sábado, 23 de junio de 2012

POESÍA Y DEMAGOGIA EN MEDELLÍN




POESÍA Y DEMAGOGIA EN MEDELLÍN
Víctor Bustamante
Hay ideas generales de algunos gestores culturales, que ellos y otros piensan que son geniales, pero no lo son; son maneras de hacer demagogia, porque la poesía debería ser un aullido a la manera de Allen Ginsberg o tener presente los manifiestos a la manera de Gonzalo Arango y no ser una convocatoria innumerable de voces que se pierden en el vacío de la palabra “internacional”, parece haber tanto que no hay sino dispersión y palabrería.
Cuando se habla de generalidades, con el deseo de la globalidad, de lo internacional, del movimiento poético mundial y otras tonterías per se, por supuesto se cae en la simulación cultural, olvidando que la diferencia es lo que enriquece una cultura. ¿Qué significa El espíritu aborigen de los pueblos en esta época de tantos conflictos sociales y personales cuando la poesía envilecida no sirve de bálsamo sino en disimular la herida?: la respuesta es fácil y contundente: ocultar problemas mas densos, que da el escamoteo de un querer retornar al origen, como el buen salvaje, lo cual es una  apropiación siniestra sobre la poesía que es el encuentro más libre del hombre con sus palabras. De ninguna manera la poesía puede ser manoseada como un deseo de no salir de la cuna materna: el indigenismo de paper mache. Lo que ellos consideran poesía ha llevado con los años a ese arte y forma libertaria de expresión a una minoría de edad, es algo tan venenoso como la falsa religiosidad con su cielo y eternidad de nubes. No es ni siquiera una propuesta para agregarse como tantas ongs superficiales al tema del daño irreversible al medio ambiente, no es indagar desde el punto de vista de la antropología sobre este espíritu y su carácter. Cuando se refieren a lo aborigen. Nunca hemos conocido de ellos, en una de sus famosas y charras cartas abiertas una en contra de la matanza de indígenas en el país, ni una protesta ante las etnias aniquiladas, ellos la llaman nación, que viven un proceso de pauperización al deambular las calles o pedir limosnas como méndigos. Y eso que la ex diputada Eulalia Yagari creo, y una familiar, representan a lo que ellos llaman “nación” emberá.
Cierto, es tan dispar el concepto de  poesía que mientras se convoca a nivel internacional al espíritu aborigen de los pueblos, a nuestros indígenas locales se les ve sentados en las aceras, pidiendo y perdiendo su cultura.
Es cierto que no es culpa de ellos, sino de causas más graves, pero ellos nunca han ayudado a denunciar este problema ante la comunidad internacional que de todas maneras es ineficaz en este sentido. Subyace un pretexto, las instituciones estatales, no pueden criticar sino entretener, pasar su velo de neones multicolores sobre la poesía.
Es tal la improvisación,  y simulación, que si les preguntamos, sobre la Ley Forestal y ese exabrupto que es el vuelo forestal, que afectará a las comunidades y a sus bosques nativos   nada sabrían explicar. Cuando hacen referencia a los pueblos así se queda bien con el mundo gregario de los sponsor, porque dan la apariencia de ser una causa social, y nadie más que a ellos para pensar que son filántropos, olvidando como la poesía, que es la última libertad del hombre no necesita para expresarse ningún tipo de ferias. Es la misma palabrería banal entregando el canto agónico de su falsa solidaridad, cuando se refiere a los pueblos del mundo, la misma del  Congreso de los Pueblos paralelo a la cumbre de presidentes en Cartagena. Nada más que escudarse en esa palabra, tan manoseada, el pueblo, los pueblos,  y así quedar bien, nada menos que la propaganda tomada de los manuales de la cultura oficial de los países de izquierda ahora derrumbados, por una cultura de los pueblos y un largo etcétera, donde el pueblo, es el mismo término de los políticos: una abstracción, es decir un engañabobos. Hay está la astucia de los que piensan que la poesía de Medellín es su coto privado.
Todo esto para referirme al manchette del Festival de Poesía, “Homenaje al espíritu de los pueblos aborígenes del mundo”: ¿Qué significan estás palabras?, pura simulación y sí mucho de sus  conmilitones: un deseo demagógico de replantear el mundo desde un escritorio,  Iba a decir poético, pero esa palabra tan maltratada en estos últimos veinte años en Medellín, no se la merecen de ninguna manera.
Su mundo primitivo, nunca a la manera del Aduanero Rosseau, se ocupa de un indígena de pantaloneta soplando un cuerno, una indígena con la cara manchada de achiote, niños indígenas con astillas de hueso cruzándole la nariz, indígenas elegantes como los arhuacos, chamanes de plastilina, vendedores de yagé, los mamos, los cantos chamanicos, como le gustan a los administradores de la poesía en Medellín, que no han podido apropiarse de ella, ¡que no¡. Ah, y del iluso movimiento poético mundial escondidos y fingiendo la ceremonia del fuego, el sonido de las piedras, los bohíos, como fachada. Nunca explicar la mentalidad y melancolía expresada desde la Colonia. Nada de eso sino mostrar las imágenes ligh de ellos, para callar ante ese espíritu aborigen derrotado hace siglos y que continúa masacrado por el capitalismo salvaje. Pues, a la par que hay globalización de mercancías por consumir y creemos que somos internacionales y modernos, así ocurre con la poesía, un movimiento poético mundial que es simplemente el consumo de poesía sin el carácter personal de cada poeta o de cada etnia.
Lo que enriquece la poesía es su peculiaridad no su uniformidad mundial como si se tratara de una cruzada por la mansedumbre del poeta. La poesía tomada en estos antros festivaleros, como una manera refrescante de ver la vida. Es decir allí la poesía ha sido desactivada de sus principios. Cierto los aborígenes tienen una tribuna para hablar de su creación del mundo, de decirnos hermanitos menores, nunca para referirse a los despojos de tierra de los hermanos blancos.
No, no es ni siquiera el acercamiento a ellos como lo hizo Arguedas en Perú, es la mirada distante desde un escritorio, es mantener el despropósito de la cultura oficial, es desactivar la verdadera idea del conflicto, , y seguir los pasos de un político profesional como Santos, al posesionarse ante ellos en la Sierra Nevada. Ahí estamos pintados los colombianos.
La noticia dice:
“En una larga y profunda reflexión por parte de los líderes espirituales de los cuatro pueblos que habitan la Sierra: koguis, arhuacos, kankuamos y wiwas.
Los ‘mamas’ decidieron que le entregarían a Santos un símbolo al que nunca antes habían acudido: un collar de cuatro cuarzos distintos que han pasado por manos indígenas, de generación en generación, desde sus ancestros tayronas.

