viernes, 20 de diciembre de 2013

Saúl Álvarez Testigos urbanos-Pasajeros de bus-Signos de ciudad




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Saúl Álvarez

Testigos urbanos-Pasajeros de bus-Signos de ciudad

Colección literatura

FUNDACIÓN ARTE Y CIENCIA

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Caminar la ciudad, 
vivir la ciudad vivir la ciudad

Víctor Bustamante


Medellín ha sido casi siempre analizado desde diversos aspectos. El mayoritario define, mira, vuelve a mirar a la ciudad desde las comunas como si la violencia que asola y la miseria que se vive allá fuera la mirada definitiva, la que le da contundencia a nuestro deseo de mirarla. Pero al hacerla solo allá nos recuerda algo así como la porno miseria donde es más interesante, el evento, que es duro, que las búsquedas de quien escribe y trata de formalizar un espacio personal sobre la ciudad.

Esclavos de los medios que solo beben sangre para mostrar, escandalizar y mantener un síntoma sobre la ciudad. Lo cual sabemos, la miseria es reprochable, la incultura igual, los asesinatos igual, pero estos muestran ese renglón como lo representativo. Así, otra clase de literatura se deja de lado, vale lo que conmociona, no lo estético. Y ahora vamos a referirnos a esto último.

Saúl Álvarez en sus últimos ensayos, Testigos urbanos-Pasajeros de bus-Signos de ciudad. Indaga una ciudad bajo algo lúdico y atrevido como es el hecho de espiar, de fotografiar, mirar, seguir a los ciudadanos, sorprenderlos en instantes en que ellos son observados y no saben que algo de ellos le interesa a quien se pregunta algo sobre ellos, precisamente en la intimidad de lo público, a través del lente de una cámara fotográfica, o las notas  para un posible texto. Puede ser un gesto, una manera de comportamiento, una mirada.

La singularidad de una mirada nos permite dar rienda suelta a un aspecto lúdico al entrar en el espacio del otro que, a lo mejor se resiste a ser narrado de cualquier manera. De todas maneras el escritor siempre es un fisgón, un entrometido, aunque no solo utiliza su memoria, sino que ahora, como lo afirma Saúl, debe utilizar esos mecanismos para guardarla ya que a lo mejor desconfía de su memoria y se adentra en este tipo de ayudas. Así mismo viajar en bus, es recorrer la novela de cada uno de los viajantes anónimos que encierran toda clase de posibilidades.

Alguna vez decía Benjamín que conocer una ciudad es perderse en ella, pero ahora Saúl Álvarez nos propone que nos perdamos en ella, pero capturándola no solo con la escritura sino también con la memoria fotográfica.

Así Medellín a través de uno de sus escribas. Escritura y fotografía, indagación y respuesta, estos ensayos nos define en detalle la ciudad en lo que siempre huye: lo cotidiano.

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