensordecedor y bullicioso en la ciudad.
Escribe un manifiesto que escandaliza a todo el maniatado país,
Que seduce los oídos y los ojos de novatos autores,
Que por aquellos días andaban en calzoncillos y pañales;
Que lo siguieron ciegamente como si fuese un padre.
Probablemente, porque nunca tuvieron un papá en sus vidas
O porque fue el papá que siempre quisieron tener junto a ellos.
Ha caminado las calles, los jirones, la ciudad miles de veces.
Ha bajado desde el parque Boston a la Playa, a la Oriental,
Ha entrado a Junín, Sucre, al Metropol, el Astor, el parque Berrio;
La gente que lo admira, lo sigue porque es una tremenda cabeza.
Vuelve a la Plaza Cisneros, a la plazuela San Ignacio,
A la plazuelita Rafael Uribe Uribe, a la vieja estación del tren.
Trae un sobretodo negro comprado en el mercado de pulgas,
Ha dado de comer a las palomas que revolotean en la plaza Bolívar;
Lo han llevado preso a la antigua cárcel de la Ladera.
Ha escrito un libro que cuenta paso a paso toda esa cruenta experiencia
y también una serie de divertidos reportajes para la gran prensa.
Ha muerto inesperadamente en Villa de Leyva, en un accidente,
Mientras alguien cuenta que organizaba un viaje hacia Inglaterra,
A donde llegaría con Angelita, la inglesa que conoció en Providencia
Y con quien viajaba desde Bogotá al municipio de Villa de Leyva.
Fue un accidente inexplicable aquel del 25 de septiembre de 1976
en donde la única víctima fue el poeta Gonzalo Arango Arias,
El cual se autodenominó a sí mismo "El profeta" y guía de poetas,
Aquella desgraciada fecha muere un poeta colombiano;
Pero nacía a su vez en el continente entero, una inagotable leyenda

5 comentarios:

LUIS dijo...

GONZALO ARANGO NO CONOCIÓ LA AVENIDA ORIENTAL

ADEMÁS ESO QUE DICE ESTE POETICHE NO ES NINGUN POEMA ESO ES UNA FANFARRONADA QUE SE ENCUENTRA EN CUALQUIER CRONICA DE TERCERA MANO

LUIS dijo...

GONZALO ARANGO NO CONOCIÓ LA AVENIDA ORIENTAL

ADEMÁS ESO QUE DICE ESTE POETICHE NO ES NINGUN POEMA ESO ES UNA FANFARRONADA QUE SE ENCUENTRA EN CUALQUIER CRONICA DE TERCERA MANO

pedro dijo...

este peruanito cagao mejor que se dedique a dar culo en la veracruz

Anónimo dijo...

Este poema me gusta, creo que puede ser el mejor poema que se le haya hecho a Gonzalo Arango

Anónimo dijo...

No es por nada, pero que POEMA TAN MALO.