Allí, en Seijua, los indígenas dictaban el protocolo y ponían la agenda, como anfitriones de su casa, la Sierra Nevada de Santa Marta, a la que consideran “el centro del mundo”. El primer paso del día fue conducir al Presidente y a su familia a un lugar de piedras sagradas, con el propósito de pedir permiso a los ancestros antes de iniciar la ceremonia”.

Por supuesto Santos no ha vuelto donde los aborígenes, le gusta más viajar a nada, a México, al Grupo de los 20, y en su delirio internacional lo vemos en Brasil.
De esta manera esos pasos del poder presidencial, el de los nuevos mejores amigos, los sigue el festival como una ceremonia entre comillas, alterna. Ellos siempre han creído regresar a la naturaleza para contemplar las caídas de la tarde, a mirar crecer las flores, a mirar los arroyitos y el agua cantarina, los crepúsculos, -ay, tan mayestáticos-, los salmones saltando por los ríos (claro que en las películas de Discovery Chanel) pero eso ahora no es poesía, es ingenuidad.

Miremos los textos repetidos hace tantos años que le gustan ellos:
1.      Canto Huitoto de la Creación
...
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Cogió ese fundo iluso y muchas veces lo pisó.
Y se sentó en la tierra aplanada que niveló.
 Poseía la tierra quimérica, y sobre ella escupió su saliva
 y brotaron las aguas.
 Sentado en esa tierra imaginaria
 le puso encima el cielo: el cielo azul y blanco.
 Más tarde hizo Rafuema
 este relato, allá en el mundo subterráneo,
 para que nosotros lo trajéramos
 acá arriba, a la tierra.
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Luego nacieron en la tierra los árboles selváticos
 y la palma Canaguche nos dio frutos
 para que tuviéramos bebida.
 En el agua del Padre crecieron los árboles y enredaderas.

