lunes, 4 de junio de 2012

JOSE MARIO SANCHEZ

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José Mario Sánchez
Víctor Bustamante
José Mario pertenece al consejo de redacción de El Gaviero, además es profesor de literatura y ha llevado a la práctica su labor, de tal  manera, que  sus alumnos  comienzan a trasegar por los verosímiles caminos de la escritura. Es una labor sin aspavientos que trata de acercar a sus alumnos a otros mundos, lejos de la banalidad del conflicto, allá en esos barrios altos donde las fronteras invisibles son uno de los objetivos cotidianos de los violentos. José Mario con su labor de profesor intenta abrir otras puertas, otros caminos para que la deshumanización y la violencia no sean los únicos  motivos de vida de esos jóvenes, y, antes, por el contrario, se deslumbren con el poder de seducción de la palabra.
Pero además de su labor, él también es un poeta, que ha escrito dos magníficos poemas, “Los hijos de los pobres” y “Los intensos”.  De él esperamos su próximo libro, donde reúne todas sus inquietudes en este sentido.
Aquí, en esta conversación, José Mario nos expresa algunos motivos por los cuales ama la poesía y además nos lee algunos de sus poemas.

11 comentarios:

tere dijo...

y los poemas?

A ver los poemas

a.e dijo...

muy pausados y tranquilos los poemas. Una pregunta, de donde salio este nuevo poeta o es un invento del Hamaquero y de Victor

el poeta triste y mistico dijo...

Por fin aparece un poeta místico con tintes diferentes, aunque nadie lo conoce me veo en el con esa paz interior, esa facilidad y mansedumbre cuando habla es un verdadero santo. De la palabra.
Si queres date una vuelta por el Café Vallejo, por aquí, por el Parque de Laureles de donde he encontrado verdaderos amigos y si queres te traduzco algunos, ese donde hablas de Cristo cubierto de heridas. Es de lo mejor.
Ojo s ite llaman los tiburones de la poesía en Medellín que te comen con elogios y después llegan las patadas. Por aquí tomamos tintico y hablamos de San Juna de la Cruz.

Anónimo dijo...

y los poemas ?

José María dijo...

El bobetas tristón reaparece lambiendo como siempre e invitando a tinto como nunca, pero no se la crean, es para que se lo paguen. Porque es todo mística cretina y todo avaricia.

Anónimo dijo...

Este poeta esta muy crudo debe ser amigo del sucio librero

Carlos Alfonso Rodríguez dijo...

El tono impostado que imprime al leer sus modestos textos de mariposas, pretende dar la apariencia de una personalidad cultivada, fina y recatada. Pero es solo soberana apariencia. Detrás de este profesor de lengua castellana de la Istitución Educatica Santo Domingo SAvio, en el Barrio de Santo Domingo, se esconde una personalidad compleja y acomplejada, que pretende pontificar sobre temas literarios, porque asistió a un taller de poesía, en donde parece que descubrió todo,incluso la octava maravilla. Me gustaba el poema de los pobres, pero ocurre que en ese pequeño e inocuo poema los dos últimos versos son de Manuel Bandeira. Pero tener un regular poema con versos hurtados, no da autoridad para presumir tanto mi querido profesor; más aún cuando el autor es un Pobresor.
De otro lado es evidente que él cree, supone, sospecha, que la literatura es una actividad secundaria, más no principal. Pero eso es para usted en quien se esconde el alma del arribista e impostor, que cree que escribir debe ser el arte de las buenas maneras o la defensa de la tradición y de las sagradas costumbres. Detrás de este saco de grasa, huesos y calvicie, hay solamente mediocre superficialidad.

alumna del Colegio Santo Domingo Savio dijo...

Profe y los valores que usted predica, parece que no los practica, que mal profe,muy mal eso de meter anónimos, hay que dar la cara profe.

Asopadres dijo...

Y el Huevón del Blog Neonadaismo es:
Mario Sánchez Santurrón

alumno dijo...

Este cucharón habla como cura campesino, hombe pero los poemas, por donde están hombre.

El Festival Informa dijo...

Este profe con frente de marrano viejo, debe ser uno de esos descubrimientos del vendedor de libros del garage de Barraquilla. Que pena que no le dieron la beca para su periodiquillo, porque se las dimos a nuestros parceros.