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El, solo, creó la cigarra, el mono churuco, que come en los árboles
 el mono de maíz que abre los frutos,
 el tapir que se come los frutos en el suelo,
 los jabalíes grandes, el guara, el borugo,
 que se comen la selva,
 todos los animales los creó.
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 Nada más risueño, iba a decir imbécil, pensar que la poesía se ha detenido en los poemas de los indígenas, no es ni una manera de especular lo mítico a la manera de Caballo Loco para ocultar la verdadera poesía. Cuántas veces  hablan de lo mismo para que los europeos piensen que poseen un carácter humanista. Ese querer retornar al espíritu indígena, no es ni siquiera una diatriba contra la civilización, es un escamotear la realidad. Aquí no hay una recuperación del carácter indígena, es simplemente quedarse en la cultura precolombina, es la poesía tratada como si fuera un cuento de hadas, la máxima fantasía de estos organizadores. Cuántos años han pasado desde entonces, y estos señores, al invocar a Caballo Loco y Alce Negro, se esconden en ese falso espíritu de retorno al huevo, al origen, para esconder el verdadero sentido crítico y visceral de la poesía, lo demás son festivales. Una larga digresión de más de veinte años, un largo dejar de lado el sentir poético, y más bien continuar con su envilecimiento.
Volver al espíritu aborigen de los pueblos es la misma actitud fascista de escudarse en el folclor como propuesta ultramontana de cultura, que es un caso irremediable de lo que ocurre, regresar al bohío de lo aborigen es peor, es dejar de lado, toda la construcción cultural del hombre a través de su historia y quedarse en la contemplación muda y absorbente de la llamas, del agua, del canto de los pajaritos, de las florecitas en primavera, del canto del sinsonte y olvidarse qué ha pasado en la poesía.
El Festival de Poesía de Medellín oculta el verdadero sentir de la poesía que es ser libertaria, y asume el rol de futbol que es el de tapar la realidad colombiana y entretener a los aficionados detrás de un balón.  He dicho entretenimiento, y ahí está el verdadero dilema de los festivales, nunca en un evento de estos se puede convocar el verdadero papel del poeta, los disidentes, a los sponsor no les gusta. Hasta allá no se puede llegar por una razón simple, las mayoría de las personas no hay que problematizarlos sino darles fantasías.
Querer regresar al mundo mágico de los indígenas creyendo que la razón es apenas un subterfugio, no es más que la fatal ilusión de escamotear el presente y asumir el papel de los seudo intelectuales a la manera de Chopra, de Walter Rizo y antes de Regina 11, y de aquellos que se la pasan dando consejos para cautivar incautos y trasladarse al mundo de la Nueva Era con los chamanes y las ceremonias con velas encendidas.
La poesía no puede ser aniquilada de esta manera, por aquí, por las calles destellan las flores negras y de neones peligrosos que abren una posibilidad en este paisaje del confort. Lejos de los anaqueles y tarimas del  entreteniendo nunca poético.
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A los 22 años de la aniquilación de la poesía.
“nación” del neonadaismo desde algún parque de Medellín
junio 2012


lunes, 18 de junio de 2012

FÁBRICA NACIONAL DE POETAS DE MEDELLÍN


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FÁBRICA NACIONAL DE POETAS DE MEDELLÍN

  
La Fábrica Nacional de Poetas, no es más que una respuesta a las necesidades de la gente que no sabe escribir o que simplemente no tiene inspiración para expresar en palabras conmovedoras su vida, además servirá para participar en concursos, declamar en veladas familiares, participar en nuestros festivales y hacerse famosa y ganar muchas medallas.


Nuestros servicios de escritura:

·         Sonetos

·         Odas

·         Epigramas

·         Madrigales

·         Cantigas

·         Églogas

·         Dramática y adulación

·         Tragedia

·         Comedia

·         Sainete

·         Lírica

·         Canción

·         Sátira

·         Épica

·         Profana

·         Religiosa

·         Indigenista

·         Haikus campesinos



Otras modalidades:

Poemas en verso libre

Poemas a lo poeta maldito

Cartas de amor

Discursos para recibir premios

Cartas abiertas (incluido tono de falsa fraternidad)

Poesía ecologista

Poesía elegiaca

Poesía revolucionaria

Poesía de protesta

Poesía intima



Y cursos avanzados de:

Poesía hipertextual

Biopoesía,

Metapoesía,

Poesía virtual,

Poesía cuántica

Poesía transmodernista

Poesía dodecafónica

Poesía pos-ética de izquierda y derecha

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   En caso de que no tenga nada que ver con la poesía, nulidad total, pero esta es una medida extraordinaria, el resto del año ofrecemos:
Elaboración de cartas de amor, acrósticos, pésames, crucigramas, adivinanzas, trovas, discursos políticos, como contar chistes verdes, manera fácil de realizar horóscopos, carteles y pasacalles,  y repartir los boletines con la programación del festival.


Pasarela:

·         Cómo encender el cigarro

·         Cómo beber el wiski

·         Cómo mezclar el pasante

·         Entonación y modulación de la voz

·         Cómo situarse en el atril

·         Cómo mirar al público

·         Cómo conmover a las lolitas

·         Cómo asfixiar a tu perrito

·         Cómo alejarse de las pepas

·         Cómo leer poemas ajenos, traducidos por expertos, durante nuestro evento anual.


    Larry siempre describe lo que quiere transmitir, el tipo de lenguaje y para quién va dirigido. Luego, él se encarga de poner a flote su imaginación para que el poema sea recibido con efectividad. Nunca ha robado un verso ni repetido alguno de su cosecha.
A veces, cuando solicitan poemas académicos o diplomáticos, por ejemplo de algún cónsul encargado, le es necesario hacer investigaciones sobre el tema preciso. De cualquier manera, en menos de tres días tiene listos los poemas que le han salvado la patria a más de uno.
    Para Larry, lo más difícil es escribir poemas con condolencias por el fallecimiento de una persona, pues es complicado transmitir el dolor y el sufrimiento del cliente. En las cartas de amor, la clave está en la franqueza, en “dejar ver el corazón”. En los discursos de premios, las promesas son infaltables.
    La Fábrica Nacional de Poetas de Medellín garantiza el anonimato. Larry no se atreve a revelar ningún nombre de sus clientes. Políticos, gerentes, directivos de clubes sociales y enamorados, han logrado persuadir a sus interlocutores por cuenta de las manos de Larry, que incluso algunas veces les enseña a sus clientes la forma en que deben pronunciar los poemas.
    No es raro que universitarios, profesores y profesionales,  siquiatras y otros poetas de medio pelo soliciten el servicio de la fábrica. Lo más insólito es que algunos llaman a preguntar si también se hacen tesis. Larry les responde que el trabajo de grado es exclusividad de cada estudiante. Y es que para él, en el público general, desde colegiales hasta magísteres, hay un gran déficit en la poesía y por eso su negocio no deja de estar activo.
    Sin embargo, Larry dice que “las letras solas no dan para vivir en este país”. Su trabajo en la fábrica se mueve en promedio tres veces por semana, pero lo alterna con sus labores como docente de filología. Los precios de los poemas van desde 160 mil pesos, dependiendo del tiempo de investigación que requiera el producto final.
    Pero fuera del dinero, lo más gratificante para Larry es ver la satisfacción de un cliente. Cuenta que algunos han llorado después de leer sus poemas y que incluso le han pagado más de lo acordado. También tiene otros clientes fieles a su labor, como un jefe de una multinacional de jugos que anualmente le pide un poema de año nuevo para pronunciar frente a sus empleados.
Si usted es negado para la poesía o si está peleado con la inspiración, puede inscribirse en nuestros cursos, para que escribas poemas a diestra y siniestra. Por esa razón Larry Paniagua y Rebolledo ha decidido dictar algunos talleres durante el mes de Junio del 2012, el próximo año abriremos el curso para poetas de exportación es algo carito pero nuestros sponsor nos ayudaran.

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Taller de creación poética

(Producción de poetas línea económica)
    

“Un poema es lo que queda después de haber bebido de gorra sempiternas veces en el mismo bar.
Do una deconstrucción: do un surco, do una herida en la fraternidad,
la huella porfiada de unos paladares ansiosos y de rodillas. ”

(Larry Paniagua, Camaleones rojos)

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     Bajo la dirección de Larry Paniagua y Julieta Shakespeare, la Fábrica Nacional de Poetas de Medellín tiene como objetivo emprender, en los cuatro planos de la lectura y la escritura, la declamación y el flirteo las distintas modalidades de la creación poética. Por medio de la interpelación de textos representativos de la poesía revolucionaria moderna y postmoderna en idioma castellano (y también otros, en traducciones adecuadas), se explorará un amplio abanico de habilidades compositivas y de perfeccionamientos temáticos y argumentativos, así como las tensiones a las que aparecen sometidos los diversos elementos de la poesía, desde la inmaterialidad de la palabra misma al campo de fuerzas gravitacionales que constituye una serie para un libro de poemas.
    Desde la poesía como una forma de atención al mundo en sus distintas reencarnaciones (animales, plantas, piedras, fuego, fenómenos naturales y no naturales) a la poesía como fábula y reflexión de las relaciones entre la subjetividad y el universo, pasando por las experiencias radicales de la explosión de la imagen y el desbordamiento rítmico y sensorial,
   La Fábrica Nacional de Poetas, no produce chorizos totalitarios en serie, procura acercar las múltiples maneras en que se ha concebido la poética contemporánea. Durante el curso, de carácter marcadamente práctico, el alumno irá acostumbrándose a las otras cualidades de las palabras, aprenderá las diferentes «violencias» sobre las que el poeta construye su expresión (y en qué zonas del texto se ejercen) y comprobará, mediante su propio enfrentamiento con las palabras, cómo el resultado adquiere tensión y sentido y se vuelve expresión nueva. Se trata, pues, de esclarecer las relaciones entre efecto y sentido. El objetivo es que el futuro poetase relacione con la expresión poética desde sus propias intuiciones, de una forma múltiple pero rigurosa, y que, en cualquier caso, se aproxime a una perspicacia enriquecedora de las formas poéticas de la postmodernidad revolucionaria.
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Características del curso

Tipo: Especialización
Modalidad: Presencial
Lugar: Hotel Rimbaud&Marx.
Duración: 72 horas
Vestuario: sudadera roja  si es militante, sudadera verde si es ecologista, sudadera negra si está muy triste, población lgtb sudadera arcoíris.
Calendario: 1 al 30 junio 2012
De 7 am a 7 pm


A quién va dirigido:

A personas de cualquier edad, sexo, religión y formación política, con inquietudes poéticas y ganas de encontrar su propio ego, lectores con amplitud de miras, apasionados de la poesía, y que posean un cierto nivel de compromiso.
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Ventajas:

 El Hotel Rimbaud&Marx ofrece a los futuros poetas un lugar en el que pueden compartir con profesores y compadres lo investigado en las clases, así como coordinar mesas redondas. Habilitado como área wai fai, ubica mesas de trabajo, computadores, servicios de cafetería, y librería de consulta, con el fin de que nuestros bardos puedan aprovechar su estudio, a la vez que se familiarizan con la poesía desde un espacio más amplio, más cómodo y más enriquecedor.

 Descuento en los textos y materiales de uso durante el curso.

 Entrada gratuita y preferencial a las conferencias, actos, presentaciones y exposiciones que se realizan durante el evento.

 Los alumnos tendrán la posibilidad de publicar sus artículos en nuestra revista, previa selección del consejo editorial.

Hotel Rimbaud&Marx acogerá exposiciones de fotografía y pintura, lecturas, presentaciones, conferencias, y clases, con los alumnos matriculados teniendo acceso gratuito y reservado para todas las actividades.

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Temática:

 Inmaterialidad y sentido de la palabra poética.

 1.ª Parte:

·         Introducción a la poética cuántica.

·         El poema como forma. Sonido remasterizado y sentido.

·         Ritmo visceral y ritmo sincrético.

·         Elipsis, sugerencia, silencio y problemáticas actuales, relación entre el fuego y la poesía.

·         Como correrse más al centro, y dejar la izquierda, pero cobrando con la derecha ( aquí utilizamos el origami)



2.ª Parte:

·         Descripción y alegoría: la poesía y el mundo superficial.

·         Ironía y tonillo coloquial. Poesía en prosa y el espiritu de las piedras

·         Imágenes de la subjetividad aborigen en los Juegos Poéticos.

·         Construcción de un ego, deconstrucción de un mundo.

·         Descenso a los profundos infiernos (incluye sogas)

·         Los salmones y la filosofía del destape

·         Cómo escurrirle el bulto a la verdadera poesía de los pueblos

·         Los chorizos totalitario y la poesía actual

 

 En la segunda parte de cada módulo, los alumnos escribirán poemas de asunto y forma propuestos por Larry, que se analizarán en la clase siguiente. Les pedimos a los asistentes no burlarse de quienes leen sus escritos.

 Precio: 490 dólares

 Reserva de cupo, 100 dólares. Resto al inicio del curso. Hotel Rimbaud&Marx pone a su disposición la gestión de financiación en 6 ó 9  cuotas. 10% de Descuento para desempleados.

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No olvides, ser poeta oficial es la carrera del futuro.

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viernes, 15 de junio de 2012

César Montoya sobre Alberto Aguirre

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Un tango para Aguirre

Víctor Bustamante



Moralista, muy a pesar suyo, Alberto Aguirre repite su mismo discurso hace unos veinte años: la problemática social, la corrupción, los malos arreglos en el alto gobierno. Incluso posee su propio lenguaje para este tipo de críticas. Hasta ahí es lucido como pocos. Claro que lo hace en “Cromos” la revista más frívola y de más tradición en el país. Por supuesto como él escoge a sus enemigos nunca nos podría hablar de las pilatunas de Julio Mario Santodomingo, su patrón. Hasta ahí vemos su dualidad que no es una cualidad sino un amansamiento, el silencio con ciertos poderosos que lo tienen cerca. El eterno epater le burgois ronda.

Para algunos es la parte intelectual del país, para otros no deja de ser un extenso ego que sólo permite ser escuchado, desde la ira e iracundia que mantiene. No sabe escuchar, sólo le gusta que le escuchen, no discute con razones sino que impone con su vitriolo sus razones. Hay que verlo con ira en el Astor cuando alguna vez le pregunté si era marxista o nadaísta, se le salió el Lope de Aguirre de las entretelas. Después cuando le pregunté sobre su visita a la tumba de Marx en Londres, que era su peregrinación, se le salieron todos los Aguirres de la ira.

Todo lo anterior para refirme a un artículo que apenas leo hoy sobre “Aire de Tango” de Mejía Vallejo, por supuesto publicado en “Cromos” el 10/19/2006, que es un simple pretexto para referirse a lo que él detesta: el tango y, en forma más extensiva, a los gustos populares. Y no es para más. Educado en la más alta y encumbrada burguesía local, aquella que erigió a su padre como gobernador de la provincia más conservadora de Latinoamérica, llevó a Aguirre a ser magistrado en la época del único dictador, me refiero a Gurropin, es decir nada menos que a Gustavo Rojas Pinilla. Pero parece que Aguirre mejor se dedicó a su negocio de la librería que por supuesto llevaría su nombre, su emblema, como Aguirre no hay dos, y la llamaría Librería Aguirre y ahí conoció a los nadaístas a quienes detestaría después por sus escándalos y por sus irreverencias. Él que era, es tan moralista no podía que alguien le arrebatara sus sermones y la escena en la ciudad. Él nunca cayó en cuenta que ellos, sí, los nadaístas, con sus escándalos vivían la ciudad, le daban un aire nuevo y también escuchaban tangos. Eduardo Escobar ha escrito letras de tangos. Lo mejor de Mario Rivero son esa suerte de poemas que al leerlos están que se escuchan como música. Claro que Arango en la misma línea de Aguirre detestaba los tangos, pero en secreto le encantaban los bambucos y pasillos como todo buen campesino, pero nunca decía, a mí que me canten un bambuco. Otro nadaísta, Jaime Espinel ha escrito cuentos donde hay historias con tangos.

Ese problema de odio por lo popular llevó a Aguirre a condenar públicamente, alguna noche de 1981, una novela de Gonzalo Arango, “Después del hombre”, porque era indigna, según sus palabras, del Profeta nadaísta. Claro que esa novela posee todo el aroma personal de la angustia de Arango, sus experiencias en la ciudad y sobre todo en Guayaquil, sobre todo la vida en la calle con las mujeres de la vida, putas, que eran la condena y la obsesión de Arango, que le pagaba a una de ellas y se acostaban sólo para escucharla cantar. ¿Qué es “Después del hombre”?; un largo lamento, una larga melancolía existencial. Nada menos que una extensa letra de tango.

¿Por qué detesta esa novela el crítico cítrico?, porque le mostraba en la cara algo que él nunca conoció ni conocería: la ciudad. De Guayaquil él no conoce nada, nunca supo de los cafés donde bullía la vida. Hablarle del Armenonville, del Perro Negro, de la Payanca, La Gayola, el Grisel, del Rodríguez Peña, es hablarle de un país lejano al que nunca accedió ni a aquella ciudad que se diluyó ante sus ojos debido a su mesianismo. Aguirre todo lo que escribe es sacado de periódicos. No es raro verlo en al Astor o en Versalles inmiscuido en sus lecturas, buscando sus temas. Esa cuadra de Junín es el único Medellín que él conoce. Por esa razón odia el tango y por esa razón detesta a los escritores que tocan ese tema. Consentido de los medios no puede acercarse a lo que él llama la plebe, pero que sí defiende de las injusticias sociales. Es su otro rostro de Jano, de una parte rechaza el gusto popular y de otro denuncia el poder que los lleva a la penuria.Sí, aun vive con su concepción de magistrado de esa Antioquia, en su momento ultramontana, y apresado en su oficio de abogado como moralista. Luego en las oficinas de la France Press o en su librería, rechaza lo popular porque de pronto analiza en todo el comportamiento como fanatismo. Lo define como sospecha, muchas sospechas, es decir mucha vida. Así mismo debía rechazar otra novela, “Aire de Tango”, porque en el fondo no es más que la dura existencia que se cuela por todos los lados. Cuando Aguirre comenta un libro se acerca mucho a monseñor Builes que prohibía a las mujeres ir a cine y montar en caballo a horcajadas.

Pero hablemos de tango. Su aceptación en Medellín, y en Girardota, se debe a que el bucolismo de la música colombiana no daba respuesta a una ciudad que bullía esplendorosa con el deseo de algo nuevo, de contacto con lo externo igual que ocurrió en los años sesenta con el rock; el cual también detesta Aguirre. El tango trae toda una cultura, una elaboración musical, unas letras que, en su mayoría, son poemas. La llegada de esa música se refuerza debido a que Gardel murió aquí y ahora hace parte de nuestra tradición que no es una traición. El tango da respuesta al nuevo ciudadano de la Villa, así sean montañeros o no, llegados de pueblos o no. Ahí encontraron algo que ahora no podemos discutir. Después sería la apoteosis del culto al mito en que se convirtió Gardel debido a que él supo canalizar los medios, debido a su talento y sus bellas melodías. Los argentinos aman sus muertos famosos y vienen a ver donde murió Gardel. Otros, como Aguirre, van a Londres a prosternarse frente a la tumba del otro Carlos.Es más, para la ira de Aguirre, Medellín se apropió de los tangos. Los hizo suyos desde dos puntos de vista: desde quienes apreciaban las letras y esa música elaborada que narra un sentir especial: las angustias y la vida cotidiana en una ciudad lejana pero que responde al momento actual en la ciudad, en Medellín digo.

Cuando Aguirre cita a Borges que detestaba el tango, debe saber que él era un eterno contradictorio. Si ha leído bien a Borges, este es más sentimental, melancólico y nostálgico que cualquier letra de tango. Toquemos solo un libro, “Fervor de Buenos Aires”, no es más que un largo y bello tango. Todo su amor por esa ciudad no es más que el influjo de Gardel con “Volver” y “Mi Buenos Aires Querido”. Y eso para no hablar de algunos cuentos de cuchilleros.

En el Aguirre soberbio, clasista y excluyente, y sé porque lo digo, hay un miedo por lo popular que no es más que la mala elaboración del concepto marxista de la alienación, que después de aplicado a lo religioso, se extendió hacia otros ámbitos de crítica a la vida cotidiana. No en el fondo así era Marx, quien le decía despectivamente “Negro” al poeta Longfellow por buscar a su hija y además le recomendaba que lo dejara porque los poetas eran unos seres poco rentables. Algunos pensaban que Marx era un Mesías, eso, un falso Mesías y sus teorías, también extranjeras, como el tango llegaron a al Villa y al mundo y luego se fueron de la Villa y del mundo porque estábamos hartos de una religión civil aquella de los falsos proletarios, aquella de los planes quinquenales y de matar en nombre de la revolución y de los sátrapas ante los que Aguirre calla. Nunca critica al fatal Castro, aquel patriarca de varios otoños que sumió la isla en nada menos que en una provincia y con el espejo sucio del mal marxismo: la pobreza como bien nacional.

En Aguirre su acedía, su falso ascetismo, su vivir a la enemiga, no es más que su carácter excluyente de pequeño monarca tapiado por el odio a los gustos populares. No sabe que en lo cotidiano, en lo vulgar está toda la literatura y la música. Sobre todo cuando no se conoce una ciudad que bulle por sus poros todo tipo de boleros, rock, salsa, reguetón, rancheras, porros, música tropical, punk, la Sonora y un largo etcétera. Así es mejor callar.

Hay una generación de los primeros marxistas universitarios, hoy mamertos casi todos, es decir traidores, que terminaron de funcionarios áulicos, perdón, públicos, esperando agazapados la llegada de la revolución mientras disfrutaban la vida que detestaban en público, pero que amaban en secreto: ser burgueses o pequeño burgueses y que estuvieron tan imbuidos por el marxismo, como si nueva religión, que el rock y la música popular pasó de largo por sus vidas.

Claro que aun releemos esa plegaria de Aguirre a Londres cuando fue a visitar a Marx, no a Groucho sino a Carlitos, pero no a Gardel sino a Carlos Marx aquel que falsificó estadísticas para hacer creíble “El Capital”. Lo ve con un halito de santidad como su dios más cercano. Peregrinación igual a la de tantos mahometanos a La Meca, a la de tantos poetas ante la tumba de tal escritor, a la de los falsos católicos que van de turismo a Tierra Santa, a la de los papas que besan tierra extranjera. Sí, Aguirre visitó su tierra santa, su santo más cercano, Carlos Marx y allí entre abrojos y lágrimas de cocodrilo lo ve como salvador de la humanidad y hasta creo que la tarde se hizo espesa y hasta en sombras se moría. Es tanta la melancolía de Aguirre en Londres que no es más que otro tango, su tango, en el cementerio de Highgate. Veamos:

"Una lluvia tenaz. Y esta niebla de Londres, que cierra el horizonte: se ve el alma encadenada a un reducto. Descifrando el laberinto del subway, en un mapa erizado de rayas multico­lores, al fin se llega a una estación desde la cual podrá alcanzarse el cementerio de Highgate: las casas iguales, aún más grises y monótonas bajo la niebla, embozada la ciudad y embozado el ánimo, calles altas, gentes huidizas, encerradas, y al fin, la calle de Swains Lake. También oscurece el cielo. Se baja por esa calle estrecha y tortuosa, y ahí está, a lado y lado, el cementerio de Highgate: el sector de la derecha permanece cerrado, y tiene un aire fantasmal, con su vegetación salvaje y sus tumbas polvo­sas. Permanece abierto el sector izquierdo, pero hace años que no entierran a nadie, y el aspecto fantasmal y el aire de abati­miento también allí persisten. Ninguna señal lleva hacia el cementerio de Highgate, en esta ciudad hecha para gozo del vi­sitante, llena de letreros y de anuncios y de signos. Pero ningún signo dice ese cementerio: en las guías turísticas no aparece, no se da indicación para llegar a él, los porteros de los hoteles lo ignoran, y a su entrada, ni siquiera la seña de su nombre. En el cementerio de Highgate está enterrado Carlos Marx.

Dentro del cementerio, tampoco una seña, una flecha que diga el camino entre tantos vericuetos. Se toma, sin vacilar, algún sendero, y bien pronto se llega al grueso monumento pétreo. Es tarde, cae el día, sigue pertinaz la lluvia, la soledad en un cementerio abandonado, la soledad del alma, la lejanía de una ciudad ajena, el gris, la niebla, pero de repente el alma se expande. Ahí, la efigie rotunda de Carlos Marx. Y es la emo­ción de una presencia. La misma que se padeció años atrás, en Caracas, ante la tumba de Bolívar, y luego, en Moscú, ante la tumba de Lenin. El espíritu, antes sobrecogido en ese aire ne­blinoso, se alumbra repentinamente, y refulge. No es un hom­bre, simplemente, no es la memoria de una vida ni los restos de una carnadura humana: es el fulgor de una idea. Aquella presen­cia súbita y exultante no es el producto de una mera biografía histórica ni equivale a un recuerdo o a una nostalgia. No se padece aquí una sensación funeraria. Es un tremendo impulso vital el que da esa presencia: por el poder de una idea. Y una idea que se ha hecho fuerza material en el corazón de las masas: arma en su lucha de liberación. Aquí no se viene a derramar lágrimas. Y esa flor roja al pie, constante y fresca, es el testi­monio de una vitalidad. Y de una esperanza. Aquí no hay idolatría ni veneración: se siente el pálpito de una fuerza.Dice allí, en la piedra, el viejo lema: "Trabajadores de todos los países, ¡unios!". Por algo esta calidez, esta vibración del espíritu: la fraternidad de la clase obrera, incomprensible —y aún exótica— en nuestro pequeño mundo burgués. Aquél mandato de amor universal en la lucha, prende el espíritu: aparece la presencia. Ya esa idea ha hecho la libertad de millo­nes de hombres. Y sigue prendida como esperanza en otros muchos millones.

De ese modo visceral se entiende lo que ya dicen los textos: el marxismo no es un dogma (una ideología) sino una herramienta en la lucha de la humanidad por su liberación".  En esta nota escrita el 18 de marzo de 1983, Aguirre nos muestra su amargura, su nostalgia, su indefensión y su inmaculada servidumbre. Lo malo es que el otro Carlos, su padrecito, permaneció en su seriedad de bronce. Sólo faltaron los aires fantasmales de “La Internacional” como un réquiem casero.

Medellín, mayo 21 del 2007